iban a permitir que lo olvidara. Oh, se llevaba bien con Barry Frost, a pesar de su irritante buen talante. Jerry Sleeper era demasiado flematico como para que alguien se llevara mal con el. Y en cuanto a Moore, bueno, a pesar de sus reservas iniciales comenzaba a caerle bien y a respetarlo sinceramente por su trabajo metodico y sosegado. Mas importante aun, el parecia respetarla. Cada vez que hablaba, sabia que Moore la escuchaba.

No, era con el quinto policia del equipo, con Darren Crowe, con quien tenia problemas. Graves problemas. Ahora estaba sentado frente a ella en la mesa, impresa en la cara su habitual sonrisa burlona. Ella se habia criado con chicos como el. Chicos de mucho musculo, muchas novias. Mucho ego.

Ella y Crowe se despreciaban mutuamente.

Una pila de papeles circulo por la mesa. Rizzoli tomo una copia y leyo el perfil criminal que el doctor Zucker acababa de ofrecerles.

– Se que para muchos de ustedes mi trabajo es esoterico -dijo Zucker-. Asi que permitanme explicarles mi razonamiento. El entra en la casa de la victima por una ventana abierta. Lo hace en las primeras horas de la madrugada, entre la medianoche y las dos de la manana. Sorprende a la victima en su cama. La inmoviliza atandola a la cama con tela adhesiva en las munecas y los tobillos. Refuerza esto con ataduras en los muslos y el pecho. Finalmente le tapa la boca. Lo que consigue es el control total. Cuando poco despues la victima se despierta, no puede moverse, no puede gritar. Es como si estuviera paralizada, aunque despierta y consciente de todo lo que sucede despues. Y lo que sucede despues es la peor pesadilla de cualquiera.

La voz de Zucker se habia vuelto monocorde. Cuanto mas grotescos los detalles, mas suave su voz, y todos se inclinaban hacia delante, pendientes de sus palabras.

– El asesino comienza a cortar -dijo Zucker-. De acuerdo con el informe de la autopsia, se toma su tiempo. Es meticuloso. Corta en el bajo vientre, capa por capa. Primero la piel, luego la capa subcutanea, luego la grasa, luego el musculo. Usa sutura para controlar la hemorragia, identifica y extrae unicamente el organo que busca. Nada mas. Y lo que busca es la matriz.

Zucker recorrio la mesa con la vista, tomando nota de sus reacciones. Su mirada se detuvo en Rizzoli, el unico policia en la sala que poseia el organo del que hablaba. Ella le devolvio la mirada, resentida de que su genero fuera el causante de esa mirada.

– ?Que nos indica eso, detective Rizzoli? -pregunto.

– Odia a las mujeres -dijo ella-. Les extirpa lo unico que las hace mujeres.

Zucker asintio, y su sonrisa la hizo temblar.

– Es lo que Jack el Destripador hizo con Annie Chapman. Al tomar la matriz, le quita la femineidad a la victima. Le roba su poder. Ignora las joyas, el dinero. Solo quiere una cosa, y una vez que ha obtenido lo que quiere, puede dedicarse al final. Pero se produce una pausa antes de la emocion final. La autopsia en ambas victimas indica que se detiene en ese punto. Tal vez transcurre una hora, mientras la victima continua sangrando lentamente. Un charco de sangre se acumula en su herida. ?Que hace durante ese lapso?

– Disfruta -dijo Moore suavemente.

– ?Quieres decir que se manosea? -dijo Darren Crowe planteando la pregunta con su acostumbrada crudeza.

– No hubo rastros de eyaculacion en ninguna de las escenas -senalo Rizzoli.

Crowe le lanzo una mirada de eres muy lista.

– La ausencia de e-ya-cu-la-cion -dijo enfatizando sarcasticamente cada silaba- no deja afuera la posibilidad de que se manosee.

– No creo que se estuviera masturbando -dijo Zucker-. Este individuo en particular no podria perder el control en un entorno poco familiar. Creo que espera a estar en un lugar seguro para alcanzar su satisfaccion sexual. Todo en esta escena del crimen indica a gritos que hay control. Cuando procede al acto final, lo hace con confianza y autoridad. Corta la garganta de la victima con un unico corte profundo. Y luego ejecuta un ultimo acto ritual. -Zucker tomo su maletin y saco dos fotos de la escena, que deposito sobre la mesa. Una era del dormitorio de Diana Sterling, la otra de Elena Ortiz. -Dobla meticulosamente sus camisones y los ubica cerca del cuerpo. Sabemos que doblo la ropa despues del asesinato, porque se encontraron manchas de sangre entre los pliegues.

– ?Por que lo hace? -pregunto Frost-. ?Cual es el simbolismo de eso?

– Una vez mas: el control -dijo Rizzoli.

Zucker asintio.

– Seguramente forma parte de lo mismo. Mediante este ritual demuestra tener el control de la escena. Pero al mismo tiempo el ritual lo controla a el. Es un impulso que probablemente no pueda resistir.

– ?Y que sucederia si se le impide hacerlo? -pregunto Frost-. Digamos que se lo interrumpe y no puede completar el acto.

– Lo dejaria frustrado y furioso. Se sentiria impelido a comenzar una caceria de inmediato en busca de su proxima victima. Pero hasta ahora se las arreglo siempre para completar el ritual. Y cada asesinato fue lo bastante satisfactorio como para mantenerlo inactivo por largos periodos de tiempo. -Zucker paseo la vista por la sala-. Esta es la peor clase de asesino con la que podemos enfrentarnos. Paso un ano entero entre ambos ataques. Es extremadamente raro. Significa que pueden pasar meses entre una y otra caceria. Podriamos rasgarnos las vestiduras tratando de encontrarlo, mientras el espera con paciencia el siguiente asesinato. Es meticuloso. Es organizado. Dejara pocas pistas a su paso, si es que deja alguna. -Miro a Moore en busca de confirmacion.

– No tenemos huellas digitales, ni tenemos ADN en ninguna de las escenas -dijo Moore-. Todo lo que hay es un cabello recogido de la herida de Ortiz. Y un par de fibras de poliester halladas en el marco de la ventana.

– Me imagino que tampoco hubo testigos.

– Hicimos ciento treinta interrogatorios en el caso de Sterling. Ciento ochenta entrevistas hasta el momento para el caso de Ortiz. Nadie vio al intruso. Nadie advirtio la presencia de un merodeador.

– Pero tenemos tres confesiones -dijo Crowe-. Todos venian de la calle. Les tomamos declaracion y los mandamos de vuelta. -Se rio-. Chiflados.

– Este asesino no esta loco -dijo Zucker-. Me atreveria a decir que parece perfectamente normal. Supongo que es un hombre blanco entre veintiocho y treinta y dos anos. Prolijamente vestido, y con una inteligencia superior a la media. Es casi seguro que se graduo en la secundaria y tal vez posee un titulo terciario o universitario. Las escenas del crimen estan separadas por casi dos kilometros de distancia, y los asesinatos fueron cometidos a una hora del dia en la que hay poco transporte publico. Asi que maneja un auto. Debe de estar limpio y bien mantenido. Es probable que no tenga historia clinica de enfermedades mentales, pero puede tener antecedentes juveniles por robo o voyeurismo. Si trabaja, debe de hacerlo en algo que requiere atencion y meticulosidad. Sabemos que lo planifica todo, como lo demuestra la evidencia de que lleva encima un equipo para asesinar: escalpelo, sutura, tela adhesiva, cloroformo. Mas algun recipiente de alguna clase en el que se lleva el recuerdo a su casa. Puede ser algo tan sencillo como una bolsa transparente con cierre hermetico. Trabaja en un campo que requiere atencion al detalle. Como desde luego tiene conocimientos de anatomia, y habilidades quirurgicas, podemos estar enfrentandonos a un medico profesional.

Rizzoli se encontro con la mirada de Moore; a ambos los asalto un mismo pensamiento: probablemente habia mas medicos en la ciudad de Boston que en todo el resto del mundo.

– Como es inteligente -dijo Zucker-, sabe que vigilamos las escenas del crimen. Y se resistira a la tentacion de volver. Pero la tentacion esta ahi, de modo que vale la pena seguir vigilando la casa de Ortiz, al menos en un futuro cercano. Tambien es lo bastante inteligente como para evitar elegir victimas de su vecindario. Es lo que llamamos un «viajante» mas que un «merodeador». Sale de su barrio para cazar. Hasta que no tengamos mas elementos con los que trabajar, no puedo elaborar un perfil geografico. No puedo senalar las areas en las que deberian concentrarse.

– ?Cuantos elementos mas necesita? -pregunto Rizzoli.

– Como minimo cinco.

– ?Quiere decir que necesitamos cinco asesinatos?

– El programa de ubicacion geografica de criminales que utilizo requiere cinco para tener validez. He utilizado este programa por lo menos con cuatro elementos, y a veces se puede obtener una prediccion sobre el domicilio del criminal, pero no es certero. Necesitamos saber mas acerca de sus movimientos. Cual es su esfera de actividad, cuales son sus puntos de anclaje. Todo asesino se mueve en una zona de preferencia. Son como depredadores en plena caceria. Tienen su territorio, sus agujeros de pesca, donde encuentran a la presa. -Zucker

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