– Yo me ocupare de ella -El tono de Sarina bordeaba la afrenta conmocionada cuando se inclino sobre la joven para examinar las heridas.
– Ella es mi novia, Sarina -Habia un tono cortante en la voz del
Parecia haber un significado oculto en sus palabras, e Isabella sintio pasar un entendimiento entre los otros dos, pero ella no pudo captar su sentido. Su espalda estaba palpitando y ardiendo, y solo queria que ambos la dejaran sola.
– Por supuesto,
– Pondre en marcha los planes para completar nuestro trato al momento. No te preocupes,
Isabella cerro los ojos, sus dedos se cerraron en dos apretados punos cuando Sarina empezo comenzo a trabajar en las heridas abiertas de su espalda. El dolor era execrable, y no queria que
Lo que fuera que Sarina estaba haciendo sacaba el aliento fuera del cuerpo de Isabella, asi que no tenia forma de responder al
Un sonido de desasosiego retumbo en la garganta del
– Yo hice esto -declaro sombriamente.
Isabella sentia que ese pequeno aranazo era la menor de sus preocupaciones, aunque parecia enormemente preocupante para el.
– Usted nos salvo de un leon,
Un pequeno silencio siguio, y sintio la subita tension en la habitacion.
– ?Vio un leon? -pregunto Sarina suavemente, sus manos inmoviles sobre los hombros de Isabella.
–
El silencio se extendio interminablemente hasta que Isabella cambio de posicion, decidida a mirar al
– Vio a una bestia semejante en la habitacion con nosotros,
– Yo no vi nada. Estaba mirando al suelo, aterrada de que el pajaro me arrancara los ojos. Los halcones estan entrenados para atacar los ojos, ?sabe?
Isabella sintio lagrimas fluyendo de nuevo.
– Hice enfadar al
–
El nudo en su garganta evito que Isabella respondiera. Se habia entregado a si misma a ese hombre a cambio de la vida de su hermano. No tenia ni idea de que esperaba de ella, ni idea de como actuar o como la trataria el. No sabia nada de el excepto atroces rumores, pero habia atado su vida a la de el.
– Lamento tanto que ocurriera esto,
– Llamame Isabella -murmuro ella. Mantuvo los ojos cerrados, queriendo dormir, deseando que Sarina le ofreciera su te con hierbas. Penso en sugerirlo, pero su espalda estaba al rojo vivo, y al parecer no podia encontrar suficiente aire para respirar y hablar al mismo tiempo.
– Por supuesto que no es culpa suya. Fue un accidente, nada mas. El pajaro se altero, y salto sobre usted. En realidad, temia que podria haberla herido cuando la lance al suelo. -No menciono la terrible sensacion de maldad entrando en la habitacion, esa negra y asfixiante entidad que habia sido demasiado real para ignorarla.
Sarina toco el enrojecido aranazo en la sien de Isabella.
– ?Como ocurrio esto?
Isabella lucho por mantener la voz firme. Su espalda palpitaba y ardia.
– El
Sarina se volvio para responder a un golpe en la puerta, despues la cerro rapidamente a ojos curiosos. Mezclo las hierbas que habia enviado a buscar y cuidadosamente aplico la cataplasma a las largas laceraciones. Isabella casi grito, el sudor broto de su cuerpo, pero entonces los cortes quedaron dichosamente entumecidos, y pudo respirar de nuevo. Pero todavia estaba temblando de sorpresa y reaccion. Hubo otro golpe en la puerta, y esta vez un sirviente ofrecio a Sarina una taza del bendito te.
Isabella tuvo que ser ayudada a incorporarse, ligeramente sorprendida por la experiencia. Sonrio palidamente a Sarina.
– La proxima vez, pidamosle a Alberita que me vierta un
Sarina rio temblorosamente de alivio.
– Es usted una buena chica,
Isabella tomo un sorbo de te agradecidamente. Inmediatmanete este alivio sus terribles temblores.
– Espero que todavia diga eso cuando el me encuentre corriendo salvaje por las colinas y frunza el ceno fieramente porque no llego a tiempo a la cena.
– Sera para el una buena esposa. -Sarina le palmeo la pierna gentilmente-. Tan pronto como se beba el te, la ayudare a desvestirse. Dormira pacificamente,
Isabella esperaba que fuera verdad. Deseaba desesperadamente cerrar los ojos y escapar a la envolvente oscuridad. El alivio que sintia porque
Isabella bebio el te dulce y medicinal e hizo lo que puedo por ayudar a Sarina a librarse el andrajoso vestido. Despues se tendio sobre el estomago en el suave colchon y permitio que sus parpados cayeran. Sarina se agito alrededor de la habitacion, eliminando toda evidencia del terrible accidente y encendiendo varias velas aromaticas para disipar las crecientes sombras y proporcionar una suave fragancia. Le acaricio el pelo hasta que la prometida del
Isabella desperto con suaves susurros. Una gentil voz femenina la llamaba. La habitacion estaba oscura, las velas oscilanes estaban casi completamente consumidas, la cera se acumulaba en charcos aceitosos y las llamas humeaban.
Giro la cabeza y vio a Francesca sentada en su cama, retorciendo ansiosamente las manos y escudrinandola. Isabella sonrio adormiladamente.