– Bien hecho.

Eso significaba que cualquier cosa que Ronnie Wilson hubiera dicho en el avion podia utilizarse en su contra en un juicio.

– Esta furioso con Skeggs, te lo digo yo. Queria asegurarse de que si el se hundia, Skeggs se hundia con el.

– ?Si?

– Por lo que deduzco de lo que ha contado, parece que Skeggs le ayudo cuando llego a Australia.

– Como pensabamos -dijo Grace.

– Si. En algun momento, Ronnie Wilson adquirio este paquete de sellos.

– ?De su mujer?

– A eso contesto con evasivas.

– No me sorprende.

– En cualquier caso, se los dio a Skeggs para que los vendiera y este intento joderle. Queria el noventa por ciento de su valor o amenazaba con vender a Ronnie. Pero Skeggs tenia una debilidad. Estaba loco por la chica de Ronnie, a la que empezo a follarse, dijo, despues de que su mujer, segun sus palabras, «se largara».

– En el maletero de un coche.

– Exacto.

– ?Y la chica era una tal Abby Dawson?

– Estas avispado esta manana, comisario.

– He podido dormir toda la noche. Asi que Ronnie Wilson la utilizo como una especie de cebo, ?voy por el buen camino?

– Vas por la autopista.

– ?Crees que habria matado a Abby en cuanto hubiera recuperado los sellos?

– ?Por sus antecedentes anteriores? Sin duda. Es un buitre.

– Creia que habias dicho que era buena gente.

Branson sonrio derrotado. Luego, de repente, cambio de tema.

– ?Ya te has comprado un coche nuevo?

– No. Putas companias de seguros. Quieren invalidar mi poliza porque conducia en una persecucion. Cabrones. Estoy intentando arreglarlo, y en la central me estan ayudando por tratarse de un asunto policial. -Luego, volviendo a cambiar de tema, dijo-: Entonces, ?crees que Abby todavia tiene los sellos?

– Por supuesto.

– Hegarty esta seguro al cien por cien de que el material que fotocopiaste es falso.

– No tiene ninguna duda.

– He estado pensando mucho en ello -dijo Grace-. Por eso le dio una patada en los huevos a Skeggs.

Branson fruncio el ceno.

– No te sigo.

– La razon por la que le dio una patada a Skeggs cuando le entrego los sellos fue que necesitaba tiempo. Sabia que estaba dandole gato por liebre y que solo tardaria unos segundos en percatarse. Fue a por el para meternos a nosotros en la pelicula. Le tendio una trampa desde el principio.

Branson lo miraba, asintiendo mientras caia en la cuenta poco a poco.

– Es una zorra inteligente.

– Si. Y nadie ha denunciado el robo de los sellos, ?verdad?

– Verdad -dijo Branson pensativo-. Pero ?que hay de las companias de seguros? ?Las que pagaron la compensacion y el seguro de vida? ?No podrian reclamar los sellos, ya que fueron comprados con su dinero?

– El mismo problema… La cadena de titulo. Sin el testimonio de Hegarty, ?como van a demostrarlo?

Los dos policias se quedaron en silencio unos momentos. Glenn bebio mas cafe, luego dijo:

– Steve Mackie me ha dicho que se rumorea que Pewe va a solicitar el traslado.

Grace sonrio.

– Si. Va a volver a la Met. ?Le deseo suerte!

– Bueno, y esa mujer, ?donde crees que esta ahora? -dijo Glenn despues de otra pausa.

– ?Sabes lo que creo? Que seguramente estara tumbada en alguna playa tropical, bebiendo un margarita y riendose a carcajada limpia.

Y asi era.

126

Noviembre de 2007

El margarita era uno de los mejores que habia probado. Tenia un sabor intenso y fuerte, el barman habia anadido la cantidad justa de Cointreau y habia salado el borde a la perfeccion. Despues de una semana en este hotel, ya habia aprendido como le gustaban.

Le encantaban las vistas desde aqui, tendida en la playa de arena blanca sobre el colchon grueso y suave de la tumbona, mirando a la bahia. Y le encantaba este momento, ultima hora de la tarde, cuando el calor no era tan implacable y no necesitaba la sombra del parasol. Dejo el libro un instante, bebio otro trago y contemplo el parapente amarillo que se alejaba del embarcadero de madera, surcando el agua, adentrandose en la bahia, el paracaidas naranja y rojo elevandose en el cielo despejado.

Quiza luego se diera otro bano. Sopeso si meterse en el mar o en la piscina inmensa del hotel, donde el agua estaba un poco mas fria y refrescante. ?Que decisiones tan dificiles!

Pensaba constantemente en su madre, y en Ronnie y Ricky. A pesar de toda la ira que le provocaba Ricky, y la sorpresa que se habia llevado con Ronnie, no podia evitar sentir un poco de lastima por ellos, de modos distintos.

Pero no demasiada.

– ?Le esta gustando el libro? -le pregunto de repente la mujer de la tumbona de al lado.

Abby se habia fijado en ella antes, mientras dormia. Sobre la mesita blanca a su lado, tenia un ejemplar de una novela que ella habia leido hacia poco, Sin respiro, encima de Guia del autoestopista galactico.

– Si -contesto-. Me esta gustando. Pero sobre todo soy fan de Douglas Adams. Creo que he leido todo lo que ha escrito.

– ?Yo tambien!

Era el autor de una de las citas preferidas de Abby, con la que habia vuelto a topar recientemente: «Pocas veces acabo donde quiero ir, pero casi siempre acabo donde tengo que estar».

Que era basicamente lo que sentia en estos momentos.

Bebio otro sorbo de su copa.

– Aqui preparan los mejores margaritas del mundo -dijo.

– Tal vez deberia probar uno. Acabo de llegar hoy, asi que todavia no estoy al tanto de lo que se cuece por aqui.

– Es genial. ?Es el paraiso!

– Eso parece.

Abby sonrio.

– Me llamo Sarah -dijo.

– Encantada. Yo soy Sandy.

Agradecimientos

Parte de esta historia se desarrolla durante los dias en torno a los terribles sucesos del 11-S. Con el maximo respeto a las victimas y a todas las personas que perdieron a un ser querido.

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