– ?Es la habitacion? ?La silla?

– La silla esta bien. Es… -Lanzo una mirada de inquietud a la camara de video-. El publico.

– Los detectives Moore y Rizzoli abandonaran la habitacion. En cuanto a la camara, es solo un objeto. Una pieza de maquinaria. Piense en ella de ese modo.

– Supongo que si…

– ?Tiene alguna otra inquietud?

Se produjo un silencio. Suavemente, ella dijo:

– Estoy asustada.

– ?De mi?

– No. De la memoria. De revivirlo todo.

– Nunca hara eso. El detective Moore me dijo que fue una experiencia traumatica, y no vamos a hacer que la reviva. Nos acercaremos de otro modo. Asi el miedo no bloqueara otros recuerdos.

– ?Y como sabre que se trata de recuerdos verdaderos y no de algo que invente?

Polochek se detuvo.

– Es una preocupacion que sus recuerdos ya no sean puros. Paso mucho tiempo. Solo podremos trabajar con lo que hay alli. Debo aclararle ahora que yo mismo se muy poco acerca de su caso. Trato de no enterarme demasiado, para evitar el peligro de influenciar la memoria de mis pacientes. Todo lo que se me informo es que el acontecimiento tuvo lugar hace dos anos, y que incluia un ataque contra usted, y que la droga Rohypnol estaba en su cuerpo. Mas alla de eso, estoy a oscuras. De modo que los recuerdos que se presenten seran solo suyos. Yo estoy aqui unicamente para ayudarla a abrir ese fichero.

Ella suspiro.

– Supongo que estoy lista.

Polochek miro a los dos detectives.

Moore asintio, luego el y Rizzoli salieron de la habitacion.

Desde el otro lado de la ventana, observaron a Polochek sacar una lapicera y un bloc de notas y colocarlos sobre la mesa frente a el. Hizo un par de preguntas mas. Que hacia para relajarse. Si habia algun lugar en particular, algun recuerdo que le resultara especialmente pacifico.

– En verano, cuando era chica -dijo-, acostumbraba visitar a mis abuelos en New Hampshire. Tenian una cabana junto al lago.

– Describamela. En detalle.

– Era muy tranquila. Pequena. Con una amplia galeria que daba al agua. Habia arbustos de frambuesas cerca de la casa. Yo solia recoger las frambuesas. Y en un camino que bajaba hasta el muelle, mi abuela plantaba lirios blancos.

– De modo que recuerda frambuesas. Flores.

– Si. Y el agua. Amo el agua. Solia tomar sol en el muelle.

– Es una buena informacion. -Tomo unas cuantas notas sobre el bloc, y bajo nuevamente la pluma-. Bueno. Ahora comencemos con tres profundas inhalaciones. Deje que cada una salga lentamente. Asi es. Ahora cierre los ojos y concentrese en mi voz.

Moore observaba los parpados de Catherine cerrarse lentamente.

– Comienza a grabar -le dijo a Rizzoli.

Ella apreto el boton de grabacion del video, y la cinta comenzo a correr.

En la otra habitacion, Polochek guiaba a Catherine a traves de la relajacion completa, indicandole que se concentrara primero en los tobillos, dejando escapar la tension. Ahora sus pies se habian vuelto nacidos mientras la sensacion de relajacion subia lentamente por sus pantorrillas.

– ?En serio crees en esta mierda? -dijo Rizzoli.

– He visto como funciona.

– Bueno, tal vez funcione. Porque esta consiguiendo dormirme a mi.

El miro a Rizzoli, parada con los brazos cruzados, su labio inferior apuntando un obstinado escepticismo.

– Solo observa -dijo el.

– ?Cuando comenzara a levitar?

Polochek habia guiado el foco de relajacion sobre los musculos del cuerpo de Catherine cada vez mas arriba, moviendo sus muslos, su espalda, sus hombros. Los brazos ahora colgaban flojos a los costados. Su cara estaba sin arrugas, serena. El ritmo de su respiracion disminuyo y se hizo mas profundo.

– Ahora vamos a visualizar un lugar que ama -dijo Polochek-. La cabana de sus abuelos, sobre el lago. Quiero que se vea parada en esa amplia galeria. Mirando hacia el agua. Es un dia calido, y el aire esta quieto y estatico. El unico sonido es el gorjeo de los pajaros, nada mas. Aqui esta todo tranquilo, es un lugar pacifico. La luz del sol reverbera sobre el agua…

Una expresion de serenidad tal cruzo su cara que Moore apenas podia creer que se tratara de la misma mujer. Alli vio calidez, y todas las rosadas esperanzas de una muchacha. «Estoy mirando a la chica que fue alguna vez, -penso-. Antes de la perdida de la inocencia, antes de todos los desenganos de la adultez. Antes de que Andrew Capra le dejara su marca.»

– El agua es tan cautivante, tan hermosa -dijo Polochek-. Baja las escaleras de la galeria y comienza a recorrer el camino hacia el lago.

Catherine permanecia inmovil, con la cara completamente relajada y las manos flojas sobre el regazo.

– La tierra es suave bajo sus pies. La luz del sol cae sobre su espalda y la calienta. Y los pajaros revolotean en los arboles. Esta completamente tranquila. Con cada paso que da, se siente mas y mas serena. Percibe una calma cada vez mas profunda a su alrededor. Hay flores a ambos lados del camino, lirios blancos. Tienen un aroma suave, y mientras pasa a su lado rozandolos, aspira la fragancia. Es una fragancia muy especial y magica que la empuja al sueno. Mientras camina, siente que sus piernas se vuelven mas pesadas. El aroma de las flores es como una droga, que hace que se relaje mas. Y el calor del sol derrite toda la tension restante de sus musculos.

»Ahora se esta acercando al borde del agua. Y ve un pequeno bote al final del muelle. Camina por ese muelle. El agua esta tranquila, como un espejo. Como vidrio. El pequeno bote en el agua esta quieto y flota sobre la superficie con toda la estabilidad posible. Es un bote magico. Puede llevarla a distintos lugares. A donde quiera. Todo lo que tiene que hacer es subirse. Asi que ahora levanta su pie derecho para meterse en el bote.

Moore miro los pies de Catherine Cordell y vio que su pie derecho se levantaba y quedaba suspendido a unos pocos centimetros del suelo.

– Eso es. Suba al bote con su pie derecho. El bote es estable. La contiene con firmeza, con seguridad. Se siente con absoluta confianza y comodidad. Ahora coloque dentro su pie izquierdo.

El pie izquierdo de Catherine se elevo del suelo y volvio a bajar de nuevo con lentitud.

– ?Dios! No lo puedo creer -dijo Rizzoli.

– Estas viendolo.

– Si, ?pero como se si esta verdaderamente hipnotizada, que no lo esta fingiendo?

– No lo sabes.

Polochek se inclinaba mas cerca de Catherine pero sin tocarla, utilizando unicamente su voz para guiarla a traves del trance.

– Desate las cuerda que mantiene al bote junto al muelle. Y ahora el bote esta libre y se mueve por el agua. Tiene el control. Todo lo que debe hacer es pensar en un lugar, y el bote la llevara alli por arte de magia. - Polochek lanzo una mirada al vidrio espejado e hizo un gesto de asentimiento.

– Ahora la llevara de vuelta al pasado -dijo Moore.

– Esta bien, Catherine. -Polochek tomo su anotador y registro el tiempo en que se habia realizado la induccion-. Ahora vas a llevar el bote hacia otro lugar. Hacia otro tiempo. Todavia tienes el control. Ves una niebla que se eleva del agua, una niebla calida y amable que se siente bien sobre tu cara. El bote se desliza hacia ella. Bajas la mano y tocas el agua, y es como seda. Tan tibia, tan quieta. Ahora la niebla comienza a disiparse y justo enfrente ves un edificio sobre la orilla. Un edificio con una sola puerta.

Moore se descubrio inclinandose sobre la ventana. Sus manos estaban tensas, y el pulso se le habia acelerado.

– El bote te alcanza hasta la orilla y tu te bajas. Subes por el camino que te lleva hasta la casa y abres la puerta. Dentro hay una sola habitacion. Tiene una hermosa alfombra gruesa. Y una silla. Te sientas en la silla, y

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