Mossa sonrio. Lo hacia de buena gana cuando se trataba de ganancias al poquer.
– Mucho mas de lo que tu hayas tenido nunca en las manos. Casi doscientos mil pavos.
– ?Gano doscientas mil coronas?
El irani asintio con la cabeza.
– ?Que dijo?
– Nada de nada, recogio su dinero y se largo. Eran las cuatro y media de la manana.
– ?Donde tuvo lugar la partida?
– Yo mismo perdi treinta y cinco mil -dijo Mossa.
Lennart se sintio enganado, traicionado por su hermano. Habia ganado una fortuna y no le habia dicho nada. Fue como si Mossa pudiera leer sus pensamientos.
– Cuando nos cruzamos dijo algo asi como que la cosa ya empezaba a ser de verdad, ahora podria realizar su sueno. Y que tu formabas parte de el.
– ?Yo?
– Si, solo tenia un hermano, ?no? Dijo que su hermano tambien participaria.
– ?En que?
– Creia que tu lo sabrias.
Lennart agito la cabeza sin comprender nada. ?El formaria parte? ?De que? ?Que era lo que John habia planeado con tanto secreto? Lennart no entendia nada. No habia oido ni una insinuacion, ni una sola palabra.
– Mi amigo de Shiraz tambien murio joven. Lo quemaron vivo. El tuyo murio en la nieve.
– ?Dijo algo mas?
Mossa miro a Lennart. Aparecio un destello de amabilidad en su mirada.
– Creo que le caias bien a John -dijo, y pesco de nuevo el paquete de cigarrillos.
– ?Quien mas sabia lo del dinero?
– Habla con su amigo, creo que se llama Micke.
– ?Lo sabia?
– No lo se, pero John menciono su nombre.
Paso una pareja de ancianos. Mossa se aparto.
– Ahora tengo que irme -dijo, se dio media vuelta, adelanto a la pareja y doblo la esquina hacia el puente Dom.
Lennart permanecio parado, aturdido por toda la informacion. ?Que habia de cierto en todo aquello? ?Mossa se habia burlado de el? No, ?por que iba a hacerlo? A Lennart le habia dado la sensacion de que el irani lo habia estado esperando, que deseaba hablar de John y contarle que habia ganado al poquer.
?Que sabia Micke? ?Menudo cabron! Ahi sentado, tan mojigato, sollozando sobre la amistad, sin mencionar en ningun momento que John habia ganado un paston.
Lennart pateo con los pies para quitarse la nieve y el frio de encima. Decidio buscar a Micke inmediatamente y ponerlo contra la pared. Se habia olvidado de preguntarle a Mossa quienes habian estado alrededor de la mesa de poquer. Quiza alguno de ellos quiso vengarse por la perdida. Mossa habia perdido treinta y cinco mil coronas, pero alguien tuvo que perder mucho mas. ?Quienes habian ganado y quienes habian perdido?
Mossa nunca revelaria la identidad del resto de participantes. Seria una violacion del acuerdo tacito entre jugadores. Habia que aceptar las ganancias y las perdidas, pero despues nadie podia ir hablando mierda, esa era la regla. Por otro lado, perder hacia que la gente cavilara, muchas veces de forma vengativa, y entonces el codigo de honor cedia.
John no era de los que hacian rabiar con su conversacion o sus pullas. Nunca se daba aires de superioridad, pero Lennart sabia que el dinero podia echar a perder a una persona. Quiza alguien se habia vengado.
Micke acababa de ver una pelicula de suspense alemana en la tele cuando oyo como se abria la puerta de la calle. Se levanto de un salto del sofa y, por un instante, penso que John habia regresado. Despues el miedo se apodero de el. Se acurruco instintivamente detras del sillon cuando la puerta de la calle se cerro tras el intruso.
– ?Donde cono estas?
La voz de Lennart sonaba como cuando se habia tomado un par de tragos, una mezcla de impaciencia, rabia y supuestos agravios. Micke se puso en pie en el mismo instante en que Lennart entro en el salon.
– ?Por que cono te escondes?
– ?No te han ensenado a llamar? ?Y como has entrado en el portal?
Su miedo ahora se torno en rabia.
– Chilla lo que quieras -dijo Lennart, y se situo en medio de la habitacion-. ?Por que mientes?
– ?Que quieres decir?
– Me refiero a John. Gano mucha pasta y no dijiste ni mierda.
– Creia que lo sabias.
– Una mierda. Lo ocultaste.
De pronto Micke se sintio agotado. Se sento de nuevo en el sofa y alargo la mano tras el vaso de vino, pero estaba vacio.
– No te sientes ni pongas caritas de gilipollas -grito Lennart de repente.
– ?Que te pasa? Sabia que habia ganado dinero jugando al poquer, pero nada mas. No me conto con quien jugaba.
– ?Te dijo cuanto?
Micke nego con la cabeza.
– Ya sabes como era John.
– ?No hables mierda de mi hermano!
Lennart se acerco un paso al sofa.
– ?Tranquilizate!
– No me digas lo que tengo que hacer, ?cabron de mierda!
Agarro a Micke por la camisa y lo levanto del sofa de un tiron. «Que fuerte es», le dio tiempo a pensar a Micke antes de que Lennart le diera un cabezazo en la nariz. La habitacion dio vueltas y su cuerpo se desplomo sobre la mesa.
Cuando recobro el conocimiento Lennart habia desaparecido. Se puso con dificultad a cuatro patas. Le sangraba la nariz. Se palpo el rostro con una mano. «Que gilipollas es ese cabron», penso, y la rabia le llego como una ola, primero porque la alfombra estaba perdida de gotas de sangre, luego por no poder estar en paz en su propio apartamento.
«Lo voy a denunciar», penso, pero se arrepintio enseguida. No era una buena idea, mas bien todo lo contrario. Lennart nunca olvidaria ni perdonaria algo asi. Lo perseguiria durante anos. Quiza no lo atacase fisicamente, pero no lo dejaria tranquilo. Micke no se relacionaba con Lennart, pero este habia estado presente como hermano de John. Ahora el contacto esporadico desapareceria por completo. Mejor asi, Micke no queria arriesgarse a recibir mas visitas de Lennart.
«Lo mejor es estarse quieto, sonarse y esperar que el loco ese no regrese», penso mientras intentaba ponerse en pie y dirigirse al cuarto de bano tambaleandose.
Ahi dentro estaba Lennart, sentado en el inodoro, llorando en silencio. Tenia el rostro hinchado y enrojecido.
– Esta bien -dijo Micke-, vete a casa. Tomate una cerveza y olvida todo esto.
– Lo echo de menos -solto Lennart sollozando-. Mi hermano pequeno.
Micke poso la mano sobre su hombro.
– Lo entiendo, John era el mejor de todos nosotros.
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