– Vengo a recoger a mi madre -dijo-. Esta discapacitada… No tardara demasiado.
El guardia, un joven desgarbado de rostro hurano y que llevaba la gorra con aire desenfadado, no se quedo impresionado.
– Lleva aqui media hora.
– Me esta volviendo loco -dijo Ricky-. Sufre demencia senil, primeras fases. -Dio unos golpecitos en su reloj-. Tengo que llevarla al hospital. Deme un par de minutos mas.
– Cinco minutos -dijo el guardia, y se marcho con aire arrogante. Luego se detuvo junto a un coche que habia delante y comenzo a teclear una multa en su maquina.
Ricky observo el altercado que tuvo con la propietaria unos momentos despues, una mujer airada, y siguio contemplando como se alejaba. Entonces vio, horrorizado, que habian pasado veinte minutos mas.
Dios mio, ?cuanto tiempo necesitas para comprar un puto telefono?
Transcurrieron cinco minutos mas. Y otros cinco. De repente, el taxi arranco y el trafico lo engullo.
Ricky reacciono tardiamente. ?Se le habia escapado? ?Habia ordenado el guardia al taxi que circulara?
Arranco el coche y lo siguio. Varios vehiculos por delante, el taxi se dirigio hacia el mar, luego giro a la derecha. Guardando las distancias varios vehiculos por detras, siguio al conductor estupido, imbecil, idiota, viejo, indeciso a un ritmo tan lento que tenia todas las probabilidades de ser adelantado por una tortuga. Avanzaron por el paseo maritimo, luego subieron una colina sinuosa que llevaba a un parque nacional abierto y ancho y a tierras de labranza y al precioso acantilado de Beachy Head, lugar preferido por los suicidas.
Tenia detras un autobus de dos pisos, presionandole para que acelerara.
– ?Vamos, capullo! -grito por el parabrisas al taxi-. ?Pisale!
Todavia a la misma velocidad, paso por delante del pub Beachy Head, siguiendo la carretera serpenteante hacia Birling Gap, luego continuaron subiendo y cruzaron el pueblo de East Dean. La agonia prosiguio a traves de mas campos abiertos, zigzagueando por Seven Sisters hasta llegar a Seaford. Luego pasaron por el puerto del ferry de Newhaven y subieron la colina hasta Peacehaven. Un joven de pelo largo y una chica estaban en una esquina a lo lejos con la mano levantada y, asombrado, Ricky vio que de repente el taxi encendia la luz de Ocupado y paraba.
El tambien se detuvo y una hilera de trafico que se habia formado detras lo adelanto a toda velocidad.
Observo a la pareja subirse.
El taxi estaba vacio.
Habia estado siguiendo a un taxi vacio.
«Mierda, mierda, mierda. Zorra de mierda, ahora si que la has cagado.»
76
Octubre de 2007
Una pelirroja buenorra vestida con ropa provocativa violeta, de piernas larguisimas y pechos enormes que sobresalian de su sujetador, guino un ojo a Roy Grace.
El cogio la tarjeta y, cuando la movio, le guino el otro ojo. Sonrio y la abrio. Una voz cursi, que era una imitacion mala de una vocalista femenina que no pudo identificar de inmediato, comenzo a cantar «Cumpleanos feliz».
– ?Que maravilla! -dijo-. ?Para quien has dicho que era?
Gracias a su altura y largas piernas, la agente Esther Mitchell era, indiscutiblemente, la policia mas guapa de todo Sus-sex House. Tambien era una de las mas alegres.
– Para el inspector Willis -dijo jovialmente-. Cumple cuarenta anos.
Grace sonrio. Baz Willis, una babosa obesa que, en opinion de todo el mundo, nunca tendria que haber sido ascendido a inspector, era un sobon reconocido. Por lo tanto, la tarjeta era sumamente adecuada. Encontro un espacio entre la decena de firmas mas o menos que ya habia, garabateo su nombre y se la devolvio.
– Va a dar una fiesta. Barra libre en el Black Lion esta noche.
Grace hizo una mueca. El Black Lion en Patcham, el bar habitual de Sussex House, era uno de los pubs que menos le gustaban y penso que dos noches seguidas alli era mas de lo que su cuerpo podia aguantar; ademas, tenia una oferta muchisimo mejor.
– Gracias, me pasare si puedo -dijo.
– Alguien ha organizado un minibus, si quieres apuntarte…
– No, gracias -contesto y echo un vistazo a su reloj. Tenia que salir dentro de cinco minutos para llevar al maldito enano de Humphrey a su clase de adiestramiento. Entonces Roy sonrio a Esther. Desprendia energia positiva y se las habia arreglado para ser popular en el poco tiempo que llevaba aqui -y no solo por su fisico.
– Ah, el comisario Pewe me ha pedido que le consulte los convenios de viajes a Australia.
– ?Que?
– Lo siento… Me han asignado a sus casos sin resolver, y al agente Robinson tambien.
– ?Has dicho Australia?
– Si, queria que le preguntara con que companias aereas tiene acuerdos de clase business la policia de Sussex.
– ?Acuerdos de clase business? -pregunto Grace-. ?Donde se cree que esta, en un bufete de abogados?
Ella sonrio, parecia violenta.
– Yo… mmm… Supuse que usted lo sabia.
– Ahora tengo prisa -dijo el-. En cuanto pueda me pasare por su despacho.
– Se lo dire.
– Gracias, Esther.
La agente lo miro mientras salia del despacho. Era una mirada que decia: «A mi tampoco me cae bien».
Cinco minutos despues, Grace entro en su antiguo despacho con sus vistas horribles al bloque de detencion. Cassian Pewe estaba sentado, en mangas de camisa, haciendo una llamada personal, no cabia la menor duda. A Grace le importo un pito respetar su intimidad. Cogio una de las cuatro sillas de la minuscula mesa de reuniones redonda, la planto directamente delante del escritorio de Pewe y se sento.
– Ahora te llamo, angel mio -dijo Pewe, mirando con cautela la cara cenuda de Grace. Colgo y sonrio-. ?Roy! ?Me alegro de verte!
Grace fue al grano.
– ?Que es eso de Australia?
– Ah, ahora iba a ir a decirtelo. Hoy voy a investigar algo para la policia de Victoria, en Melbourne, bueno, en la zona de Melbourne, que he sabido que tiene relacion con tu Operacion Dingo. Que coincidencia, el nombre, Dingo… Es un perro salvaje australiano, ?verdad?
– ?Que relacion? ?Y que es eso de pedir a una agente de policia que vaya por ahi preguntando que politica de viajes tenemos? Para eso estan los ayudantes de apoyo a la gestion.
– Creo que alguien tendra que ir a Australia, Roy… Pensaba que podria ir yo mismo…
– No se como funciona la Met, pero para que lo sepas de aqui en adelante, Cassian, en Sussex invertimos nuestro dinero en mantener el orden, no en convertir a los agentes de policia en peces gordos que viven del dinero de los contribuyentes. Volamos en turista, ?de acuerdo?
– Por supuesto, Roy -dijo Pewe, y le ofrecio una sonrisa empalagosa-. Es que es un viaje largo si al llegar te espera un dia de trabajo por delante.
– Si, bueno, es duro. Nosotros no dirigimos una agencia de viajes.
«Si de mi depende, comisario Pewe, la unica forma que tienes tu de ir a Australia ?sera cavando un agujero con una pala!», penso Grace.
– ?Quieres contarme que relacion tiene con mi caso?
– Tengo una informacion sobre Lorraine Wilson, la segunda esposa de Ronnie Wilson, que creo que te parecera interesante. Esta relacionada con Ronnie Wilson. Podria conducirte a el.
– Si, bueno, es evidente que no estas al dia sobre Ronnie Wilson. Murio en las Torres Gemelas el 11-S.