hermano pequeno, y no deseaba creer que el fuera el culpable.

Pero si Peter estaba bajo vigilancia, no habia manera de que pudiera ir y venir de Los Angeles a Portland, Washington, y Boston. ?Y que pasaria si Rowan se equivocaba? ?Y si Peter tenia un complice? ?Y si pagaba a alguien para que le ayudara? A John se le insinuaban un sinfin de posibilidades.

El asunto justificaba de sobras una llamada a Roger Collins.

– ?Estas segura de que tu padre todavia esta encerrado? -pregunto finalmente.

– Si. No ha vuelto a hablar desde que mato a Mama. Roger llamo al hospital justo despues del primer asesinato. Para estar seguro.

Era una posibilidad remota. Ahora no tenian nada. Aunque no del todo. Quedaba Peter. Miro su reloj. Eran mas de las tres en Washington. Llamaria a Collins temprano por la manana.

Mantuvo a Rowan en sus brazos, sintiendo como se relajaba poco a poco. Ella se sentia bien ahi, como si ese fuera su lugar en el mundo. El le froto la espalda arriba y abajo, masajeandola para aliviarle la tension de los musculos. Lo que ella habia vivido… John cerro los ojos. Pensaria en su dolor mas tarde, cuando estuviera solo y pudiera reflexionar mas detenidamente. Trataria de entender su confianza total y absoluta en Roger Collins.

Collins se tenia las cosas muy calladas. ?Por que pensaria que era tan importante mantener en secreto el pasado de Rowan? ?Para protegerla a ella? ?De sus emociones… o de otra persona?

?Sabia el director adjunto mas de lo que daba a entender? Las cosas que intuia le zumbaban en la cabeza. En su busqueda de respuestas, Rowan habia recurrido a Collins para confirmarlas con el. El le habia asegurado que sus inquietudes a proposito de su pasado no tenian fundamento. Ella le creia porque confiaba en el.

John tenia la impresion de que la confianza de Rowan en aquella figura paterna estaba a punto de hacerse anicos.

Le paso una mano por el cuello y ella dejo escapar un suave gemido de placer cuando el le masajeo los musculos tensos. Sintiendo la humedad de sus lagrimas en la mano, la miro a la cara.

Era muy bella. Tenia los ojos cerrados pero se acerco mas a el para facilitarle el masaje en el cuello. A pesar de su piel palida tenida por las lagrimas y la emocion, todo en ella, sus pomulos prominentes, su nariz elegante y sus labios rojos y carnosos, todo le llamaba a acercarse a ella.

Resistio el deseo de besarla y cerro los ojos. Cada vez estaba mas cerca del abismo. Era precisamente lo que le habia advertido a Michael.

?Quiza ya habia caido?

Sintio que ella le besaba el cuello, apenas un roce de beso, pero la sensacion le llego hasta mas abajo del cinturon.

– ?John? -susurro en su oido.

– ?Que? -Su voz sono ronca, y carraspeo, y la mano con que le acariciaba el delgado cuello quedo quieta.

– No te vayas.

El la abrazo con mas fuerza y trago saliva. Ella le beso el lobulo de la oreja. John penso que deberia irse. Rowan estaba alterada, huerfana, emocionalmente vacia. Se sentia como si se estuviera aprovechando.

Rowan le dejo un reguero de besos desde la oreja hasta el hombro. Le rodeo el cuello con una mano y con sus dedos largos y finos le acaricio el pelo, un gesto que le transmitio calor a toda la espalda.

No se iria a ninguna parte. Dejo de lado sus sentimientos de hipocresia y entendio por primera vez que habia sentido Michael por Jessica.

Jamas deberia haber juzgado a su hermano con tanta ligereza. Se prometio a si mismo que se lo diria al dia siguiente.

John siguio con el masaje, frotandole la espalda a Rowan. Vio que la Glock le presionaba el pecho y la saco de su funda. Ella se puso rigida al sentirse desarmada, pero le quito el arma de las manos y la dejo debajo de la almohada. El desenfundo su propia pistola y la dejo sobre la mesilla de noche, sin quitarle a Rowan los ojos de encima.

– ?Rowan, estas segura…?

Ella le puso un dedo en los labios.

– Shh. No digas nada.

El queria hablar, pero no queria perder esa conexion con ella. Habia sentido una enorme atraccion desde el momento en que la vio, y todo lo que habia ocurrido desde entonces los habia acercado aun mas. Mas tarde tendrian tiempo para hablar.

John le cogio las munecas, le beso los dedos y se los llevo a la boca. El dolor y la tension en su rostro se desvanecieron. No deberian estar haciendo eso, pero, maldita sea, era muy agradable. Saco los dedos de su boca, inclino la cabeza y le rozo los labios.

Un solo beso no le bastaria. Empujo mas profundo, deseando darle el calor y el contacto fisico que necesitaba, sabiendo que ya no habia vuelta atras. Aquella no seria una guardia de una sola noche, no podria darle un beso de despedida y desaparecer sin mas de su vida.

Ya la tenia alojada en el alma.

La empujo dulcemente hacia la cama y ella le rodeo el cuello con los brazos, atrayendolo con mas fuerza, respondiendo al poderoso asalto de su boca exuberante. Abrio la boca y dejo escapar un gemido. El le lamio los labios, el cuello, detras de la oreja. Nadie deberia jamas vivir lo que habia vivido Rowan. Nadie. Era asombroso que hubiera aguantado tanto. Era una mujer extraordinaria.

La beso hasta volver a sus labios y hundirse entre ellos con su lengua. Ella le respondio beso a beso, entrelazando su lengua con la de el, mientras le frotaba y rascaba la espalda.

Con un gesto de impaciencia, ella tiro de su camiseta y el interrumpio el beso para quitarsela de un tiron por encima de la cabeza y echarla a un lado. Ella todavia tenia puesto el diminuto vestido negro y el estiro la mano y le bajo la cremallera por la espalda hasta abajo. Ella se quito el vestido con un gesto rapido y el vio su cuerpo exquisito.

Rowan tenia cicatrices. John le beso una herida que parecia a todas luces la de un disparo que le habia rozado la costilla inferior derecha. Tenia la parte de arriba del brazo marcada por una herida de arma cortante, una vieja herida. John la beso. Le desabrocho el sujetador y le cogio los pechos en el cuenco de las manos y los acaricio. La miro a la cara. Tenia los ojos cerrados y la boca abierta. Las lagrimas habian cesado.

No queria volver a verla llorar, jamas.

Le beso un pecho, le tiro del pezon para chuparlo y ella gimio. Repitio el gesto con el otro pecho, disfrutando de como ella respondia a su contacto. Antes, se habia portado como un tempano. Ahora se estaba derritiendo, al fuego vivo. Rowan tiro de su pantalon y el se lo quito con movimientos impacientes. Descanso todo su peso sobre ella y volvio a besarla.

Jamas se sentiria saciado, y entonces supo que habia caido redondo por ella.

Rowan dejo vagar sus manos por el cuerpo duro y musculoso de John. Bajo su piel bronceada, palpitaban todos sus musculos, y solo una linea por debajo de su cintura demostraba que no tomaba el sol desnudo.

Ella no queria que todo eso ocurriera, pero cuando John la sostuvo en sus brazos, el corazon se le disparo y se sintio segura. Por primera vez en mucho tiempo, se habia sentido segura. El habia compartido con ella su dolor, y ahora su pasado parecia mas ligero de llevar. Ignoraba como era posible que eso hubiera sucedido despues de que John la obligara a desnudar su alma, pero liberarse de sus secretos era un alivio. No habia hablado de ello en veintitres anos.

Como si le hubieran quitado un velo del corazon. Su fardo parecia mas ligero, como si John le ayudara a llevarlo. Se sentia mas libre que nunca. Gracias a el.

Asi que le beso el cuello y le pidio que se quedara. No estaba segura de que lo haria. Si el se iba, encontraria una manera de vivir sin el. Ella sobreviviria, sola.

Pero se alegro de que se quedara. Suplicar para que sus deseos se cumplieran no era algo que hiciera facilmente, pero en ese momento no estaba ella para remilgos si se trataba de conseguir que se quedara con ella.

Quiza por primera vez en las dos semanas transcurridas desde el asesinato de Doreen Rodriguez, cesarian las pesadillas.

Sin embargo, mas que el sentimiento de seguridad, sentia una camaraderia y un entendimiento con John que no habia tenido en toda su vida. Su manera de mirarla, con sus ojos profundos y oscuros, llamandola, prometiendole que podia confiar en el, y que no se dejaria matar. Que era lo bastante fuerte para cargar con ella

Вы читаете La presa
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату