– Hay mucha gente que no piensa igual.
Ella suspiro, le miro la mano apoyada en la tierra y la cogio entre las suyas. Era un gesto inesperado. Rowan nunca se habia considerado a si misma una persona dispuesta a ofrecer consuelo.
– A mi me parece -dijo al cabo de un momento-, que tu arriesgaste tu propia vida para salvar la de tus companeros. Al menos asi me lo conto Roger.
Rowan hizo una pausa y lo miro.
– ?Ese episodio tuvo algo que ver con tu decision de dejar la DEA y empezar a trabajar por libre?
El no hablo durante un buen rato, y se quedo mirando el sol en el horizonte y el despliegue de vivos colores que tenian el cielo.
– Alguien tenia que hacerlo.
Rowan tenia muchas preguntas, pero guardo silencio. Al cabo de un rato hablo el, como pensando en voz alta.
– Yo formaba parte del circulo cerrado de Pomera. Tarde tres anos en conseguirlo. Tres anos en ganarme la confianza de su gente, en convertirme en un miembro del equipo. Tuve que violar muchas reglas para llegar hasta alli, y hacer cosas de las que no me siento demasiado orgulloso.
– Ya me lo imagino.
– ?Te lo imaginas? -dijo John, con voz resentida-. ?Mirar hacia otro lado mientras tus «companeros» matan a gente inocente?
Rowan sabia que no estaba enfadado con ella sino consigo mismo.
– Hacemos lo que tenemos que hacer, John. A veces, el mal menor es nuestra unica alternativa.
El silencio se hizo entre ellos y, mientras el sol desaparecia en el horizonte, el aire se volvio frio. Pero ellos se quedaron al borde del acantilado, y John tuvo la certeza de que Rowan entendia.
– Podia haberme cargado a Pomera en ese momento. Pero aquel dia, en Baton Rouge, el llamado mal menor lo dejo escapar. Y nosotros perdimos ocho agentes, hombres y mujeres. -Nunca olvidaria el breve momento de indecision, ni la culpa de que los dos minutos que habia desperdiciado persiguiendo a Pomera fueran dos minutos robados al auxilio de sus colegas.
Nunca se habia dejado de sentir culpable. Nunca sabria si habria conseguido salvar a mas hombres.
– Se habrian perdido muchas mas vidas si no hubieras desactivado esas bombas -dijo Rowan.
– Quizas habrian muerto menos personas si yo no hubiera abandonado mi deber.
– No entiendo.
– Yo fui a por Pomera. Podria haberlo atrapado y sali persiguiendolo, pero…
– Pero te lo pensaste dos veces y acabaste haciendo lo correcto.
Rowan le apreto la mano y lo obligo a mirarla.
No llevaba sus pequenas gafas de sol, y la compasion y el amor que el vio en sus ojos azules y tormentosos le dijeron que Rowan
Si, John habia salvado vidas. Sin embargo, ?cuantas vidas se habian perdido porque Pomera escapo aquel dia? John nunca habia estado tan cerca de atraparlo.
Dudaba demasiado a menudo que algun dia volviera a estar igual de cerca.
– Si, hice lo correcto -dijo con voz queda-. Pero tuve que abandonar. Habia un topo en el operativo, alguien de confianza de mi jefe que lo protegio al muy cabron. Murieron demasiadas personas, y «lo siento» no era suficiente para mi. Me harte de la estupidez burocratica, del despilfarro, de tener que caminar sobre tejados de vidrio intentando respetar las reglas.
Siguieron sentados en silencio, mientras John pensaba en las decisiones que habia tenido que tomar. ?Eran las decisiones correctas? No lo sabia. Pero, en ese momento, era lo mas adecuado.
Como sucedia con las decisiones de Rowan.
Rowan pensaba en la ultima decision que John habia tomado.
– John, ?te sientes bien? Quiero decir, por no estar presente cuando llegue el momento de atrapar a Bobby.
El la miro y de sus ojos broto una chispa de rabia, y de algo mas, algo personal que le transmitio calidez.
– Eso ni tienes que preguntarlo, Rowan. No estaria en ningun otro lugar excepto aqui, contigo. ?No te das cuenta de todo lo que me importas?
No le dio la oportunidad de responder. La beso con fuerza en los labios, mientras de su pecho escapaba un grunido. Ella lo abrazo y, en su impulso de acercarse mas, rodaron por el suelo. El quedo encima, con todo su peso, pero ella ansiaba sentir esa cercania, el deseo que irradiaba de el.
De pronto, John se incorporo de un salto, arrastrandola a ella.
– No podemos hacer esto aqui -aviso, con voz ronca y los ojos oscurecidos. Empezo a caminar energicamente de vuelta a la cabana.
John estaba seguro de dos cosas: una, que Rowan creia que el desapareceria cuando todo aquello acabara; dos, que el no permitiria que ella lo dejara. De alguna manera, a como diera lugar, Rowan seguiria siendo parte de su vida.
No sabia demasiado bien como funcionaria. La proxima vez que Pomera estuviera a su alcance, aceptaria la mision. Volveria a America del Sur el tiempo que fuera necesario para atrapar a ese cabron asesino. Podrian pasar meses o anos. No seria justo pedirle a Rowan que lo esperara.
Sin embargo, la amaba. Ahora y para siempre. No podia imaginarse haciendo el amor con otra mujer. Rowan se habia convertido en parte de el. A traves del dolor de la perdida de Michael, de la traicion de su mentor y del encuentro con su padre, John habia visto los cimientos de Rowan, que eran solidos. Ella estaba reconstruyendo su vida, John lo veia en todo lo que hacia. Pensaba que habia dejado el FBI por una cuestion de debilidad, pero si a algo se debia era al instinto de supervivencia.
El tambien se habia quemado en una ocasion.
Pero habia vuelto de la derrota para reiniciar la lucha. Rowan haria lo mismo. Porque eso era lo que ella hacia. No le sorprenderia que volviera al FBI cuando acabara todo aquello. Su sentido de la justicia era demasiado arraigado para encerrarse y recluirse escribiendo. Pero aunque no volviera, aunque continuara con su carrera de escritora, no seria por miedo. Seria porque asi lo queria ella.
Y eso establecia toda la diferencia del mundo.
Asi que la habia besado. Pero probarlo una vez no bastaba. Probarlo una vez le recordaba que habian hecho el amor, que la habia acariciado, que habia abrazado su cuerpo ligero despues del amor, cuando los dos estaban saciados.
No por mucho tiempo. El siempre queria mas de ella.
Deseaba volver a la cabana a toda prisa, pero habia que cumplir con un protocolo de seguridad, algo que casi habia pasado por alto al haber estado a punto de hacer el amor con ella en el acantilado.
– Espera aqui -dijo, mientras inspeccionaba el perimetro.
Sorprendentemente, cuando acabo de comprobarlo, la encontro donde la habia dejado. John casi le sonrio, pero en cuanto vio que ella, con los ojos entrecerrados por el deseo, daba un paso hacia el, ya no pudo resistir mas, y se abalanzo hacia ella.
Sus labios respondieron, apasionados, dandole alas. Abriendose para que pudiera entrar mas profundo. El le tiro de la lengua, jugo con ella, intentando poseerla. Traerla mas cerca. Hacerla realmente suya. Ella le siguio el ritmo, y se apreto contra el envolviendole el cuello con los brazos. Le arano el cuello con las unas y el se estremecio.
John penso en poseerla ahi, sin mas. Pero se retuvo. Queria hacerlo correctamente. Manifestarle sentimientos que no estaba preparado para expresar en voz alta. Ensenarle la profundidad de su deseo, y hacerle saber que aquella no era la ultima vez sino la primera de muchas.
Que el fin distaba mucho de estar cerca.
Ella alargo la mano y tiro de su camisa todavia humeda despues de correr con aquel frio. El gimio al sentir los dedos de Rowan acariciandole la espalda, siguiendo hasta sus hombros, sin detenerse, atrayendolo hacia ella.
Se quito rapidamente la camiseta y la tiro a un lado. Ella se paseo los pulgares por su pecho dibujando circulos alrededor de sus tetillas, desatando descargas de energia que le llegaban a la entrepierna. John ya se habia puesto duro y queria acelerar las cosas, pero se retuvo. No queria darse prisas. Respiro hondo y se separo