Puedo… -Senale una mesa vacia.

– Desde luego. No esta ocupada.

Me sente y comence a clasificar el contenido del legajo; hojee los informes del incidente, descifre entrevistas y examine fotos. Enfrentarse al caso de Chantale Trottier era como pasear descalzo por asfalto caliente. Como el dia anterior, volvia a sentir dolor y tenia que desviar la mirada y permitirme respiros mentales de la creciente angustia que experimentaba.

El 16 de octubre de 1993 una joven de dieciseis anos se levanto de mala gana, plancho su blusa y paso una hora aseandose y acicalandose. Rechazo el desayuno que su madre le ofrecia y se marcho de su casa de un barrio de las afueras para tomar el tren con sus amigas en direccion a la escuela. Llevaba el sueter y la falda plisada del uniforme, calcetines hasta la rodilla y los libros en una mochila. Reia y parloteaba y, despues de la clase de matematicas, almorzo. Al concluir la jornada desaparecio. Treinta horas despues su cuerpo descuartizado era descubierto en una bolsa de plastico de basura a sesenta quilometros de su hogar.

Se proyecto una sombra en el escritorio que me obligo a levantar la cabeza. Delante de mi se encontraba Bertrand con dos tazas de cafe. Me ofrecio una con un letrero que decia: «El lunes comienzo mi dieta». La cogi agradecida.

– ?Algo interesante?

– No mucho -repuse al tiempo que tomaba un sorbo-. Tenia dieciseis anos. La encontraron en Saint Jerome.

– Si.

– Gagnon tenia veintitres, la descubrieron en el centro de la ciudad, tambien en bolsas de plastico -medite en voz alta.

Ladeo la cabeza con aire inquisitivo.

– Adkins tenia veinticuatro anos y fue encontrada en su casa, al otro lado del estadio -continue.

– No estaba descuartizada.

– No, pero si mutilada. Tal vez el asesino se vio interrumpido y dispuso de menos tiempo.

El hombre sorbio ruidosamente su cafe. Cuando aparto la taza de la boca le quedaban unas gotas en el bigote.

– Gagnon y Adkins aparecian en la lista de Saint Jacques -anadi.

No me equivocaba al suponer que la historia ya se habria difundido en aquellos momentos.

– Si, pero los medios informativos se hicieron eco de ambos casos. El tipo tenia recortes de los articulos aparecidos en Allo Police y Photo Police acerca de ellos y, por anadidura, con fotos. Acaso tan solo sea un gusano que se alimenta con esa clase de basura.

– Tal vez.

Tome otro sorbo sin creerlo en absoluto.

– ?Tenia mucho material de esa clase?

– Si -respondio Ryan a nuestras espaldas-. Ese cerdo coleccionaba recortes de toda clase de truculencias. ?No te encontraste con alguno de esos casos de munecos cuando estabas en inmuebles, Francoeur?

Francoeur era un tipo grueso, bajito y de brillante y morena calva que se comia una barra de caramelo cuatro mesas mas alla. La deposito sobre la mesa, se lamio los dedos y asintio.

– Hum… Si… Dos. -Lametazo-. ?Maldita sea! -Nuevo lametazo-. El tipo se mete en la casa, registra el dormitorio y luego hace un gran muneco con un camison o un chandal que pertenece a la duena de la casa, lo rellena, lo viste y, tras meterlo en la cama, lo destroza a cuchilladas. Probablemente eso lo excitaba mas que un examen de matematicas. -Dos lametazos-. Luego se larga sin llevarse nada.

– ?Dejo rastros de esperma?

– No, se supone que llevaba un condon.

– ?Que arma utilizo?

– A buen seguro una navaja, pero no la encontramos. Debio de llevarsela.

Francoeur retiro la envoltura y dio otro bocado a la golosina.

– ?Por donde entraba?

– Por la ventana del dormitorio.

La respuesta llego entre el olor a caramelo y cacahuete.

– ?Cuando?

– De noche, por lo general.

– ?Donde realizo esas extravagancias?

Francoeur masco en silencio unos momentos, luego retiro una mota de cacahuete de una muela con la una del pulgar, la inspecciono y la sacudio.

– Una vez en Saint Calixte y, la otra, creo que en Saint Hubert. La que ese tipo tenia recortada habia ocurrido hacia un par de semanas en Saint Paul du Nord.

Se le hincho el labio superior al pasarse la lengua por los incisivos.

– Y creo que otro de esos casos fue a parar al CUM. Me parece recordar una llamada desde alli hace cosa de un ano.

Silencio.

– Dieron con el, pero no se trataba de un caso de gravedad: no habia herido a nadie ni se habia llevado nada. Solo tenia una idea equivocada acerca de un ligue barato.

Francoeur arrugo el envoltorio de su golosina y lo tiro a la papelera que estaba junto a su mesa.

– Al parecer la afectada de Saint Paul-du-Nord se nego a formular denuncia.

– Si -repuso Ryan-. Esos casos son tan poco gratificantes como que te practiquen una lobotomia con una navaja.

– Nuestro heroe probablemente recorto la historia porque le excita la literatura que trata sobre el acceso a los dormitorios ajenos. Tenia tambien la historia de una muchacha de Senneville, pero nos consta que no tuvo nada que ver con ello. Resulto que el padre tenia escondida constantemente a la muchacha. -Se recosto en su asiento-. Tal vez se identifique tan solo con un pariente pervertido.

Yo escuchaba la conversacion sin mirar a los dialogantes. Habia descubierto un gran mapa de la ciudad detras de Francoeur, similar al que se encontraba en el apartamento de Berger, pero de mayor escala, que se extendia hasta incluir los suburbios mas alejados al este y oeste de la isla de Montreal.

La discusion se extendio por la sala suscitando anecdotas de voyeurs y de otros pervertidos sexuales. Aproveche que estaban enfrascados en ello para levantarme con discrecion y aproximarme al mapa a fin de observarlo mas de cerca, con la esperanza de atraer lo menos posible la atencion. Lo examine y repeti el ejercicio que Charbonneau y yo habiamos llevado a cabo el viernes situando mentalmente la localizacion de las equis. De pronto me sobresalto la voz de Ryan.

– ?En que esta pensando? -me pregunto.

Cogi una caja de alfileres con cabezas redondeadas de vivos colores de una repisa que estaba bajo el mapa, escogi una roja y la situe en la esquina suroeste del Gran Seminario.

– Gagnon -dije.

La siguiente la coloque bajo el estadio olimpico.

– Adkins.

La tercera estuvo destinada a la esquina superior izquierda junto a una amplia extension del rio conocida como el lago de Deux Montagnes.

– Trottier.

La isla de Montreal tiene forma de pie cuyo tobillo desciende del noroeste, el talon se dirige hacia el sur y los dedos al noroeste. Dos alfileres senalaban el pie, exactamente sobre la suela, uno se encontraba en el centro de la ciudad, otro estaba al este, a mitad de camino de los dedos. El tercero se hallaba en el tobillo, en el extremo oeste mas alejado de la isla: no se veia ninguna pauta aparente.

– Saint Jacques marco estas dos -dije senalando uno de los alfileres del centro y luego el del extremo este.

Escudrine la playa sur siguiendo el puente Victoria al otro lado de St. Lambert y luego bajando hacia el sur. Al encontrar los nombres de las calles que habia visto el viernes, cogi un cuarto alfiler y lo clave en el extremo mas alejado del rio, exactamente bajo el arco del pie. La dispersion aun tenia menos sentido. Ryan me miro inquisitivo.

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