Mellberg interpreto aquella respuesta como una exhortacion a pasar por encima del cordon policial y acercarse al camion de la basura para comprobarlo. Torbjorn no intento siquiera que se pusiera las cintas de goma en los zapatos. No tenia importancia, ya habian tenido que descartar las huellas de los zapatos de Mellberg en mas de una ocasion, de modo que las tenian en el registro.

– ?Joder! -exclamo Mellberg tapandose la nariz-. Aqui huele que apesta. -Se aparto, al parecer mas afectado por el hedor del camion de la basura que por la vision del cadaver de la muchacha. Patrik suspiro para si. Desde luego, todo seguia como siempre. Podian estar seguros de que Mellberg se comportaria de un modo inapropiado y con una falta de sensibilidad extrema.

– ?Sabeis quien es? -pregunto Mellberg con expresion apremiante. Patrik nego con un gesto.

– No, por ahora no sabemos nada. Habia pensado llamar a Hanna y pedirle que mirase si habia llegado alguna denuncia de alguna joven que no hubiese vuelto a casa anoche. Y Martin esta en camino; habia pensado que el y yo podiamos empezar por interrogar a los pocos vecinos permanentes de la zona.

Mellberg asintio muy serio.

– Si, me parece una buena idea. Es precisamente lo que pensaba sugerir.

Patrik y Torbjorn intercambiaron una mirada elocuente. Como era habitual, Mellberg se atribuia las iniciativas ajenas, pero rara vez aportaba alguna de su cosecha.

– En fin, ?y donde esta el bueno de Molin? -pregunto Mellberg mirando displicente a su alrededor.

– Deberia estar al llegar -dijo Patrik.

Como si fuese fruto de un ensayo, el coche de Martin aparecio en ese preciso momento. Empezaba a ser dificil encontrar un sitio donde aparcar en la estrecha carretera de grava, asi que tuvo que retroceder unos metros hasta que vio un hueco. Martin venia con la cabellera pelirroja totalmente encrespada cuando se acerco a ellos. Parecia cansado y aun tenia en la mejilla las huellas de la almohada.

– Habia una chica muerta en el contenedor. Ahora esta en el camion de la basura -explico Patrik sucintamente.

Martin asintio sin mas, pero no hizo amago alguno de ir a mirar. Su estomago tenia una marcada tendencia a descomponerse ante la contemplacion de un cadaver.

– Hanna y tu estuvisteis de guardia ayer por la noche, ?verdad? -pregunto Patrik.

Martin asintio.

– Si, le estuvimos echando un ojo a la fiesta de la granja. Y buena falta que hizo. Se organizo un escandalo increible y no llegue a casa hasta las cuatro.

– ?Que ocurrio? -pregunto Patrik frunciendo el ceno.

– En parte, lo habitual. Unos cuantos se emborracharon mas de la cuenta, una bronca con un novio celoso, dos que habian bebido de mas y llegaron a las manos. Pero nada comparado con la reyerta que estallo entre los participantes. Hanna y yo tuvimos que intervenir un par de veces.

– ?No me digas? -respondio Patrik lleno de curiosidad-. ?Y eso por que? ?Cual fue el motivo?

– Al parecer, todos estaban mosqueados con una de las chicas del grupo. La de las tetas de silicona. Y llegaron a darle dos buenas bofetadas antes de que pudieramos mediar nosotros -explico Martin frotandose los ojos para ahuyentar el cansancio.

En la mente de Patrik empezo a forjarse una idea.

– Martin, ?podrias ir a ver el cadaver que hay en el camion de la basura?

Martin respondio con un mohin:

– ?De verdad crees que es necesario? Ya sabes como me… -se interrumpio y asintio resignado-. Por supuesto que lo hare, pero ?por que?

– Tu haz lo que te digo -insistio Patrik, que no queria revelarle aun lo que pensaba-. Luego te lo explico.

– Vale -respondio Martin angustiado. Cogio las cintas de goma que le ofrecia Patrik y, una vez que se las hubo puesto en los zapatos, cruzo apesadumbrado el cordon policial y dio un par de pasos cautelosos en direccion a la parte trasera del camion. Despues de un ultimo y hondo suspiro, bajo la vista para, inmediatamente, volverse hacia Patrik con la perplejidad plasmada en el rostro-. Pero si es…

Patrik asintio.

– La chica de Fucking Tanum. Si, lo he entendido en cuanto has empezado a hablar de ella. Ademas, tiene toda la pinta de haberse llevado una buena paliza.

Martin fue alejandose del camion. Estaba blanco como la cera y Patrik se percato de que luchaba por retener el desayuno. Tras unos minutos de forcejeo, el pobre Martin tuvo que darse por vencido y echo a correr en direccion a un arbusto que habia unos metros mas alla.

Patrik se acerco a Mellberg, que, haciendo grandes aspavientos, hablaba con Torbjorn Ruud. Patrik los interrumpio.

– Hemos identificado el cadaver. Es una de las chicas del programa. Anoche hubo una fiesta en la granja y, segun Martin, estallo una buena pelea con esa chica.

– ?Pelea? -pregunto Mellberg arrugando la frente-. ?Quieres decir que la maltrataron hasta acabar con ella?

– Eso no lo se -admitio Patrik con un tonillo de irritacion en la voz. En ocasiones, sencillamente no soportaba la estupidez de las preguntas de Mellberg-. Sobre la causa de la muerte solo puede pronunciarse el forense, despues de haberle practicado la autopsia. -Como tu bien deberias saber, anadio Patrik para si-. Pero, desde luego, da la impresion de que ha llegado el momento de tener una charla con el resto del grupo. Y procurar que nos cedan todas las grabaciones de esa tarde. Puede que, por una vez, tengamos un testigo verdaderamente fiable por el que guiarnos.

– Si, justo iba a decir que es posible que las camaras hayan captado algo provechoso. -Mellberg se hincho como un pavo,

convencido de que la idea era suya desde un principio. Patrik conto hasta diez. Aquello empezaba a cansarlo. Llevaba varios anos jugando a aquel jueguecito y, sencillamente, se le estaba agotando la paciencia.

– Entonces, lo haremos asi -dijo con una calma forzada-. Llamare a Hanna para que nos informe de cuales fueron sus observaciones de lo que sucedio ayer por la noche. Tambien deberiamos hablar con los jefes de produccion de Fucking Tanum, y, ademas, puede que sea conveniente informar al Consejo Municipal. Estoy seguro de que todos estaran de acuerdo en que la grabacion del programa debe interrumpirse de inmediato.

– Y ?eso por que? -pregunto Mellberg lleno de asombro. Patrik lo miro atonito.

– ?Es obvio! ?Una de las participantes ha sido asesinada! No creo que puedan seguir grabando.

– Pues yo no estoy tan seguro -replico Mellberg-. Conozco a Erling y hara lo posible para que esto continue. Se juega su prestigio en este proyecto.

Por un instante, Patrik tuvo la sensacion tan paralizante como inusual de que Mellberg tenia razon. Pero le costaba creerlo. Despues de todo, no podian ser tan cinicos…

Hanna y Lars guardaban silencio sentados a la mesa. Parecian tan apaticos y cansados como de hecho se sentian, y todo aquello que habia entre ellos sin aclarar flotaba en el ambiente y contribuia a acentuar su pesadumbre. Deberian hablar de tantas cosas… Pero, como de costumbre, no se dijeron nada. Hanna sentia aquel desasosiego tan familiar en el estomago que hacia que el huevo que se estaba comiendo le supiese a papel reseco. Se obligo a si misma a masticar y tragar, masticar y tragar.

– Lars -comenzo en un intento por iniciar la conversacion, pero se arrepintio enseguida. Su nombre le sonaba tan solitario y tan extrano cuando lo pronunciaba asi, en medio de aquel silencio… Trago saliva e hizo un nuevo intento-. Lars, tenemos que hablar. No podemos seguir asi.

El no la miro siquiera. Aplicaba toda su capacidad de concentracion a la tarea de ponerle mantequilla al pan. Hanna contemplo fascinada como Lars movia el cuchillo untando la mantequilla de un lado a otro, una y otra vez, hasta que estuvo bien repartida por toda la rebanada. Habia algo hipnotico en aquel movimiento y, cuando volvio a dejar el cuchillo en el tarro, Hanna se sobresalto. Lo intento una vez mas.

– Por favor, Lars, habla conmigo. Solo te pido eso, que hables conmigo. No podemos seguir asi.

Ella misma oia el tono desesperado de su ruego. El tono suplicante de su voz. Pero era como si estuviese atrapada, sin posibilidad de bajar de un tren que circulase a doscientos kilometros por hora en direccion a un precipicio que se acercaba a toda velocidad.

Queria inclinarse y cogerlo por los hombros y zarandearlo y obligarlo a hablar. Pero sabia que no tenia sentido. Lars se encontraba en un lugar al que ella no tenia acceso, al que el jamas le daria acceso.

Con una gran pesadumbre en el pecho, en lo mas hondo de su corazon, se puso a observarlo. Hanna habia

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