que la llave inglesa estaba en su sitio, aunque sabia que estaba alli.
La puerta estaba abierta. Un obstaculo menos de lo previsto. Sonrio y bajo el pomo, infinitamente despacio. La puerta estaba en buen estado y no hizo ningun ruido cuando la abrio y entro.
El viejo miro el reloj. Debia llevar ya un buen rato ahi sentado. No habia pasado ningun Volvo, solo un Peugeot, dos Opel y un viejo Lada oscuro. La densidad del trafico era minima. Intento estirarse un poco, pero no resultaba facil, alli sentado dentro de un coche. No se atrevia a correr el riesgo de salir a estirar las piernas.
?Que locura! Una motocicleta paso a mucha mas velocidad de la recomendable en un camino tan malo. Dos personas iban montadas en ella y ninguno llevaba casco ni traje de motero. ?Y en aquella epoca del ano! Se estremecio/tenia que hacer muchisimo frio. La moto patino en la curva y, por un momento, temio que chocaran contra su coche, pero el conductor consiguio enderezar en el ultimo momento, luego acelero y desaparecieron. Una locura. Bostezo y volvio a mirar el reloj.
Karen habia llegado a la pagina cinco. Suspiro. Era un buen libro, lo sabia porque lo habia leido en muchos sitios, aunque a ella le resultaba tedioso. Aun asi estaba decidida, pero eso no impedia que constantemente se le ocurrieran pequenas tareas para interrumpirse a si misma. Ahora queria mas cafe.
El perro seguia inquieto. Lo mejor era que no saliera, en dos ocasiones anteriores habia desaparecido durante mas de un dia persiguiendo a algun conejo. Era curioso porque no era un perro de caza, pero ese instinto debian de tenerlo todos los perros.
De pronto oyo algo y se giro hacia el boxer. El animal permanecia inmovil y, aunque habia dejado de gimotear, tenia la cabeza ladeada y las orejas alzadas. Una ligera vibracion recorria al perro. Karen comprendio que el tambien habia oido algo, algo que habia sonado abajo.
Se dirigio a las escaleras.
– ?Hola?
Que ridiculo, por supuesto que no habia nadie. Se quedo inmovil durante unos segundos, despues se encogio de hombros y se giro para volver.
– Quieto -le ordeno severamente al perro al ver que se estaba levantando.
Luego escucho los pasos detras de ella y se giro sobre el talon. En un momento de incredulidad vio la figura que subia corriendo los quince escalones. Aunque tenia el gorro bien calado sobre los ojos, se dio cuenta de quien era.
– Jorgen La…
Pero no tuvo tiempo de acabar. La llave inglesa la alcanzo justo encima del ojo y cayo al suelo, inconsciente.
El perro se volvio loco. Se abalanzo sobre el intruso entre ladridos y grunidos furiosos, y salto sobre el pecho del hombre. Consiguio agarrarse a la chaqueta con la mandibula, aunque la perdio cuando el hombre hizo unos convulsos movimientos con el tronco. No obstante, el perro no se rindio. Se aferro fuertemente al antebrazo del abogado y esta vez no se pudo soltar. Sentia un dolor terrible y, con las enormes fuerzas que le conferia aquel dolor, consiguio levantar al perro del suelo, pero no sirvio de mucho. Se le habia caido la llave inglesa, habia caido al suelo y se arriesgo a dejar que la bestia volviera a hacer pie. No deberia haberlo hecho, porque el perro lo solto durante un segundo, pero solo para agarrarse mejor un poco mas arriba, donde le dolia aun mas. El dolor estaba empezando a nublarle la vista y sabia que andaba mal de tiempo. Al final consiguio coger la llave inglesa y asesto un golpe mortal en el craneo del perro enloquecido, que aun asi no lo solto. Estaba muerto y colgaba agarrado por su ultimo mordisco. Al abogado le llevo casi un minuto desprender el brazo de las poderosas mandibulas. Sangraba como un cerdo. Con los ojos llenos de lagrimas echo un vistazo por la habitacion y vio unas toallas Verdes que colgaban de un gancho, en el rincon donde estaba instalada la cocina. Se apresuro a hacerse un torniquete provisional y lo cierto es que empezo a dolerle menos, aunque sabia que el dolor regresaria con brutalidad. Mierda.
Bajo corriendo a la planta baja y abrio la lata de gasolina. Fue distribuyendo el contenido sistematicamente por la cabana. Le sorprendio lo mucho que daban de si diez litros. Al poco rato, toda la casa apestaba a gasolinera vieja y la lata estaba vacia.
?Robar algo! Tenia que conseguir que pareciera un robo. ?Por que no habia pensado en eso? No traia nada en lo que transportar cosas, pero seguro que habia una mochila en algun lado. Abajo. Seguro que estaba abajo. Habia visto alli cosas de deporte. Bajo otra vez corriendo.
Karen no entendia que era lo que sabia tan mal. Lo saboreo un poco. Debia de ser sangre, seguramente la suya. Queria volverse a dormir… No, tenia que abrir los ojos. ?Por que? Le dolia muchisimo la cabeza. Lo mejor era volverse a dormir. Olia fatal. ?Olia asi la sangre? No, era gasolina, penso e intento sonreir por lo lista que era. Gasolina. Intento de nuevo abrir los ojos, pero le fue imposible. Tal vez deberia intentarlo otra vez. Quiza fuera mas facil si se giraba, aunque cuando probaba a hacerlo le dolia una barbaridad. Aun asi consiguio ponerse casi boca abajo, aunque algo le impedia girarse del todo, algo calido y suave.
«?Que esta haciendo aqui Peter Strup?», alcanzo a pensar antes de volverse a desmayar y aterrizar suavemente sobre el cadaver del perro.
En la cabana no habia gran cosa de valor. Algunos objetos de adorno y tres candelabros de plata tendrian que bastar, porque la cuberteria de los cajones de la cocina era de acero. Puede que no llegaran a darse cuenta de que faltaba algo. Si tenia suerte, toda la casa quedaria reducida a cenizas. Cerro la mochila, saco las cerillas de su bolsillo y se dirigio hacia la ventana de la terraza.
En ese momento vio a Peter Strup.
En realidad aquella motocicleta no era la mas indicada para el
Corrieron por el camino tan rapido como pudieron, y eso no era muy deprisa. Al tomar una curva se pararon en seco. Una terrible luz naranja se vislumbraba a traves del bosque, unos doscientos metros mas adelante; las llamas parecian querer lamer la barriga del cielo sobre los arboles desnudos.
Tres segundos mas tarde estaban corriendo de nuevo. Mucho mas rapido esta vez.
Lavik no sabia exactamente que hacer, pero su indecision solo duro unos segundos. Habia lanzado tres cerillas a su alrededor y todas habian alcanzado su objetivo. Las llamas se extendieron a los pocos segundos. Percibio que Strup zarandeaba la puerta de la terraza, pero por suerte estaba cerrada. No era probable que el hombre se largara, tenia que haber visto a Karen Borg tirada en el suelo, era perfectamente visible desde fuera. ?Se habria movido? Estaba seguro de que antes estaba tumbada boca arriba.
Posiblemente, Strup no lo habia reconocido. Seguia llevando el gorro bien calado sobre la frente; ademas, la chaqueta tenia el cuello alto. No obstante, no podia correr el riesgo. La cuestion era que consideraria Strup que era lo mas importante: cogerle a el o salvar a Karen Borg. Lo ultimo era mas probable.
No tardo en decidirse, agarro la llave inglesa y salio corriendo hacia la puerta de la terraza. Fue evidente que Strup se llevo una sorpresa, pues solto la puerta desde fuera, retrocedio tres pasos y debio de tropezar con una piedra o con un tronco, ya que se balanceo un poco antes de caer hacia atras. Esa era la oportunidad que Lavik necesitaba. Abrio la puerta. Entonces las llamas, que ya se habian agarrado a las paredes de la cabana y a algunos de los muebles, se inflamaron violentamente.
Se abalanzo sobre el hombre que estaba tirado en el suelo, con la llave inglesa alzada para golpear. Un nanosegundo antes de alcanzarlo en la boca, Strup se escabullo. La llave inglesa continuo hacia el suelo y Lavik la solto.
Entre el aturdimiento y el intento de recuperar el arma, no estuvo lo bastante en guardia. Strup se habia situado a su lado y consiguio estamparle la rodilla en los genitales. No fue un golpe muy fuerte, pero el se plego por la cintura y se olvido de la llave inglesa. El dolor lo puso tan furioso que consiguio agarrar las piernas del otro justo en el momento en que este habia conseguido levantarse. Strup volvio a caer al suelo, aunque esta vez tenia