De repente, su movil pito y recibio un mensaje: «Me muero por verte manana. Solo quedan unas horas. Besos».

Sonrio. Solo unas horas. ?Si, si, si!

Camino con brio otra vez hacia la consigna de equipajes y retiro la maleta que habia guardado alli dos semanas atras. La arrastro hacia un rincon, introdujo la llave, la abrio y saco un sobre acolchado envuelto en papel de burbujas. Despues metio la bolsa de plastico con su ropa vieja dentro, la cerro y giro la llave.

Luego regreso al vestibulo de facturacion, encontro la seccion de British Airways y se acerco a un mostrador de clase business. Era una extravagancia, pero habia decidido que celebraria el comienzo de su nueva vida de acuerdo con el estilo como pensaba continuarla.

Entrego el pasaporte y el billete a la mujer del mostrador y dijo:

– Sarah Smith. Estoy en el vuelo 309 a Rio de Janeiro.

– Gracias, senora -dijo la mujer, y comprobo los detalles sobre la terminal.

Formulo a Abby las preguntas de seguridad habituales y puso la etiqueta en el equipaje. Entonces, la maleta avanzo con una sacudida, cayo sobre la cinta y desaparecio.

– ?El vuelo sale en hora? -pregunto Abby.

La mujer miro la pantalla.

– Por ahora, parece que si. Sale a las 15.15. La puerta de embarque se abre a las 14.40. Es la 54. Encontrara los carteles hasta la sala de espera despues de pasar el control de seguridad y el area de duty free.

Abby le dio las gracias y volvio a mirar su reloj. Tenia el estomago hecho un manojo de nervios. Todavia debia hacer un par de cosas mas, pero queria esperar a que se acercara el momento de embarcar.

Accedio a la sala vip de British Airways y se sirvio una copa de vino blanco para calmarse. Se moria por fumarse un cigarrillo, pero tendria que esperar. Comio un par de sandwiches rectangulares, luego se sento delante de un televisor, que tenia las noticias puestas, y repaso mentalmente su lista de tareas. Estaba satisfecha por no haber olvidado nada, pero, para estar doblemente segura, comprobo que la funcion de identificacion de llamada de su movil estuviera desactivada y no revelara su numero cuando llamara.

Poco despues de las 14.40 vio en la pantalla que comenzaba el embarque, pero alli dentro aun no habian anunciado el vuelo. Se traslado a una seccion mas tranquila, junto a la entrada de los servicios, donde no habia nadie cerca que pudiera escucharla, y marco el numero del centro de investigaciones que el sargento Branson le habia dicho que utilizara si no podia localizarle al movil.

Mientras el telefono sonaba, mantuvo aguzado el oido por si escuchaba el ding-dong que precedia a cualquier anuncio por megafonia. No queria revelar a nadie donde estaba.

– Centro de investigaciones, agente Boutwood -contesto una voz joven de mujer.

Abby disfrazo su voz tan bien como pudo, adoptando su mejor acento australiano.

– Tengo informacion sobre Ronnie Wilson -dijo-. Estara en el aeropuerto de Koh Samui, esperando a una persona que llegara manana en el vuelo 271 de Bangkok Airways a las 11 de la manana, hora local. ?Lo tiene?

– Bangkok Airways, vuelo 271, Koh Samui, manana a las 11 de la manana, hora local. ?Con quien hablo, por favor?

Abby colgo. Estaba pegajosa por el sudor y temblaba. Temblaba tanto que le costo teclear la respuesta al mensaje que habia recibido antes y tuvo que borrar varias letras para corregir los errores antes de acabar. Luego la leyo una vez mas antes de 'mandarla. «El amor verdadero no tiene un final feliz, porque el amor verdadero no termina nunca. Dejar marchar a alguien es una forma de decirle te quiero. Besos.»

Y ella lo queria de verdad. Lo queria un monton. Pero no un monton que valia cuatro millones de libras.

Y no con esa mala costumbre suya de matar a las mujeres que le entregaban dinero.

En algun momento despues del despegue, despues de haberse tomado un bloody mary con una miniatura extra de vodka, se recosto bien en su asiento y abrio el sobre acolchado envuelto en plastico de burbujas. El asiento de al lado estaba vacio, asi que no tenia que preocuparse por la mirada curiosa de nadie. Giro la cabeza para cerciorarse de que tampoco habia ningun miembro de la tripulacion alrededor y entonces saco con cuidado uno de los sobres de celofan.

Contenia un bloque de sellos Penny Black. Miro el perfil serio de la reina Victoria. La palabra Franqueo impresa en letras no muy uniformes. El color destenido. Eran exquisitos, pero en realidad no eran perfectos. Como le habia explicado Dave un dia, a veces eran sus imperfecciones lo que los hacian mas especiales.

Aquello tambien se aplicaba a muchas otras cosas en la vida, penso, agradablemente atontada por el alcohol. Y, ademas, ?quien queria ser perfecto?

Volvio a mirarlos y se dio cuenta de que era la primera vez que los miraba realmente bien. Eran muy especiales. Magicos. Les sonrio y susurro:

– Adios, preciosos. Nos vemos luego.

Y volvio a guardarlos con cuidado.

125

Noviembre de 2007

– ?Unas buenas vacaciones? -pregunto Roy Grace.

– Muy divertidas. Solo he visto la playa desde la ventanilla del avion -contesto Glenn Branson.

– Se supone que es bonito, Koh Samui, eso dicen.

– Habia una humedad de la hostia y no paro de llover en todo el tiempo que estuve alli. Y me pico algo en la pierna, o un mosquito mutante o una arana. Se me ha hinchado toda, ?quieres verlo?

– No, pero gracias igualmente.

El sargento, que estaba sentado en una silla delante del escritorio de Grace y llevaba un traje y una camisa que por su aspecto y olor parecia haber dormido con ellos puestos, sacudio la cabeza con incredulidad, sonriendo.

– Eres un cabron, ?verdad, Grace?

– Y yo no puedo creer que hayas vuelto a cargarte mi coleccion de discos, joder. Te deje quedar en mi casa una noche. No te dije que sacaras todos los CD de sus cajas y los dejaras tirados por el suelo.

Branson tuvo la decencia de parecer avergonzado.

– Intentaba clasificartelos. Tengo… mierda. Lo siento.

– Bebio cafe y contuvo un bostezo.

– Bueno, ?como esta tu prisionero? ?A que hora has llegado?

Branson miro su reloj.

– Sobre las siete menos cuarto. -Bostezo-. Imagino que en las dos ultimas semanas nos hemos pulido el presupuesto de todo el ano del Departamento de Investigacion Criminal de Sussex para viajes al extranjero.

Grace sonrio.

– ?Wilson ha dicho algo?

Branson bebio mas cafe.

– Bueno, la verdad es que parece buena gente, en la medida en que se puede decir algo asi.

– Si, seguro. Es el tipo mas dulce que has conocido, ?verdad? Solo tiene un problemilla: prefiere matar a sus mujeres antes que trabajar honradamente. -Grace miro a su amigo con asombro fingido-. Glenn, tu eres buena gente. Y si no fuera por toda la mierda que tengo en mi vida, tal vez yo tambien lo seria. Pero Ronnie Wilson, no, el no es buena gente. Solo se le da bien hacer que la gente lo crea.

Branson asintio.

– Si. No lo decia en ese sentido exactamente.

– Necesitas irte a casa, dormir, ducharte y volver mas tarde.

– Eso hare. Pero la verdad es que hablo bastante. Estaba en plan filosofico y le apetecia hablar. Tengo la sensacion de que esta harto de huir. Lleva seis anos escondiendose. Por eso accedio a volver con nosotros. Aunque no dejaba de hablar de una tailandesa. Queria que le dejaramos mandarle un mensaje.

– ?Le leiste sus derechos antes de que comenzara a hablar?

– Si.

Вы читаете Las Huellas Del Hombre Muerto
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату