John casi tuvo una ereccion con solo verla transpirar, viendo sus pechos menudos apretados contra la tela humeda de la camiseta. La cogio y la beso apasionadamente, saboreando la sal de sus labios, el sudor de su espalda, su energia despues del ejercicio y una torrida noche de amor.

Pero no tardo en soltarse del abrazo. No era el lugar indicado.

– Vamos -dijo, con voz ronca, y carraspeo.

No olvido sus responsabilidades. Comprobo el balcon y la casa para revisar que la seguridad funcionaba. Miro su reloj. Las siete.

– No tenemos demasiado tiempo -dijo.

– Entonces, sera mejor que nos pongamos. -Rowan se dirigio al trote hasta su habitacion y el la siguio, no sin antes cerrar las puertas. Ella se desnudo delante de el, y el no pudo sino admirar su agil musculatura. Sin embargo, todo lo que tenia que ser suave lo era.

– Rowan, yo…

Ella le cerro los labios con un dedo.

– Tal como has dicho -dijo, con voz suave-, no tenemos demasiado tiempo.

El no dejo de captar el doble sentido. No sabia por que le molesto cuando le escucho decirlo, aunque el pensara en lo mismo.

Rowan lo condujo hasta la ducha, anorando la cercania que habian forjado la noche anterior. Jamas se habia sentido tan necesitada, tan poderosamente deseosa.

Comenzaron en la ducha, donde ella empezo a enjabonarlo, y el siguio. Ella le dejo. El cogio el jabon en su mano grande y segura y la enjabono entera hasta dejarla temblando con algo mas que mera lujuria. Rowan se sintio presa de una anoranza, necesitaba prolongar aquella estrecha intimidad. Era algo delicado y transparente y, como todo lo nuevo, podia ser facilmente destruido.

Rowan no queria perderlo.

El la lavo, le beso la piel hasta oirla gemir en voz alta.

– Rowan -le murmuro el al oido cuando la empujo contra la pared de baldosas de la ducha.

– Te deseo. -Su voz era ronca y grave, y sonaba como si no fuera ella.

El se deslizo dentro de ella y ella lo envolvio con sus piernas, apoyada en la pared. Rowan le acaricio la piel dura, sin afeitar de la cara y siguio hasta sus labios, buscandole la lengua, el placer de su sabor, deseando quedarse ahi y olvidar el mundo exterior. Darle el amor que jamas habia podido compartir. Tomar el amor que el le daba.

No tenian demasiado tiempo, y ella decidio aprovecharlo al maximo.

Apreto los musculos y dejo escapar un gemido en la boca de John. Empujo la pelvis con fuerza, y el retrocedio.

Ella abrio los ojos y fruncio el ceno.

– ?Que pasa?

– Nada.

John la levanto y la llevo, aun mojada, hasta la cama. Nunca habia visto a Rowan tan relajada. Ella se incorporo y le toco la cara con un gesto entranable y a John se le acelero el corazon. La penetro lentamente, mirando la reaccion que su sensual invasion le dibujaba en el rostro. Entreabrio los labios al cerrar los ojos.

– Abre los ojos -dijo el, con voz grave, y ella los abrio de inmediato.

El le sostuvo las manos por encima de la cabeza y la miro de frente mientras le hacia el amor. Rowan sentia un placer cada vez mas intenso, y le envolvio la cintura con las piernas, respondiendo con un embate a cada uno de los de John. Cuando los ojos se le volvieron vidriosos de pasion, el la cogio en sus brazos y se derramo en ella. Rowan llego al orgasmo con un gemido, murmurando su nombre.

Se quedaron asi enredados, uno en los brazos del otro, respirando aceleradamente. El tiro de la sabana para cubrirse y la estrecho en sus brazos. Sabia que debian levantarse, pero no queria dejarla ir. Ahora, no.

Ella apoyo la mano sobre su pecho, sobre su corazon, y el sintio el corazon de ella latiendo contra su brazo. Le aparto un mechon de pelo mojado de la cara y la beso en la frente.

– He oido que trabajabas para la DEA y que lo dejaste -dijo Rowan al cabo de un rato. El cambio de la pasion al trabajo lo sorprendio-. Supongo que es… solo curiosidad. Saber de tu vida.

Rowan hizo ademan de separarse, pero el volvio a estrecharla. Si creia que iba a poder apartarse de su lado, le esperaba una sorpresa.

– Despues de cinco anos en el Comando Delta, decidi que ya habia tenido suficiente y que era hora de pedir un comodo puesto en el gobierno. -John intento reir, pero su risa sono vacia.

– Hmmm. Y yo ingrese en el FBI porque queria ser Dana Scully.

?Rowan haciendo una broma? Pero John no sonrio. Pensaba en la mirada de Denny, en sus ojos vacios y muertos, como si hubiera encontrado su cuerpo ayer.

– Tuve una infancia idilica -dijo, al cabo de un momento-. Un hogar al estilo de Leave it to Beaver. Mi padre era poli, un hombre recto y respetado. Mi madre se quedaba en casa, hacia galletas en el horno, nos llevaba a todas las actividades posibles e imaginables, siempre estaba ahi para escucharnos. Era una buena vida. ?Jo!, era perfecta.

Echaba de menos a sus padres. Habian muerto con menos de un ano de diferencia. Su padre, de un repentino infarto, y su madre, sospechaba John, de un corazon roto. Aquello habia sucedido hacia tres anos, pero todavia le entristecia.

– ?No estan vivos? -inquirio Rowan, con voz queda.

– No. -John carraspeo y trago aquel dolor que de pronto habia aflorado-. Mi mejor amigo era Denny Schwartz. Vivia en la misma calle y haciamos todo juntos. Michael solia venir con nosotros, pero Denny y yo teniamos la misma edad, ibamos a la misma clase. A los dos nos gustaban los mismos juegos. Mickey siempre queria hacer de poli, como nuestro padre. Asi que cuando jugabamos a policias y ladrones, el era siempre el poli.

– ?Tu eras el ladron?

– A veces. A menudo me inventaba otros roles, a veces con Mickey, a veces con Denny. Habia otros chicos en la pandilla, pero Denny era… el mejor.

Denny siempre se inventaba los juegos de rol mas originales y complejos. Y siempre sonreia. Siempre le hacia reir. John se sorprendio de la intensa emocion que lo embargo cuando recordo la voz de Denny murmurandole al oido: No puedo creer que estes llorando por el pasado cuando tienes a esta hembra caliente en tus brazos.

– Denny era un bromista. Siempre de bromas. Mi madre no le tenia ningun apego especial, pero lo aceptaba en su casa porque venia de un hogar destrozado. Su padre los abandono cuando el tenia cinco anos, a el y a dos hermanas menores. Su madre trabajaba en dos sitios distintos para llegar a fin de mes. No era facil, pero Denny nunca se quejaba.

Tengo un plan, Johnny. Yo cuidare de mama y de las ninas, ya veras.

– Yo queria que se alistara en el ejercito conmigo. Me enrole a los dieciocho anos. No tenia grandes ilusiones de ir a la universidad, aunque alli fue donde acabe despues de mis cinco anos en las filas. Patrocinado por la Ley GI Hill.

– Es un buen programa.

El se encogio de hombros.

– Si, pues Denny no quiso alistarse. Tenia grandes planes. Siempre pensando en algo nuevo. -John hizo una pausa, reprimiendo sus ganas de gritar. Si hubiera sabido cuales eran los grandes planes de Denny, habria renunciado al ejercito y se lo habria llevado lo mas lejos posible de Los Angeles-. Su gran plan estaba relacionado con las drogas. Todo un proyecto.

– Tu no lo sabias.

– Ni siquiera lo sospechaba. -Todavia se reprochaba el no haberse percatado de las actividades ilegales de su amigo-. Eramos jovenes, no soliamos escribirnos con mucha frecuencia, y todavia no existia el correo electronico. Tess me escribio, me conto que Denny se habia metido con gente de mala calana, pero ella no era tan cercana a el, no sabia hasta que punto eran mala calana, no sabia lo malos que eran. Y Mickey todavia iba al instituto, luego la academia de policia y la escuela nocturna. Denny no tenia a nadie mas.

– Te sientes culpable por haberlo abandonado.

Claro que se sentia culpable. Si se hubiera quedado en Los Angeles, Denny no habria muerto. Jamas se

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