mancha de aceite negro metalico que brillaba contra el suelo blanco y miro hacia atras. Dejaba un rastro en la nieve, pero no le preocupo. Como regresaria por el mismo camino podria borrar el rastro con una escoba u otra cosa.

Un trozo de chapa que sobresalia de un contenedor vibro con el viento y produjo un sonido que le hizo detenerse de nuevo. Alzo la vista hacia la fachada conocida, pero por primera vez se dio cuenta de lo deteriorado que estaba todo. Cuando era pequeno aquello habia sido un palacio en el que John era el rey. Alli se encontraban los autenticos sonidos y olores. Alli el padre crecia hasta convertirse en un gigante entre la lluvia de chispas. Trabajaba con una evidente seguridad la negra y pesada chapa de acero, que emitia un sonido sordo y un singular aroma que permanecia en los dedos durante dias, como el de las chapas de acero inoxidable en las que uno podia reflejarse y que enviaban rayos al techo del taller cubierto de hollin.

Cuando John y sus companeros de trabajo se retiraban a la pequena garita de descanso, el taller reposaba. Justus solia darse una vuelta en silencio y palpaba las soldaduras que corrian como cicatrices por la chapa. Desde la garita salian voces y risas. Cuando lo llamaban, tenia que probar el zumo de espino cerval marino del archipielago finlandes y sandwiches de pan de centeno y queso con huellas de dedos ennegrecidos.

Un coche paso por la calle y Justus se escabullo detras de los contenedores. Luego se deslizo hasta la parte trasera del edificio, donde habia unas ventanas bajas. Con un tubo de hierro rompio una de ellas. No le preocupaba demasiado que lo descubrieran. Una alta valla enmarcaba la parte trasera del patio y en la obra reinaba un silencio sepulcral.

Corrio la falleba de la ventana y se introdujo con la ayuda de unos pales. El comedor estaba como de costumbre. En el sitio de John habia un periodico sobre la mesa. Lo tiro al suelo. Guardo la caja de cerillas que se encontraba en el sitio donde Erki solia sentarse. No habia rastro de indecision en sus movimientos. Parecia que la vision del ajado comedor reforzara su determinacion. Abrio una puerta de contrachapado y saco unos bidones de aceite y gasolina. Tambien habia botes y botellas de productos quimicos. Cargo con los distintos envases, los repartio por diferentes lugares y rincones del taller. En la oficina de Sagander vertio cinco litros de trementina.

Se dio una ultima vuelta por la oficina, miro el antiguo lugar de trabajo de John. Estaba mareado a causa de los vapores. Vertio un bidon de gasolina en el interior y el exterior del comedor, tambien rocio un poco la mesa y las sillas, y salio por la ventana.

El viento habia arreciado. Permanecio un rato en la ventana antes de sacar la caja de cerillas. La primera se apago al momento, al igual que la segunda. Conto las que quedaban y le preocupo que no tuviera suficientes. Volvio a entrar, cogio el periodico del suelo, lo humedecio con un poco de gasolina y salio al patio.

Antes de prender el periodico y lanzarlo por la ventana penso en John. En algo que el habia dicho sobre los suenos.

Tras un plaf vino algo parecido a una explosion. La ventana salio despedida y los proyectiles de cristal que salieron volando estuvieron a punto de alcanzar a Justus. Enmudecido, vio como las llamaradas salian por la ventana. Luego corrio. Al salir a traves del agujero de la valla recordo las huellas en la nieve. Dudo un instante antes de regresar y buscar algo que pudiera utilizar para borrarlas.

Se oyeron pequenas explosiones en el taller y se acordo de los gases. Ahi dentro habia cantidad de bombonas de gas y el sabia lo peligrosas que eran. John se lo habia contado. Cogio un trozo de chapa y corrio hacia la parte trasera del taller. Fue imposible acercarse hasta la ventana, pero revolvio la nieve con la chapa hasta donde pudo, luego corrio cargandola sobre la espalda hasta que salio a la calle. Entonces la tiro entre los escombros de la obra y desaparecio entre risas.

Corrio hacia el oeste, hacia el centro, pero se detuvo despues de cincuenta metros. John habria caminado con calma. Era mas prudente.

Recapacito sobre si habia dejado algun rastro junto a la ventana, pero de pronto comprendio que el calor del fuego haria que se fundiera la nieve alrededor del taller. Habia llevado los guantes puestos, asi que no habria huellas dactilares. El hombre que poso la mano sobre el hombro de Justus, lo levanto del talud de nieve y lo llevo en coche hasta el centro nunca podria relacionarlo con el incendio. Lo habia dejado en la calle Kungsgatan, por lo menos a un kilometro del taller. Justus le dijo que habia ido a visitar a un amigo y que se habia perdido al tomar un atajo por el bosque.

La llamada de emergencia llego a las catorce y cuarenta y seis a traves de un conductor que paso delante del taller. Los bomberos llegaron al cabo de siete minutos. Dos coches patrulla de la policia aparecieron un par de minutos mas tarde. Comenzaron inmediatamente a acordonar la zona.

– Un taller mecanico -senalo laconico el jefe de bomberos al policia que se le acerco-. Siento lo de tu colega. Encendimos una vela en la estacion cuando nos enteramos.

Durante un instante el policia uniformado permanecio completamente inmovil. Luego cogio el telefono y llamo al inspector de guardia de la Unidad Criminal. Lo primero que vio fue el cartel de la fachada: taller mecanico Sagander. Sabia que ahi habia trabajado John Jonsson, el asesinado.

– Tengo un acuario -le explico mas tarde a Haver.

*****

Ola Haver recibio la llamada cuando salia de casa de Berit; llego al lugar del incendio cinco minutos despues. Tuvo que sortear el bloqueo de la calle Bjorkgatan.

– Es un fuego de la hostia -habia dicho el policia uniformado.

Haver, que veia el humo y las llamas alzarse hacia el cielo, estaba irritado sin motivo y reprendio al colega diciendo que eso ya lo podia ver el mismo, joder. Este lo miro y murmuro algo para si.

El viento soplaba del este y el fuego se dirigia hacia un edificio en construccion. Tambien se habia incendiado un almacen de madera bajo unas lonas, pero los bomberos lo apagaron enseguida.

Haver miro fijamente el edificio. El fuego habia traspasado el tejado y llamas amarillo anaranjado salian despedidas en fogonazos a traves de la chapa lacerada. Era un bonito espectaculo. Haver vio estres y determinacion en los rostros y los movimientos de los bomberos. El no podia hacer nada y eso le irritaba. Sujeto al responsable de los bomberos por el hombro.

– ?Que te parece? ?Es provocado?

– Dificil de decir -expuso el bombero-. Parece que ha empezado en la parte trasera, pero arde con fuerza por todo el edificio.

– De caracter explosivo -indico Haver.

– Si, se puede afirmar sin lugar a dudas. Ven, te voy a ensenar algo.

El bombero empezo a andar y Haver lo siguio. El calor que despedia el edificio era mas intenso que antes. Haver se vio obligado a cubrirse el rostro con las manos.

Llegaron a un agujero en la valla de tela metalica. El jefe de bomberos senalo en silencio el rastro dejado a ambos lados de esta. Haver se puso de rodillas y observo la nieve.

– Alguien ha pasado por aqui y ha intentado borrar el rastro -senalo, y se puso en pie.

Una explosion en el interior del taller le estremecio.

– Ahora sera mejor que te vayas de aqui -sugirio el bombero-. Hay gas ahi dentro.

Haver lo miro durante un instante.

– ?Que vais a hacer?

– Enfriarlo -dijo el otro laconico, y ahora toda su atencion estaba dirigida al intento de sus companeros por controlar el violento incendio.

El bombero siguio su camino. Haver se retiro lentamente hacia la calle, entro en la obra y se coloco detras de un contenedor de acero. «Deberia aguantar», penso, y saco el telefono movil. Ryde respondio tras la primera senal. Haver comenzo a explicarle donde se encontraba, pero el tecnico le interrumpio bufando que ya estaba en camino.

Antes de que Haver pudiera guardar el telefono, este sono de nuevo. Era Ann Lindell; Haver sintio durante un instante que todo era como antes. Ann deseaba explicar por que habia abandonado el apartamento de Berit tan precipitadamente. Hablo del jamon y de sus padres.

– El Taller Sagander esta en llamas -la interrumpio-. Puede que sea provocado.

Oyo como Ann tomaba aliento.

– ?Ha aparecido el chico?

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