tiene sentido, Nikki. ?Por que atormentarte mirando estas fotos? Ese tipo se suicido. El ahorcamiento siempre es suicidio o accidente, nunca asesinato. Dejalo correr y sigue adelante con tu vida.
– Cuando el forense lo diga, no antes -insistio Nikki, tanto porque lo creia como para mostrarse obstinada-. Es mi trabajo. Soy asi.
– Ya, pero no hace falta que te lleves el trabajo a casa.
– No me acuses de corromper a tus hijos -le advirtio Liska-. Ya has oido a R. J. Quiere trabajar en Narcoticos. No hay demasiadas cosas peores que eso.
– Desde luego que si; podria hacerse de Asuntos Internos. Mira como acaban.
Liska no miro la fotografia que su ex sostenia en alto, pues se la sabia de memoria.
– Vale, ya he tenido suficiente charla agradable por una noche. Ha sido lo de siempre. Ya sabes donde esta la puerta.
Speed permanecio inmovil y adopto su expresion de «si, tambien puedo comportarme como un adulto». Liska suspiro.
– Mira, he venido a ver como estabas -confeso Speed-. Me entere de que llevabas este caso y pense que podria ser duro… porque era poli, porque era de Asuntos Internos, por lo de tu viejo y todo eso…
– Mi padre no se suicido -replico Liska demasiado deprisa, demasiado a la defensiva, un error que la hizo sentirse muy vulnerable.
– Lo se, pero todo el tema de Asuntos Internos…
– No tiene nada que ver -lo atajo.
Speed considero sus opciones. Liska sabia que estaba pensando en el mejor modo de jugar sus cartas, jugar con ella. Por fin extendio las manos como un amigo que se limita a ofrecer una sugerencia.
– En fin, pues dejalo en cuanto el forense dictamine que fue un suicidio, o bien podrias dejarlo ahora mismo. Un caso asi no requiere dos detectives. Que se ocupe Kojak.
Craso error Liska se mosqueo ante la insinuacion de que no era lo bastante dura para manejar el caso.
– ?Y a ti que te importa? Llevo el caso y lo llevare hasta que se resuelva.
– Vale, pero es que…
Exhalo un largo suspiro doliente y se meso el cabello.
– Es que todavia me importas. Nikki. Tenemos un pasado en comun, y eso significa algo, incluso para un cabron como yo.
Liska guardo silencio, pues no confiaba en su voz ni en el amasijo de emociones que se acumulaban en su interior. El interes de Speed era inesperado, y Liska no estaba preparada para el modo en que la hizo sentir, tan vulnerable y necesitada. No eran terminos que le gustara asociar a si misma.
Speed metio la mano en el bolsillo del abrigo, saco un cigarrillo y se lo coloco entre los labios.
– Bueno -murmuro, rozandole la mejilla-. No digas que nunca he intentado hacer nada por ti.
Liska se aparto y desvio la mirada.
– Ya -dijo Speed, dejando caer la mano-. Se donde esta la puerta. Nos vemos, Nikki.
Ya estaba a punto de salir cuando Nikki reunio valor suficiente para hablar.
– Esto… Speed… Gracias por tu interes, pero estoy bien. Me las arreglare. Es un caso como cualquier otro.
– Ya, lo que tu digas. Lo habras dejado en menos que canta un gallo.
Le dirigio una ultima mirada, y Liska tuvo la sensacion de que queria anadir algo mas, pero por fin se fue.
Corrio el cerrojo de la puerta y apago las luces. Recogio las fotografias de Andy Fallon y fue a su dormitorio para guardarlas en el maletin. Luego entro un momento en la habitacion de los chicos, que fingian dormir, se cepillo los dientes, se puso una enorme camiseta de la academia del FBI y se acosto para asi poder contemplar el techo y ver el pasado girar como un remolino en su memoria.
El baile de padres e hijas en el instituto. Liska tenia trece anos y estaba humillada, mortificada. El sentimiento de culpabilidad se apelotonaba en su vientre como una inmensa roca a causa de las demas emociones. Su padre rigido junto a ella, los ojos bajos, tan avergonzado como ella por las miradas de la gente. Era un hombre robusto de penetrantes ojos azules, el lado izquierdo del rostro inerte, como si alguien le hubiera seccionado todos los nervios. La gente los miraba con fijeza, no solo por el rostro de su padre, sino tambien por los rumores que habian oido. Corrupcion en el departamento de policia, policias que robaban dinero procedente de las drogas, una investigacion de Asuntos Internos…Todo era mentira, y Nikki lo sabia. Por lo visto, lo creia con mas firmeza que el, lo cual la enfurecia. Era inocente, asi que, ?por que no luchaba con mas ahinco para demostrarlo? ?Por que no les escupia en la cara? ?Por que no negaba, desafiaba, emprendia alguna accion? No, se limitaba a presentarse en publico con la cabeza gacha a fin de proteger su verguenza y la paralisis de Bell inducida por el estres. Las palabras «debil» y «doblegado» surcaban la mente de su hija como una brisa mugrienta, alimentando su sentimiento de culpabilidad y el resentimiento.
La investigacion se habia prolongado casi ano y medio para al fin quedar en nada. No se habian presentado cargos, y todo el mundo debia olvidar y perdonar. Por entonces, la salud de Thomas Liska ya estaba gravemente deteriorada. Dos anos mas tarde murio de cancer de pancreas.
Fue una noche muy larga.
Capitulo 8
Han encontrado el cadaver.
Suicidio. Accidente. Tragedia.
La palabra «asesinato» no ha salido a colacion siquiera.
?Se trata en verdad de un asesinato cuando lo dicta la necesidad, cuando va acompanado de remordimiento?
Crea cierta inquietud saber que otras personas se han enterado, aunque no sospechen. Era como si unos desconocidos invadieran lo que deberia ser intimo. Solo ellos dos habian compartido la intimidad de la muerte, mientras que sus postrimerias serian del dominio publico.
Eso mancilla la experiencia.
Andy Fallon lo mira desde la fotografia. La ultima chispa de vida se extingue en sus ojos entornados, la lengua asoma entre los labios medio abiertos. La expresion parece adquirir una cualidad acusadora.
Sosteniendo la fotografia con delicadeza, se la lleva a los labios y besa la mascara de la muerte.
Pero al tiempo que pronuncia la disculpa, siente surgir la excitacion.
Capitulo 9
Liska irrumpio en el cubiculo con el rostro contraido por el mal humor y las mejillas heladas. Kovac la miro con cautela, pues sabia lo que significaba aquella expresion para la calidad del dia que lo esperaba. Sin embargo, no se movio cuando Liska se abalanzo sobre el y le asesto un tremendo punetazo en el brazo. Fue como si lo golpearan con un martillo.
– ?Ay!
– ?Eso por dejarme tirada anoche! -anuncio-. Te estuve esperando, y gracias a eso, Leonard me pillo y me echo una bronca de campeonato por lo del caso Nixon, diciendome que no se podia vincular de ningun modo a