rectitud misma: J'accuse. Luego hay un espacio para el nombre del acusado. DAVID LURIE, escribe esa mano. PROFESOR. Por ultimo, a pie de pagina, la fecha y la firma: el arabesco de la M, la I con una ampulosa lazada superior y el trazo recto, de arriba abajo, en el caso de la I; para terminar, un ultimo adorno en el rabo de la s.

La suerte esta echada. Dos nombres sobre la pagina, el suyo y el de ella, uno junto al otro. Dos en un lecho, pero ya no amantes, sino enemigos.

Llama a la oficina del Vicerrectorado y le conciertan una cita a las cinco en punto, fuera del horario habitual.

A las cinco en punto esta esperando en el pasillo. Aram Hakim, pulcro y juvenil, sale para hacerlo pasar. Ya hay dos personas en el despacho: Elaine Winter, la jefa de su departamento, y Farodia Rassool, de la Facultad de Ciencias Sociales, que preside el comite conjunto de la universidad para asuntos de discriminacion.

– Es bastante tarde, David, y todos sabemos por que estamos aqui -dice Hakim-, asi que vayamos directos al grano. ?Cual es la mejor manera de abordar este asunto?

– Podrias informarme sobre la queja interpuesta.

– Como quieras. Se trata de una queja interpuesta por Melanie Isaacs. Y tambien -mira de reojo a Elaine Winterse trata de ciertas irregularidades previas que parecen involucrar a la senorita Isaacs. ?Elaine?

Elaine Winter entra al trapo. El nunca le ha caido bien; ella lo considera un mero remanente del pasado, que cuanto antes se quite de en medio mejor sera para todos.

– Hay algun punto oscuro sobre la asistencia a clase de la senorita Isaacs, David. Segun afirma ella, y debo decir que he hablado con ella por telefono, solo ha asistido a dos clases durante todo el mes pasado. De ser cierto, deberias haber dado cuenta de sus faltas de asistencia. Tambien dice que no estuvo en clase el dia del examen parcial. No obstante -echa un vistazo a la carpeta que tiene delante-, de acuerdo con tu hoja de incidencias, su asistencia es impecable y ha conseguido incluso una nota de setenta en el parcial. -Lo mira un tanto socarrona-. A menos que haya dos Melanie Isaacs…

– Solamente hay una -dice el-. No tengo defensa alguna.

Hakim interviene, conciliador.

– Amigos, este no es el momento de andarnos con cuestiones superfluas. Lo que deberiamos hacer -mira a las otras dos- es aclarar cuanto antes el procedimiento a seguir. No sera preciso subrayar, David, que este asunto sera tratado con la confidencialidad mas estricta. Te lo garantizo. Tu nombre estara protegido en todo momento, al igual que el de la senorita Isaacs. Se ha de constituir una comision cuya funcion sea determinar si existe fundamento o no para tomar medidas disciplinarias. Tu mismo, o tu representante ante la ley, tendreis la posibilidad de impugnar su composicion. Las sesiones tendran lugar a puerta cerrada. Entretanto, hasta que el comite emita una recomendacion al rector y el rector actue como estime oportuno, todo sigue igual que hasta ahora. La senorita Isaacs ha renunciado oficialmente a la matricula del curso que tu impartes, y de ti se espera que te abstengas de trabar todo contacto con ella. ?Se me pasa alguna cosa por alto? ?Farodia, Elaine?

Fruncidos los labios, la doctora Rassool niega con un simple movimiento de la cabeza.

– Este asunto del acoso siempre es muy complejo, David, tan complejo como desafortunado, pero creemos que nuestro procedimiento es justo, de modo que iremos paso a paso y seguiremos las normas que ha comentado Hakim. Quisiera hacerte una recomendacion: familiarizate a fondo con el procedimiento y, si te parece conveniente, proveete de un asesor legal.

Esta a punto de responder, pero Hakim alza la mano a modo de advertencia.

– Consultalo con la almohada, David -dice.

Esa es la gota que colma el vaso.

– No me digas que he de hacer. No soy un crio.

Se va del despacho hecho un basilisco. Lo malo es que el edificio esta cerrado y el portero se ha marchado ya. La puerta de atras tambien esta cerrada. Hakim tiene que abrirle la puerta para salir.

Llueve.

– Resguardate en mi paraguas -dice Hakim. Y al llegar a su coche, anade-: Si no te importa que te hable de tu a tu, David, quiero que sepas que gozas de toda mi simpatia. Estas cosas pueden ser el infierno.

Conoce a Hakim desde hace anos. Antiguamente, cuando hacia deporte, jugaban al tenis juntos. Ahora no esta de humor para ese intercambio de camaraderia varonil. Se encoge de hombros, irritado, y entra en su coche.

Se supone que ha de ser un asunto confidencial, pero esta claro que no lo es: es evidente que la gente habla por los codos. ?Por que, si no, se apagan todas las conversaciones cuando entra en la sala de profesores? ?Por que una colega mas joven, con la que hasta la fecha ha tenido un trato absolutamente cordial, deja su taza de te y se marcha con la vista al frente, sin saludarlo al pasar junto a el? ?Por que solo se presentan dos alumnos para su primera clase sobre Baudelaire?

Es la trituradora de las habladurias, piensa, que no para de funcionar de dia ni de noche, y que hace trizas cualquier reputacion. La comunidad de los rectos, de los que tienen toda la razon, celebra sesiones en cada esquina, por telefono, a puerta cerrada. Murmullos maliciosos. Schadenfreude. Primero, la sentencia; luego ya vendra el juicio.

Por los pasillos de la Facultad de Comunicacion se toma muy a pecho lo de caminar con la cabeza bien alta.

Habla con el abogado que se ocupo de su divorcio.

– Vamos a ver si antes que nada dejamos bien clara una cosa -dice el abogado-. ?Hasta que punto son ciertas las imputaciones?

– Son bastante ciertas. Tuve una aventura con la chica.

– ?Una aventura? ?Iba en serio?

– ?Que mas dara que fuera en serio? Pasada cierta edad, todas las aventuras van en serio. Igual que los ataques cardiacos.

– Bien, pues mi primer consejo es que, por pura estrategia, consigas que te represente una mujer. -Le facilita dos nombres-. Propon un acuerdo en privado. Cedes en ciertos frentes, tal vez solicitas incluso una excedencia, a cambio de lo cual la universidad convence a la chica, o a su familia, de que renuncie a interponer sus acusaciones. Es lo mejor que puedes esperar. Quedate con la tarjeta amarilla, minimiza los perjuicios, espera a que el escandalo se apague por si solo.

– ?A que frentes te refieres?

– A que aceptes someterte a un curso de aprendizaje de sensibilidad. A prestar servicios a la comunidad. A comenzar tratamiento con un psicologo. Lo que puedas pactar.

– ?Tratamiento con un psicologo? ?Yo necesito tratamiento con un psicologo?

– No te lo tomes a mal. Lo unico que he querido decir es que una de las opciones que se te ofrecen podria ser esa.

– ?Para ponerme el tornillo que me falta? ?Para curarme? ?Para evitarme esos deseos inapropiados? El abogado se encoge de hombros.

– Para lo que sea.

En el campus universitario, esa semana se inicia una Campana de Sensibilizacion Popular Contra las Violaciones. Mujeres Contra la Violacion, grupo de presion combativo donde los haya, anuncia una sentada de veinticuatro horas en solidaridad con las «victimas recientes». Alguien le cuela un panfleto por debajo de la puerta del despacho:

LAS MUJERES SE DEFIENDEN.

Al pie, garabateado a lapiz, un mensaje personalizado:

SE ACABO LO QUE SE DABA, CASANOVA.

Cena con su ex mujer, Rosalind. Llevan ocho anos separados. Poco a poco, con cautela, han ido retomando

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