– ?Y a ti te parece bien? Quiero decir, tu hermana y tu ex… -observo Patrik algo preocupado balanceandose un poco mientras volvian al hotel.

Erica volvio la vista atras, hacia aquella pareja que parecia haber olvidado que existia el mundo.

– ?Si me parece bien? -sonrio Erica-. Me parece mas que bien. Me parece maravilloso.

Dicho esto, se encamino con su marido a la pista de baile, tiro los zapatos bien lejos y se puso a bailar un rock descalza. Bien entrada la noche, Garage interpreto Wonderful Tonight, la balada con la que siempre se despedian de los novios. Erica se abrazo a Patrik y, con la mejilla en su hombro, cerro los ojos, feliz.

La boda de Patrik fue muy agradable. Una cena exquisita, barra libre y el habia causado muy buena impresion en la pista de baile, estaba convencido de ello. Les demostro a los jovenzuelos como se hacian las cosas. Aunque ninguna de las damas de la fiesta podia compararse siquiera con Rose-Marie. Mellberg la echo de menos, pero no podia preguntarle a Patrik si podia llevar pareja a tan pocos dias de la boda. Habia hecho un nuevo intento en la cocina y estaba mas que satisfecho con el resultado. Una vez mas podria sacar la porcelana de las grandes ocasiones y las velas estaban ya encendidas.

Habia esperado aquella cena con ansiosa expectacion. Sin embargo, la idea que se le habia ocurrido en el banco cuando ordeno la transferencia del dinero del apartamento se le antojaba aun igual de brillante. Claro que quiza fuese un tanto precipitado, pero Rose-Marie y el ya no eran tan jovenes y, cuando se encontraba el amor a su edad, mas valia reaccionar con presteza.

Habia invertido mucho tiempo y esfuerzo en meditar sobre como hacerlo. Cuando Rose-Marie viese la mesa puesta y la comida, tenia pensado decirle que lo habia organizado con un extra de elegancia para celebrar la compra conjunta del apartamento. Funcionaria. No creia que Rose-Marie sospechase nada. Luego, despues de unos minutos de angustia, resolvio usar el postre, la mousse de chocolate, como escondite para su pequena sorpresa. El anillo. El que habia comprado el viernes pasado y que le pondria encima de la mesa junto con aquella pregunta que el jamas habia formulado en su vida. Mellberg apenas podia contenerse y ardia en deseos de verle la cara. Desde luego, no habia escatimado en gastos. Solo lo mejor era bueno para su futura esposa y estaba convencido de que ella sucumbiria al ver el anillo.

Miro el reloj. Las siete menos cinco. Faltaban cinco minutos para que Rose-Marie llamase a la puerta. Por cierto que deberia hacerle una copia de las llaves de inmediato. No podia permitir que su novia llamase a la puerta como un invitado cualquiera.

A las siete y cinco, Mellberg empezo a preocuparse. Rose-Marie era siempre muy puntual. Arreglo un poco el mantel, coloco bien las servilletas en las copas, desplazo los cubiertos unos milimetros a la derecha y luego otra vez al lugar de origen.

A las siete y media estaba convencido de que Rose-Marie yacia muerta en una cuneta. Se imagino que su pequeno vehiculo rojo se estrellaba contra un camion, o contra uno de esos jeeps monstruosos que la gente se empenaba en comprarse y que eran capaces de demoler cuanto se cruzase en su camino. ?No deberia llamar al hospital? Caminaba desesperado de un lado a otro de la sala de estar hasta que se dijo que quiza deberia llamarla primero al movil. Se dio una palmada en la frente. ?Como no lo habia pensado antes? Marco el numero, que conocia de memoria, pero quedo atonito al oir el mensaje grabado segun el cual «aquel numero no correspondia a ningun abonado». Volvio a marcar pensando que se habria equivocado en alguna cifra, pero obtuvo el mismo mensaje por respuesta.

Tendria que llamar a su hermana y preguntarle si ella conocia la razon del retraso. De repente cayo en la cuenta de que no tenia su numero. Y de que no tenia la menor idea de como se llamaba su hermana. Lo unico que sabia era que vivia en Munkedal. ?O no? En la mente de Mellberg empezo a germinar una idea inquietante. La desecho, se negaba a aceptarla pero, para sus adentros, vio representada a camara lenta la escena en la que entraba en el banco para ordenar la transferencia. Doscientas mil coronas. Esa, ni mas ni menos, era la cantidad que habia transferido al numero de cuenta que ella le habia dado, un numero de una cuenta en Espana. Doscientas mil. Dinero para comprar una participacion en un apartamento. Ya no podia quitarse de la cabeza aquella idea. Llamo al numero de informacion telefonica y pregunto si habia algun telefono o alguna direccion a nombre de Rose-Marie, pero no hallaron nada. Desesperado, intento recordar si habia visto alguna prueba, el carne de identidad o algo parecido que pudiese confirmarle que se llamaba como dijo que se llamaba. Con horror creciente, tomo conciencia de que jamas habia visto ningun documento. No sabia ni como se llamaba, ni donde vivia ni quien era, esa era la amarga verdad. Solo que ahora ella tenia doscientas mil coronas en una cuenta en Espana. Su dinero.

Como un sonambulo, se acerco al frigorifico y saco la mousse de Rose-Marie. Extrajo el anillo, que brillaba a traves del chocolate. Mellberg lo sostuvo entre el indice y el pulgar y estuvo un rato contemplandolo. Despues, lo dejo sobre la mesa y, entre sollozos, empezo a comerse el postre.

– ?No ha sido un dia fabuloso?

– Aja… -confirmo Patrik cerrando los ojos. Habian decidido desde el principio no salir de viaje de novios enseguida, sino emprender un viaje algo mas largo cuando Maja hubiese cumplido un par de meses mas. El primer destino de la lista era Tailandia, por el momento. Sin embargo, les resultaba un tanto extrano volver a lo cotidiano asi, sin mas. Pasaron el domingo durmiendo, bebiendo agua y hablando del sabado. De modo que Patrik resolvio tomarse el lunes libre. Queria tener la oportunidad de relajarse y digerirlo todo, antes de que lo cotidiano les impusiera de nuevo sus rutinas. Teniendo en cuenta su esfuerzo de las ultimas semanas, nadie tuvo nada que objetar al respecto. Y alli estaban, de hecho, abrazados en el sofa, con la casa para ellos solos. Adrian y Emma estaban en la guarderia y Anna se habia llevado a Maja a casa de Dan para que ellos dos disfrutasen de un dia de paz y tranquilidad. Y no es que necesitara ninguna excusa para ir a casa de Dan. Ella y los ninos habian pasado con el todo el domingo.

– ?No sospechaste nada en ningun momento? -le pregunto Erica al verlo inmerso en sus pensamientos.

Patrik comprendio enseguida a que se referia. Reflexiono un instante, antes de responder.

– No, la verdad es que no sospeche nada. Hanna era simplemente… normal. Si que note que algo la apesadumbraba, pero pense que tendria problemas en casa. Y si que los tenia, pero no de la naturaleza que nosotros imaginabamos.

– Pero… ?como podian vivir juntos? ?Siendo hermanos?

– No creo que obtengamos nunca todas las respuestas, pero Martin llamo antes para contarme que ya teniamos los informes de los Servicios Sociales. Despues del accidente, su vida de ninos de acogida fue un infierno. Imaginate hasta que punto les afectaria que los secuestraran y los apartaran de su madre primero, y luego, verse obligados a vivir aislados con Sigrid. Aquello debio de dar origen a algo asi como un lazo antinatural entre los dos.

– Ya… -respondio Erica, aunque le costaba imaginarselo. Aquello estaba mas alla de todo lo… inteligible-. Pero ?como puede nadie hacer convivir dos partes tan opuestas? -pregunto al cabo de unos minutos.

– ?Que quieres decir? -pregunto Patrik besandola en la punta de la nariz.

– Pues que no entiendo como puede nadie llevar una vida normal, estudiar y hacerse policia y psicologo, ademas. Y, al mismo tiempo, vivir con esa… maldad.

Patrik se tomo su tiempo antes de responder. El tampoco lo comprendia del todo, pero habia cavilado mucho al respecto desde el jueves y creia haber llegado a algo parecido a una respuesta.

– Yo creo que es eso, precisamente, son dos partes distintas. La una llevaba una vida normal. A mi me daba la impresion de que Hanna deseaba de verdad trabajar como policia y hacer algo importante. Y era una buena policia. Sin duda. A Lars no lo conoci antes… -Hizo una pausa, antes de proseguir-. Bueno, tengo de el una idea mas vaga, pero es obvio que era un hombre inteligente, y creo que el tambien tenia la intencion de vivir una existencia normal. Al mismo tiempo, el secreto que escondian debia de devorarlos por dentro, devoraria su psique. Asi que, cuando se toparon con Elsa Forsell en el primer destino de Hanna en Nykoping, fue como el detonante de algo que, en realidad, habia estado latente todo el tiempo. Bueno, esa es mi teoria, pero jamas llegaremos a saberlo.

– Ya… -respondio Erica pensativa-. Eso es lo que yo sentia con mi madre -explico-. Como si viviese dos vidas separadas. Una con nosotros, con mi padre, con Anna y conmigo, y otra en su cabeza. Y a esa otra, nosotros no teniamos acceso.

– ?Por eso has decidido investigar?

– Si -afirmo Erica-. No lo se, pero tengo el presentimiento de que nos ocultaban algo.

– ?Y no tienes ni idea de que puede ser? -Patrik le aparto de la cara un mechon de pelo sin dejar de

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