Volvio la cara hacia el, deseando ver su expresion. Las manos masculinas le enmarcaron la cara, e inclino la cabeza hacia ella. Su boca quedo suave y flexible, abriendose a el para que pudiera acaricia su lengua, ardiente y rapida, y Nicolai se encontro devastando su boca cuando lo que queria era ir despacio. Se obligo a si mismo a domar su beso, a evitar devorarla. Cuando alzo la cabeza, ella le contemplaba, aturdida, tan confiada que sintio cayo de rodillas ante un gemidos, sus brazos le envolvieron la cintura, descansando su cara marcada contra el estomago. Alli donde su hijo creceria. La idea le trajo otra oleada de amor, abrumadoramente intensa. Su mente estaba rugiendo de deseo por ella, por la necesidad de enterrar su cuerpo profundamente en el de ella y emerger juntos. La deseaba tanto que temblaba de deseo. Sus manos se deslizaron hacia arriba por la curva de las pantorrillas, las rodillas, encontrando sus muslos.
Se le escapo un sonido. Estaba temblando.
– No creo que pueda hacer esto.
– Tengo que tener mas -le susurro el, y deslizo una mano entre los muslos, acariciando y rozando. Su suave gemido le tenso todo el cuerpo. Empujo su palma firmemente contra el ardiente nucleo de ella, sintiendolo humedecido, y sonrio, complacido con la evidencia de su excitacion. Se inclino hacia ella y la saboreo, su lengua acaricio alli donde sus manos habian estado, decidido a que le deseara, le aceptaria, no sentiria nada mas que placer.
– ?Que estas haciendo? -jadeo, sus manos le amasarone el pelo. Tenia miedo de que las piernas le fallaran, pero no queria que parara. Nunca.
La lengua acaricio de nuevo
– Sabes a miel caliente -murmuro el mientras se permitia ser indulgente, sujetandola mientras se alimentaba, adorando la forma en que se aferraba a el y su cuerpo se tensaba y temblaba-. Podria pasarme la vida saboreandote -susurro, frotando su boca sobre el estomago antes de subir-. Te llevara a mis habitaciones.- La cogio en brazos haciendo que sus pechos se rozaron contra su pecho. Isabella le envolvio los brazos alrededor del cuello.
– Mi habitacion, por favor, Nicolai. Estaremos a salvo alli. No tendre miedo. -A penas podia respirar de deseo, y cuando el inclino la cabeza para lamerle el pezon con la lengua, sintio otra ola de calor humedo rezumando en invitacion entre sus piernas.
No estaba seguro de poder aguantar, pero no iba a tomar la inocencia de Isabella sobre los azulejos como un joven caliente y egoista. Mientras se abria paso a traves del pasadizo oculto, dejo de besarla varias veces. Una vez, justo fuera del dormitorio, permitio que sus pies tocaran el suelo mientras la presionaba contra una pared y tomaba su boca, sus manos vagando sobre el cuerpo de ella.
Isabella encontro su boca un maravilloso misterio, un lugar de erotica belleza. Esta la lanzo a otro tiempo y lugar, donde su cuerpo ardia deliciosamente y le anhelaba, anhelaba la sensacion y sabor de el. Nunca tendria suficiente de sus besos, nunca conseguiria suficiente de su cuerpo. Atrevidamente deslizo las manos bajo su tunica para encontrar los musculos del pecho. Su piel estaba caliente. No pudo resistirse a frotar la mano sobre el gran bulto de sus calzones.
Nicolai casi exploto. Volvio en si con la boca en sus pechos y sus dedos profundamente dentro del cuerpo de ella. Estaba intentando arrancarse los calzones, y la frustracion le trajo de vuelva a la realidad. Tomo aliento, la respiro, y una vez mas la acuno. Le estaba ofreciendo a si misma sin reservas, un regalo que estaba decidido a atesorar.
Nicolai la llevo en brazos al interior de la camara y la tendio en la cama. Incapaz de apartar los ojos de ella, se saco la tunica de un tiro y la dejo caer en el suelo. Era hermosa, yaciendo alli completamente desnuda, siguiendo con la mirada cada uno de sus movimientos. Se sento en el borde de la cama para sacarse las botas y no pudo resistir la tentacion de un pecho cerca de el. Se inclino para succionar, su lengua mordisqueo el pezon, sus dientes rasparon gentilmente hasta que ella se estremecio de placer y sus piernas se movieron inquietamente.
El estomago era suave pero firme, y se sacudio cuando la mano de el se deslizo mas abajo.
– Confia en mi, Isabella -suplico- Solo dejame ocuparme de ti.
– Desvistete entonces -dijo ella, intentando contener la respiracion- Quiero verle como tu me ves a mi - Estaban a plena luz del dia, y deberia haberse sentido avergonzada, pero el llenaba cada uno de sus sentidos hasta que solo existio Nicolai. Todo lo que hacia, en cualquier lugar que tocaba o saboreaba, le provocaba placer y deseo. Su cuerpo ya no se sentia como propio sino pesado, dolorido y desesperado de alivio. Estaba caliente, febril incluso, y necesitaba algo. Necesitaba su cuerpo.
El tiro las botas despreocupadamente a un lado y se puso de pie para librarse de los calzones. Ella se encontro mirando con aprension la gruesa y dura ereccion brincando entre las piernas. Nicolai sonrio cuando ella fruncio el ceno.
– Creo que puedes ser demasiado grande para mi -dijo suavemente.
– Eso no es posible. Estas hecha para mi -No podia permitirla temer el hacer el amor con el. Habia muchas razones legitimas para que le temiera, pero su tamano no era una de ellas-. Me asegurare de que tu cuerpo esta listo para el mio. Confia en mi, Isabella.
Ella extendio el brazo para cerrar los dedos alrededor de su grosor. Cuando lo sintio estremecer de placer, deslizo la yema del pulgar sobre la suave punta para observar su reaccion. Se estomago se tenso ardientemente en las profundidades de su cuerpo, cada musculo se contrajo de anticipacion.
– Despues,
– Me siento lista para ti -dijo ella mientras el se arrodillaba entre sus piernas, abriendole mas los musculos. Se sentia a punto de explotar.
– Ambos creimos que estabas lista para mi antes,
Sus musculos se apretaron y tensaron alrededor del dedo, y el empezo a empujar mas profundamente, una estocada mas larga que la hizo chillar. Cuando retiro la mano, Isabella protesto-. Nicolai -Una suave reprimenda que le hizo sonreir y sacudir la cabeza.
– Aun no,
Isabella le sintio presionar hacia su entrada y espero sin aliento mientras empezaba a empujar dentro de ella. Fue lentamente, su mirada ambar sostuvo la de ella. Nicolai le tomo las manos, estirandoselas sobre la cabeza, y se inclino para succionarle el pezon. Le beso la garganta.
Ella se sobresalto, y sus dedos se apretaron alrededor de el. Se miraron el uno al otro un largo tiempo, y despues ambos sonrieron.
– Esta hecho, bellezza -La beso de nuevo-. Tomame todo. Cada pedazo de mi -Empujo mas profundamente dentro de ella-. Eso es, toma mas -Nicolai empujo aun mas profundamente, otro centimetro, e Isabella grito, el sonido quedo amortiguado contra su cuello. Tenia la impresion de estar gritando. Ella era una vaina feroz que aferraba, jugueteaba y le volvia loco-. Estamos casi alli, solo un poco mas, todo yo, donde pertenezco-. persuadio con ruegos. Le solto las manos y atrapo sus caderas.
Isabella se estremecia de placer mientras el se retiraba y empujaba hacia adelante, deslizandose dentro de ella, fuera de ella, lentamente al principio, despues rapido, mas rapido aun, profundas y duras estocada que la dejaban sin aliento y dejaban a sus nervios pidiendo a gritos mas, siempre mas. Ahora podia sentir el ritmo de el y empezo a encontrar su cuerpo con el propio haciendo que el apretara los dientes contra la creciente presion.
Nicolai deseo que durara para siempre, un extasis para ambos. Crecia en el, salvaje y primitivo. Su mujer. Su pareja. El rugido de su cabeza se incremento. La aferro de las caderas mas duramente, empujandola hacia el mientras el empujaba hacia adelante con largas y duras estocadas, tan profundamente que deseo encontrar su