temia que la policia decidiera investigar todas las residencias secundarias en la zona.

Delilah suponia que la policia lo sabia todo. Ella no iria a prision. Encerrada como una bestia. No, ella no era un animal. Habia hecho todo lo posible. ?Acaso nadie lo entendia? ?Habia hecho todo lo posible!

Las noticias de la television eran vagas, solo decian que el Carnicero de Bozeman habia sido identificado como David Larsen y que habia ingresado cadaver en el hospital de Deaconess.

Sintio que las entranas se le revolvian. Se suponia que ella tenia que proteger a Davy, asegurarse de que nunca le hicieran dano, de que nunca lo capturaran.

Lo odiaba.

El dolor le martilleaba la cabeza. No odiaba a su hermano. No, el la necesitaba. Ella solo odiaba la atencion que el recibia cuando los dos eran pequenos.

Al crecer, Davy se volvio timido y callado. Hasta que fueron a la universidad, Davy era delgado como un chaval desnutrido y ni siquiera era mas alto que ella. Sin embargo, cuando su madre se mato en un accidente de coche, fue como si floreciera. Crecio quince centimetros y comenzo a hacer ejercicio y a convertirse en un hombre.

A Delilah eso no le gusto. No le gusto nada. Davy le pertenecia a ella. Ella lo controlaba. Ella lo manipulaba. Ella le decia que hacer y que no hacer. El siempre le hacia caso. Y siempre habia hecho lo que ella decia. Y ella lo protegia lo mejor que podia. Bueno, puede que no lo mejor. Por ejemplo, ?que podia hacer para que su madre dejara de meterle mano?

En una ocasion, cuando tenia catorce anos, se escondio en el armario. Miro a traves de la celosia y vio como su madre le tocaba las partes a Davy. Y a el parecia gustarle. Su pene se ponia duro y chorreaba esperma sobre los pechos de su madre.

Ella sabia que eso que su madre le obligaba a hacer a Davy estaba mal. Pero ?a quien se lo diria? ?Quien le creeria? Y, en cualquier caso, Delilah tenia sus propios problemas. Por ejemplo, como meter una serpiente en la taquilla de Mary Sue Mitchell sin que la pillaran.

Una serpiente venenosa. Al fin y al cabo, Mary Sue le habia tomado la mano a Matt Drake en la asamblea escolar de la semana anterior. ?Acaso la muy puta creia que ella no se daria cuenta?

Davy siempre gozaba de todas las atenciones de mama. Delilah era la hija no deseada. A veces preferia la libertad de no ser deseada. El resto del tiempo alternaba entre odiar a Davy y a su madre.

Sin embargo, intervenia a menudo para detener los duros golpes de su madre, y estaba dispuesta a ganarse una paliza con tal de evitar que golpeara a Davy. Si no amara a su hermano, ?acaso habria aguantado esas palizas por el?

Pero el no era normal. Ella se dio cuenta a una edad muy temprana. ?Como podia ser normal si su propia madre lo violaba?

Tu tambien lo violabas.

No, yo lo queria. El me queria a mi. Siempre volvia, ?no? Siempre decia que me necesitaba.

Tu le hiciste dano.

?No! Nada de lo que yo le hice lo marco. El entendia… dolor y placer. Era ella. Miranda Moore. Ella lo mato. Lo apunalo. Tenia las manos manchadas con la sangre de Davy.

Matala.

Despues de dieciseis anos de matrimonio, Delilah estaba sorprendida de no sentir nada mas que irritacion hacia su marido. El no la amaba. Ella lo habia dado todo por el; habia cuidado de su casa y de su mocoso, cocinado y limpiado y asistido a sus estupidos actos. Habia sido la mujer perfecta.

Y el la miraba como si fuera una extrana.

La unica otra cosa que la molestaba, y la molestaba mucho, era Ryan. ?Como si ella fuera capaz de hacerle dano a su propio hijo! Ella no era su madre. Evitaba deliberadamente tocar a Ryan para no caer en la tentacion. Tampoco se podia decir que sintiera la tentacion.

Ella no era su madre.

Ella no habia querido descendencia, desde luego, un hijo, no. Pero cuando supo que estaba embarazada (?de que servian los anticonceptivos si no funcionaban?) estaba segura de que el bebe seria una nina.

Tener una nina para educarla como se debe educar a una hija. Para colmarla de atenciones, vestirla con ropa bonita, llevarla a restaurantes elegantes, organizarle una gran fiesta para su puesta de largo.

Solto una risa amarga.

Habia tenido un nino. Otro Davy.

Sin embargo, era una buena madre, ?maldita sea! Lo hacia todo por el. Le horneaba las jodidas galletas, le limpiaba su jodida habitacion. Asistia a todas las jodidas reuniones de padres y obras de teatro y partidos de futbol.

?Que mas queria? ?Su sangre? ?Con eso quedaria satisfecho? ?Acaso quedaria alguien satisfecho?

Respiro hondo para relajarse. No servia de nada perder el control. Su sangre fria la habia salvado de muchas imprudencias.

Como la noche en que casi habia ahogado a Rory en su cuna. En el ultimo momento, le quito la almohada de la cara. Richard se habria enterado, y a ella la habrian metido en la carcel.

O la vez que amenazo con contarle a la policia lo de la chica en Portland. Estuvo a punto de no servirle de coartada a Davy. ?El estupido, imbecil! Queria dejarlo todo por una zorra rica de la hermandad de mujeres del Delta de los cojones.

Sin embargo, al final, le procuro la coartada y fue muy convincente. Porque, sin Davy, su vida se habria venido abajo. Ella lo necesitaba a el tanto como el a ella.

Juntos eran mas fuertes.

Ahora el estaba muerto.

Todo era culpa de Miranda Moore. La muy puta lo pagaria caro.

Capitulo 37

Miranda se desperto tarde. La luz banaba los tragaluces. Mas abajo, en el valle, se habia acumulado una niebla gris, pero no tardaria en despejarse.

Prometia ser un dia esplendido.

Se dio media vuelta, esperando encontrar a Quinn a su lado. En su lugar, encontro una nota.

Miranda,

No queria molestarte. Me reunire con Colleen en Big Sky para llevar a cabo un registro rapido de la cabana. Deberia estar de vuelta hacia mediodia, o llamare si me retraso.

He llamado al hospital. Nick sigue igual, lo cual es mas o menos una buena noticia. JoBeth Anderson esta despierta y consciente. Ashley ha pedido hablar contigo. Se pondra bien, gracias a ti.

Quedate en la hosteria. Tengo a cuatro agentes vigilando el lugar. Hasta que no sepa que pasa con Delilah Parker, preferiria tomarmelo con cautela.

Te quiero.

Q.

P.S. No camines con la pierna mala. Si tienes que ducharte, que sea rapido.

Miranda sonrio. La semana anterior, sin ir mas lejos, habria pensado que la proteccion policial era una exageracion. Pero ese dia estaba dispuesta a permitirle a Quinn su paranoia.

Su sonrisa se convirtio en un ceno fruncido. No podia ni imaginarse lo que estaba viviendo Delilah Parker en

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