que alguien tuviera tiempo de reaccionar, Connie estaba apuntandolos con el arma. Tenia ante si varios objetivos, pero escogio a Danny Buchanan y disparo.
La unica persona que reacciono con la misma rapidez que Connie fue Faith Lockhart.
Desde su posicion, al lado de Buchanan, vio el arma antes que los demas y advirtio que el canon apuntaba a su amigo. En su mente escucho la detonacion que propulsaria la bala que mataria a Buchanan. Lo inexplicable fue la rapidez con la que actuo.
La bala alcanzo a Faith en el pecho; profirio un grito ahogado y se desplomo a los pies de Buchanan.
– ?Faith! -grito Lee. En vez de intentar reducir a Connie, se abalanzo sobre ella.
Reynolds apunto a Connie con la pistola. Cuando el se dio vuelta para encanonarla, la imagen de la pitonisa se le aparecio en la mente. Esa linea de la vida demasiado corta. AGENTE FEDERAL MADRE DE DOS HIJOS MUERTA. En su cabeza vio el titular con nitidez. Todo aquello resultaba casi paralizante. Casi. Reynolds y Connie se clavaron la mirada. El alzo la pistola para apuntarle a la cabeza. Apretaria el gatillo, a Brooke no le cabia la menor duda. Tenia el valor suficiente, las agallas para matar. ?Y ella? Tenso el dedo en el gatillo de su pistola mientras el mundo parecia ralentizarse al ritmo de un fondo submarino, donde la gravedad quedaba anulada o era muy superior. Su companero. Un agente del FBI. Un traidor. Sus hijos. Su propia vida. Ahora o nunca. Reynolds apreto el gatillo una vez y luego otra. El retroceso era corto, su punteria perfecta. Cuando las balas penetraron en el cuerpo de Connie, se le estremecio todo el organismo mientras su mente quiza continuara enviando mensajes, no consciente todavia de que estaba muerto.
Reynolds tuvo la impresion de que Connie la miraba inquisitivamente mientras caia y la pistola se le escapaba de la mano. Esa imagen la perseguiria para siempre. Brooke Reynolds no respiro hasta que el agente Howard Constantinople quedo tendido en el suelo, inmovil.
– ?Faith! ?Faith! -Lee le rasgo la camisa y dejo al descubierto la horrible herida sangrienta que tenia en el pecho-. ?Oh, Dios mio, Faith! -Estaba inconsciente y apenas se percibia su respiracion.
Buchanan la contemplaba horrorizado.
Reynolds se arrodillo junto a Lee.
– ?Es muy grave?
Lee levanto los ojos, angustiado. Era incapaz de articular palabra.
Reynolds inspecciono la herida.
– Grave -afirmo-. La bala esta dentro. Se ha alojado justo al lado del corazon.
Lee observo a Faith. Empezaba a palidecer. Se notaba que la vida se le escapaba con cada breve inspiracion.
– ?Dios mio, no, por favor! -exclamo Lee.
– Tenemos que llevarla rapidamente a un hospital -dijo Reynolds. No tenia la menor idea de donde estaba el mas cercano ni mucho menos de donde habia uno que tuviera un buen quirofano, que era lo que Faith realmente necesitaba. Buscar por la zona en coche seria como firmar el certificado de defuncion de Faith. Podia llamar a los paramedicos, pero a saber cuanto tiempo tardarian en llegar. El rugido del motor de la avioneta hizo que Reynolds mirara por la ventana. En pocos segundos se le ocurrio un plan. Se acerco corriendo a Connie y le arrebato la placa del FBI. Por un breve instante, se fijo en su antiguo companero. No debia sentirse mal por lo que habia hecho. Sin duda el estaba dispuesto a matarla. Asi pues, ?por que la atormentaban los remordimientos? Connie estaba muerto. Faith Lockhart no. Por lo menos de momento. Reynolds regreso rapidamente junto a Faith.
– Lee, vamos a tomar el avion. ?Date prisa!
El grupo corrio al exterior, con Reynolds en cabeza. Oyeron que los motores del bimotor aceleraban, preparandose para el despegue. Reynolds apreto el paso. Iba directa al seto hasta que Lee la llamo y le senalo el camino de acceso. Torcio en esa direccion y llego a la pista de aterrizaje al cabo de un minuto. Miro hacia el extremo opuesto. El avion estaba girando, preparado para rodar a toda velocidad por la pista y despegar; su unica esperanza se esfumaria en cuestion de segundos. Recorrio el asfalto a toda velocidad, hacia el avion, al tiempo que blandia la pistola y la placa gritando «?FBI!» a todo pulmon. El aeroplano se acercaba a Brooke a toda velocidad cuando Buchanan y Lee, que llevaban a Faith, irrumpieron en la pista.
Finalmente, el piloto reparo en la mujer armada que se aproximaba al avion. Desacelero y el ruido de los motores disminuyo.
Reynolds se aproximo al aparato, mostro la placa y el piloto abrio la ventanilla.
– FBI -dijo Reynolds con voz ronca-. Tengo a una mujer herida de gravedad. Necesito su avion. Llevenos inmediatamente al hospital mas cercano.
El echo un vistazo a la placa y a la pistola y asintio anonadado.
– De acuerdo.
Subieron todos a la avioneta y Lee abrazo a Faith contra su pecho. El piloto hizo girar la nave de nuevo, regreso al final de la pista e inicio el despegue una vez mas. Un minuto despues el bimotor se elevaba en el aire para surcar el cielo ya iluminado.
El piloto llamo por radio para que tuvieran preparada una ambulancia equipada con un sistema de respiracion artificial en la pista de aterrizaje de Manteo que, por fortuna, se encontraba a pocos minutos de distancia en avion. Reynolds y Lee utilizaron algunas vendas del botiquin de primeros auxilios del aeroplano para intentar cortar la hemorragia. Ademas, Lee habia administrado oxigeno a Faith de la pequena bombona que habia a bordo, pero ninguno de sus esfuerzos parecian surtir efecto. Ella todavia no habia recobrado el conocimiento y apenas le encontraban el pulso. Se le habian empezado a enfriar las extremidades, aunque Lee la abrazaba, en un intento por transmitirle algo de calor con su cuerpo, como si eso pudiera mejorar su estado.
Lee se traslado con Faith en la ambulancia al Beach Medical Center, un hospital que contaba con sala de urgencias y centro de traumatologia. A Reynolds y Buchanan los llevaron alli en coche. Camino del hospital, Reynolds llamo a Fred Massey a Washington. Le conto lo suficiente para que este corriese a tomar un avion del FBI. Reynolds le insistio en que solo viniera el, sin nadie mas. Massey habia aceptado esta condicion sin rechistar. Quiza habia sido el tono de su voz o, sencillamente, el asombroso contenido de las pocas palabras que Reynolds habia pronunciado.
Trasladaron en el acto a Faith a la sala de urgencias, donde los medicos se ocuparon de ella durante casi dos horas intentando mantener sus constantes vitales, regularle el ritmo cardiaco y detener la hemorragia interna. La perspectiva no era demasiado halaguena. En una ocasion incluso tuvieron que recurrir al desfibrilador.
A traves de las puertas, Lee observaba petrificado a Faith sacudirse bajo el impacto de la corriente electrica que le aplicaban con los electrodos. Solo fue capaz de moverse cuando vio que en el monitor aparecia la caracteristica serie de picos y valles en vez de una linea recta.
Apenas dos horas despues tuvieron que abrirle el pecho, separarle las costillas y practicarle un masaje cardiaco para que el corazon siguiera latiendole. Cada hora parecia enfrentarse a una nueva crisis destinada a segar el debil hilo que la mantenia unida a la vida.
Lee recorria la sala de un extremo a otro con las manos en los bolsillos, cabizbajo, sin hablar con nadie. Habia rezado todas las oraciones que recordaba. Incluso habia inventado algunas nuevas. No podia hacer nada por ella y eso era lo que no soportaba. ?Como habia permitido que ocurriera algo asi? ?Como era posible que Constantinople, ese viejo y gordo hijo de puta, hubiera disparado? Y encima mientras el estaba a su lado. Y Faith, ?por que se habia puesto en medio? ?Por que? Era Buchanan quien debia yacer en