El domingo no sali de casa. Birdie y yo nos aislamos protectoramente del mundo exterior. No me vesti y evite la radio y la television. No podia resistir ver la foto de Gabby ni oir las detalladas descripciones de la victima y del sospechoso. Tan solo hice tres llamadas. Primero a Katy, luego a mi tia de Chicago para felicitarla por su octogesimocuarto cumpleanos. Todo un record.

Sabia que Katy estaba en Charlotte pero deseaba tranquilizarme. Como era de esperar, no obtuve respuesta. Maldije la distancia. No. Bendita fuese: no deseaba que mi hija se encontrara en ningun lugar proximo a un monstruo en cuyo poder se hallaba su foto. Nunca sabria lo que yo habia descubierto.

La ultima llamada fue para la madre de Gabby. Estaba sometida a sedantes y no pudo responder al telefono. Hable con el senor Macaulay: suponiendo que les entregasen los restos, el funeral se celebraria el jueves.

Me pase un rato sollozando, oscilante el cuerpo como un metronomo. Los demonios que circulaban por mi sangre me atormentaban exigiendo alcohol. Placer-dolor, un principio tan sencillo. «Alimentanos, aturdenos, liberanos.»

Pero no lo hice. Hubiera sido muy facil; pero, si yo renunciaba en aquella partida, perderia mi carrera, mis amigos y mi autorrespeto. ?Diablos, igual podia dejar que Saint Jacques/Tanguay acabara conmigo!

No cederia. Ni a la botella ni al maniaco. Se lo debia a Gabby, me lo debia a mi misma y a mi hija. De modo que permaneci sobria y aguarde, echando muchisimo de menos poder charlar con Gabby. Y me aseguraba con frecuencia de que la brigada de vigilancia siguiera en su sitio.

El lunes Ryan llamo sobre las once y media para comunicarme que LaManche habia concluido la autopsia. La causa de la muerte habia sido estrangulacion. Aunque el cuerpo estaba descompuesto habian descubierto un surco muy profundo en el cuello de Gabby, por encima y debajo del cual la piel aparecia desgarrada en una serie de estrias y aranazos. Las venas de la garganta mostraban cientos de pequenas hemorragias.

A Ryan se le encogia la voz. Imagine a Gabby esforzandose desesperadamente por respirar, por vivir. ?Basta! Gracias a Dios que la habiamos encontrado tan rapidamente. No hubiera podido enfrentarme al horror de tenerla en mi mesa de autopsias. El dolor de perderla ya era insoportable.

– Tenia rota la hioides. Y lo que quiera que el utilizara tenia lazos o eslabones, pues le dejo huellas espirales en la piel.

– ?Habia sido violada?

– No se ha podido averiguar por causa de la descomposicion. Tampoco aparecen rastros de esperma.

– ?En que momento se produjo la muerte?

– LaManche le concede un minimo de cinco dias. Nos consta que el maximo son diez.

– Un abanico muy amplio.

– Teniendo en cuenta el calor y el somero enterramiento, cree que el cuerpo deberia hallarse en peor estado.

?Oh Dios, acaso no habia muerto el mismo dia en que desaparecio!

– ?Han registrado su apartamento?

– Nadie la vio, pero estuvo alli.

– ?Que hay de Tanguay?

– ?Esta preparada para esto? El tipo es profesor. Ejerce en una pequena escuela en la parte occidental de la isla.

Distingui crujir unos papeles.

– La escuela se llama Saint Isidor's, y esta alli desde 1991. Tiene veintiocho anos, es soltero y en el formulario de solicitud hizo constar que carecia de parientes proximos. Lo estamos investigando. Vive en Seguin desde el 91. La casera cree que antes estuvo en algun lugar de Estados Unidos.

– ?Se han encontrado huellas?

– Muchisimas. Las tomamos todas, pero sin exito. Esta manana las hemos enviado al sur.

– ?Y en el interior del guante?

– Por lo menos dos identificables y una palma borrosa.

Se me represento una imagen de Gabby. La bolsa de plastico. Otro guante. Anote una sola palabra: guante.

– ?Se graduo?

– En Bishops. Bertrand se encuentra ahora en Lennoxville; Claudel trata de conseguir algo en Saint Isidor's, aunque con escaso exito. El conserje es casi centenario y no hay nadie mas por alli. Durante el verano permanece cerrado.

– ?Ha aparecido algun nombre en el apartamento?

– Ninguno: ni fotos ni agendas ni cartas. El tipo debia de vivir en un vacio social.

Se produjo un prolongado silencio mientras reflexionabamos sobre ello.

– Ello explicaria algunas de sus insolitas aficiones -dijo Ryan de pronto.

– ?Los animales?

– Eso, y la coleccion de cuchillos.

– ?Cuchillos?

– El tipo tenia mas navajas que un cirujano ortopeda. Principalmente instrumentos quirurgicos. Cuchillos, navajas de afeitar, escalpelos. Los guardaba debajo de la cama junto con una caja de guantes quirurgicos. Muy original.

– Un solitario con fetichismo por las hojas blancas. Extraordinario.

– Y la habitual galeria porno. Muy hojeada.

– ?Que mas?

– Tambien tiene coche. -Nuevo crujir de papeles-. Un Ford Probe de 1987 que no ha aparecido en el vecindario. Lo estan buscando. Esta manana hemos conseguido la foto del carne de conducir y tambien la hemos remitido.

– ?Y?

– Usted misma podra comprobarlo, pero creo que la abuela tenia razon: es muy corriente. O tal vez la reproduccion en fax le hace poca justicia.

– ?Podria tratarse de Saint Jacques?

– Quiza. O de Perico de los Palotes. O del tipo que vende perros calientes en la calle Saint Paul. Excluiremos a Tom Selleck porque lleva bigote.

– Es usted muy pesimista, Ryan.

– A ese tipo ni siquiera le han puesto una multa. Es un muchacho realmente excelente.

– Desde luego. Un tipo excelente que colecciona cuchillos y pornografia y trincha mamiferos pequenos.

Se produjo una pausa.

– ?Que clase de animales?

– Aun no estamos seguros. Estan interrogando a un tipo de la universidad.

Contemple la palabra que habia escrito y trague saliva.

– ?Se han descubierto huellas dentro del guante que encontramos junto a Gabby?

Me resultaba dificil pronunciar su nombre.

– No.

– Sabiamos que no las habria.

– Si.

En el fondo se distinguian los sonidos propios de la brigada.

– Quiero entregarle una copia de la foto del permiso de conduccion para que tenga alguna idea de cual es su aspecto por si se lo encontrase de cerca de modo personal. Aunque creo que es mejor que no se aleje de casa hasta que cacemos a ese gusano.

– Ire ahi. Si identificacion ha concluido con los guantes deseo someterlos a biologia y luego a Lacroix.

– Pienso que deberia…

– No sea machista, Ryan.

Distingui un profundo suspiro desde el otro extremo de la linea.

– ?Me oculta algo?

– Esta usted informada de todo cuanto sabemos, Brennan.

– Estare ahi dentro de media hora.

Вы читаете Testigos del silencio
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×