volvieran y ayudaran al
–
– No lo entiendes, el estaba solo, rodeado por esas enormes bestias. -Isabella estaba temblando con tanta fuerza que sus dientes castaneteaban-. Le dejaron alli.
– No esta pensando con claridad,
Mientras se movian velozmente por los vestibulos del
– Los leones no viven montana arriba. ?Como llegaron aqui? ?No deberia alguien salir y buscar al
Sarina permanecio en silencio excepto por sus pequenos, consoladores y cloqueantes ruidos. La habitacion de Isabella estaba preparada, con un fuego ardiente y una bandeja de te. El ama de llaves ayudo a Isabella a quitarse la capa, jadeando cuando diviso la sangre en ella.
– ?Esta herida? ?Donde esta herida?
Isabella miro con desmayo las manchas rojas. Tomo la capa de Sarina, aplastando la tela entre sus manos.
– No estoy herida,
Isabella se tendio en la cama sobre el estomago, sus dedos cerrados alrededor de la colcha mientras Sarina preparaba cuidadosamente la mezcla de hierbas.
– Hableme de los leones,
– Silencio,
– Yo no he accedido a tal cosa. El me echo una vez y bien puede volver a hacerlo. No estoy preparada para perdonarle -Atraves de los ojos entrecerrados, Isabella capto la rapida y apreciativa sonrisa de Sarina, pero no tenia ni idea de que hacer al respecto.
– Creo que usted es justo lo que
Isabella abrio los ojos para mirar completamente a Sarina.
– Eso es algo extrano que decir. Vi la cara del
Sarina empezo a sacudir los derretidos copos de nieve del pelo de Isabella.
– Hace muchos, muchos anos, en los viejos tiempos, cuando la magia controlaba el mundo, cuando dioses y diosas eran llamados para auxiliar a la gente, tres casa de poder residian aqui en este valle de la montana. Las casa era DeMarco, Bartolmei, y Drannacia. Eran linajes antiguos y sacros, bien favorecidos y muy amados por los dioses. En esos tiempos, las casas practicaban los antiguos caminos, venerando a la Madre Tierra. Se dice que ese fue un tiempo de gran poder. Habia poderosa magia en las casas. Sacerdotes y sacerdotisas, magos y hechiceros. Algunos incluso dicen que brujas.
Isabella se sento erguida, intrigada. Cuidadosamente sostuvo el frontal de su vestido sobre sus generosos pechos.
– ?Magia, Sarina?
Sarina parecia complacida porque su historia hubiera expulsado las sombras de los ojos de Isabella.
– Magia -asintio firmemente-. Habia paz en el valle, y prosperidad. Los cultivos crecian, y las casas eran lugares felices.
– Suena bien -aprobo Isabella. Podia respirar de nuevo sin el dolor de la espalda. La habitacion era calida y finalmente se habia derretido el hielo de su sangre. Busco el te y tuvo que agarrar apresuradamente su traje.
Sarina le sonrio.
– Bien puede quitarse eso y vestir una de las prendas que
Isabella habria discutido, pero queria oir la historia.
– ?De donde vinieron los leones? -Obedientemente se desabrocho el vestido y salio de el. Mientras abria la puerta del guardarropa y sacaba otro traje, miro sobre el hombro al ama de llaves-. No pueden haber estado aqui en las montanas desde siempre.
– Es usted demasiado impaciente -Sarina tomo el vestido y cuidadosamente lo coloco sobre Isabella-. No, no habia leones por aquel entonces. Dejeme contar la historia como se dice que ocurrio. Durante cientos de anos… quizas incluso mas… el valle estuvo a salvo de invasores, y aunque el mundo cambiaba a su alrededor, la gente se las arreglaba para vivir vidas pacificas y felices, practicando su fe sabiamente.
Sentada en la cama, Isabella arrastro las piernas hacia arriba bajo la larga falda y se abrazo a si misma.
– Ese debe haber sido un tiempo interesante. Hay mucho sentido en los caminos de la naturaleza.
Sarina la miro fijamente, hizo el signo de la cruz, y palmeo la cabeza de Isabella.
– ?Va a escucharme o a arriesgarse a la ira de la Santa Madonna con sus sinsentidos?
– ?Ella se enfada? No puedo imaginarla enfadada. -Isabela vio la expresion de Sarina y rapidamente oculto su sonrisa-. Lo siento. Cuentame la historia.
– No se lo merece, pero lo hare. -se quejo Sarina, claramente encantada de que la joven a su cargo estuviera creciendo en optimismo y empezara a calentarse y relajarse despues de su aterradora ordalia-. Llego un tiempo en que la gente se volvio mas adepta y mas atrevida con su magia. Donde una vez la gente fue una, empezaron a