acudio a esa sesion creyendo que Capra tenia un socio. Y en el acto aparece ese recuerdo. Una segunda voz. Otro hombre en la casa. -Zucker sacudio la cabeza-. No es confiable.

– No es solo su memoria la que sustenta la posibilidad de un segundo individuo -dijo Moore-. Nuestro sospechoso envio pelos que solo pudieron haber sido recogidos en Savannah.

– Ella dice que el pelo fue recogido en Savannah -senalo Marquette.

– ?Tu tampoco le crees?

– El teniente senala un punto valido -dijo Zucker-. Esta vez nos enfrentamos a una mujer emocionalmente fragil. Incluso a dos anos del ataque, puede no estar del todo estable.

– Es una cirujana.

– Si, y funciona bien en su lugar de trabajo. Pero esta lastimada. Tu lo sabes. El ataque dejo su huella.

Moore se mantuvo en silencio, pensando en el primer dia que conocio a Catherine. Lo preciso de sus movimientos, siempre controlados. Una persona distinta de la chica despreocupada que aparecio durante la sesion de hipnosis, la joven Catherine calentandose al sol en la cabana de sus abuelos. Y la noche anterior, esa gozosa y joven Catherine habia resurgido entre sus brazos. Habia estado alli todo el tiempo, atrapada en esa quebradiza cascara, esperando a que la liberaran.

– ?Entonces que hacemos con esta sesion de hipnosis? -pregunto Marquette.

– No digo que ella no lo crea -dijo Zucker-. Que no lo recuerde vividamente. Es como decirle a un nino que hay un elefante en el patio de atras. Tras un rato, el chico lo cree con tanta intensidad que puede describir la trompa del elefante, los fardos de paja que come. El colmillo roto. La memoria se vuelve realidad. Aun si nunca sucedio.

– No podemos descartar totalmente ese recuerdo -dijo Moore-. Puedo creer que Cordell no sea confiable, pero es ella el centro de interes de nuestro asesino. Lo que comenzo Capra, sus acosos, sus asesinatos, no se ha detenido. La ha perseguido hasta aqui.

– ?Un imitador? -dijo Marquette.

– O un socio -dijo Moore-. Hay antecedentes.

Zucker asintio.

– Las sociedades de asesinos no son para nada inusuales. Pensamos en los asesinos seriales como lobos solitarios, pero cerca de un cuarto de los asesinatos seriales se llevan a cabo entre socios. Henry Lee Lucas tenia uno. Kenneth Bianchi tenia el suyo. Eso les facilita mucho las cosas. El secuestro, el control. La caceria cooperativa; en suma, lo que asegura el exito de la empresa.

– Los lobos cazan en manada -dijo Moore-. Tal vez Capra lo hizo asi.

Marquette tomo el control remoto de la reproductora de video, apreto rebobinar, y luego reproducir. Sobre la pantalla de television, Catherine aparecia sentada con los ojos cerrados y los brazos colgando.

?Quien dice esas palabras, Catherine? ?Quien dice «es mi turno, Capra»?

No lo se. No conozco su voz.

Marquette apreto pausa y la cara de Catherine quedo congelada sobre la pantalla. Miro a Moore.

– Hace mas de dos anos que fue atacada en Savannah. Si el era socio de Capra, ?por que espero tanto para volver por ella? ?Por que esta sucediendo ahora?

Moore asintio.

– Me pregunto lo mismo. Creo que se la respuesta. -Abrio la carpeta que habia llevado para la reunion y saco una hoja arrancada del Boston Globe-. Esto aparecio diecisiete dias antes del asesinato de Elena Ortiz. Es un articulo acerca de mujeres cirujanas en Boston. Un tercio de el esta dedicado a Cordell. A su exito. A sus logros. Ademas hay una foto suya en colores. -Le alcanzo la hoja a Zucker.

– Esto es interesante -dijo Zucker-. ?Que es lo que ve cuando mira esta foto, detective Moore?

– Una mujer atractiva.

– ?Y ademas de eso? ?Que le dicen su postura, su expresion?

– Me hablan de confianza. -Moore hizo una pausa-. Y de distancia.

– Eso es lo que yo tambien veo. Una mujer en la cima de su juego. Una mujer intocable. Los brazos cruzados, el menton en alto. Fuera del alcance de la mayoria de los mortales.

– ?Adonde quiere llegar con eso? -pregunto Marquette.

– Piensen en lo que produce eso en nuestro asesino. Mujeres danadas, contaminadas por la violacion. Mujeres simbolicamente destruidas. Y aqui aparece Catherine Cordell, la mujer que mato a su socio, Andrew Capra. Ella no parece lastimada. No se ve como una victima. No, en esta foto aparece como una conquistadora. ?Que piensan que habra sentido cuando vio esta foto? -Zucker miro a Moore.

– Enojo.

– No solo enojo, detective. Furia desatada, descontrolada. Cuando dejo Savannah, la siguio hasta Boston, pero no puede acceder a su casa porque ella esta protegida. De modo que se toma su tiempo, matando otros blancos. Probablemente se imagina a Cordell como una mujer traumada. Una criatura sobrehumana a la espera de ser cosechada como victima. Entonces un dia abre el diario, y se encuentra cara a cara no con la victima, sino con esta puta conquistadora. -Zucker le devolvio el articulo a Moore-. Nuestro muchacho esta tratando de bajarle los humos. Y utiliza el terror para eso.

– ?Y cual seria su meta final? -dijo Marquette.

– Reducirla a un nivel en el que pueda volver a manejarla. Solo ataca a mujeres que actuan como victimas. Mujeres que han sido tan humilladas y lastimadas que no le representan una amenaza. Y si de hecho Andrew Capra fue su socio, entonces nuestro asesino tiene una motivacion mas: venganza por lo que ella destruyo.

Marquette dijo:

– ?Entonces a donde vamos con esta teoria del socio oculto?

– Si Capra tenia un socio -dijo Moore-, entonces esto nos lleva de vuelta a Savannah. Aqui estamos con las manos vacias. Hasta ahora hemos realizado cerca de mil entrevistas, sin que apareciera ningun sospechoso viable. Creo que es momento de echar un vistazo a todos los que estuvieron asociados con Andrew Capra. Ver si alguno de esos nombres reaparece aqui en Boston. Frost ya esta en el telefono con el detective Singer, el que dirigio el caso en Savannah. Puede volar hasta alli y supervisar la evidencia.

– ?Por que Frost?

– ?Por que no?

Marquette miro a Zucker.

– ?No estamos buscando una aguja en un pajar?

– A veces es posible encontrar una aguja en un pajar.

Marquette asintio.

– Esta bien. Hagamos lo de Savannah.

Moore se levanto para retirarse pero se detuvo cuando Marquette dijo:

– ?Puedes quedarte un minuto? Necesito hablar contigo. -Esperaron hasta que Zucker dejara la oficina, luego Marquette cerro la puerta y dijo-: No quiero que vaya el detective Frost.

– ?Puedo preguntar por que?

– Porque quiero que seas tu el que vaya a Savannah.

– Frost esta listo para hacerlo. Ya lo prepare para eso.

– No se trata de Frost, se trata de ti. Necesitas alejarte un poco de este caso.

Moore se quedo callado; sabia a donde se dirigia.

– Has estado pasando mucho tiempo con Catherine Cordell -dijo Marquette.

– Ella es la clave de la investigacion.

– Demasiadas noches en compania de ella. Estuviste con ella el martes a medianoche.

«Rizzoli. Rizzoli sabia eso».

– Y el sabado te quedaste con ella. ?Que es exactamente lo que esta sucediendo?

Moore no dijo nada. ?Que podia decir?

«Si, me pase de la raya. Pero no puedo evitarlo».

Marquette se hundio en la silla con una mirada de profundo desencanto.

– No puedo creer que tenga que hablar de esto contigo. Contigo, de entre todas las personas. -Suspiro-. Llego el momento de que te apartes. Pondremos a otra persona para que se haga cargo de ella.

– Pero ella confia en mi.

– ?Eso es todo lo que hay entre ustedes dos, confianza? Lo que yo escuche va un poco mas lejos que la

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