Los tres fueron al cine y luego a cenar a un restaurante chino, y cuando volvieron a casa y metieron a Maria en la cama, el incidente estaba practicamente olvidado. O eso creian. En realidad esa fue la primera senal de fatalidad, y desde el momento en que Lillian abofeteo a Maria hasta el momento en que Sachs se marcho de Berkeley cinco semanas despues, nada volvio a ser igual para ellos.
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El 16 de enero de 1988 estallo una bomba delante del tribunal de Tumbull, Ohio, volando una pequena replica a escala de la Estatua de la Libertad. La mayoria de la gente supuso que se trataba de una travesura de adolescentes, un pequeno acto de vandalismo sin motivaciones politicas, pero, dado que se habia destruido un simbolo nacional, las agencias de noticias informaron brevemente del incidente al dia siguiente. Seis dias despues volaba otra Estatua de la Libertad en Danburg, Pennsylvania. Las circunstancias eran casi identicas: una pequena explosion a medianoche, ningun herido, ningun dano material excepto la pequena estatua. Sin embargo, era imposible saber si en los dos casos estaba implicada la misma persona o si la segunda explosion era una imitacion de la primera. A nadie parecio importarle mucho entonces, pero un eminente senador conservador hizo una declaracion condenando “estos actos deplorables” y apremiando a los culpables a cesar en sus gamberradas inmediatamente. “No tiene gracia”, dijo. “No solo han destruido una propiedad privada, sino que han profanado un icono nacional. Los americanos aman su estatua y no les agrada este tipo de broma pesada.”
En total hay ciento treinta replicas a escala de la Estatua de la Libertad en lugares publicos por todos los Estados Unidos. Se pueden encontrar en los parques, delante de los ayuntamientos, en lo alto de los edificios. Al contrario de lo que ocurre con la bandera, que tiende a dividir a la gente tanto como a unirla, la estatua es un simbolo que no causa ninguna controversia. Si hay muchos americanos que estan orgullosos de su bandera, hay otros tantos que se sienten avergonzados de ella, y por cada persona que la considera un objeto sagrado, hay otra que querria escupirle, o quemarla, o arrastrarla por el fango. La Estatua de la Libertad es inmune a estos conflictos. Durante los ultimos cien anos ha trascendido la politica y la ideologia, alzandose en el umbral de nuestro pais como un emblema de todo lo que hay de bueno en todos nosotros. Representa la esperanza mas que la realidad, la fe mas que los hechos, y seria dificil encontrar una sola persona dispuesta a denunciar las cosas que representa: democracia, libertad, igualdad ante la ley. Es lo mejor que los Estados Unidos pueden ofrecer al mundo y, por mucho que a uno le apene el que los Estados Unidos no hayan logrado estar a la altura de estos ideales, los ideales mismos no se ponen en cuestion. Han dado consuelo a millones de personas, nos han infundido a todos la esperanza de que algun dia podremos vivir en un mundo mejor.
Once dias despues del incidente de Pennsylvania, otra estatua fue destruida en un parque de la region central de Massachusetts. Esta vez hubo un mensaje, una declaracion preparada que fue transmitida por telefono a las oficinas del
Durante los dieciocho meses siguientes nueve estatuas mas fueron destruidas en distintos lugares del pais. Todo el mundo recordara esto y no hace falta que haga un relato exhaustivo de las actividades del Fantasma. En algunas ciudades se montaron guardias de veinticuatro horas realizadas por grupos de voluntarios de la Legion Americana, el Elks Club, el equipo de futbol del instituto y otras organizaciones locales. Pero no todas las comunidades estaban tan vigilantes y el Fantasma seguia sin ser descubierto. Cada vez que atacaba, hacia una pausa antes de la siguiente explosion, un periodo lo suficientemente largo como para que la gente pensara si aquella habia sido la ultima. Luego, de repente, aparecia en algun lugar a mil quinientos kilometros de distancia y hacia estallar otra bomba. Mucha gente estaba indignada, por supuesto, pero habia otros que simpatizaban con los objetivos del Fantasma. Estaban en minoria, pero los Estados Unidos es un pais grande y su numero no era pequeno, ciertamente. Para ellos el Fantasma llego a convertirse en una especie de heroe popular clandestino. Creo que los mensajes tenian mucho que ver con ello, aquellos comunicados que transmitia por telefono a los periodicos y las emisoras de radio la manana siguiente a cada explosion. Eran necesariamente cortos, pero parecian mejorar con el paso del tiempo: eran mas concisos, mas poeticos, mas originales en la forma en que expresaban su decepcion respecto al pais. “Toda persona esta sola”, empezaba uno de ellos, “y por tanto no tenemos a quien recurrir salvo los unos a los otros.” O: “La democracia no se da. Hay que luchar por ella todos los dias. De lo contrario corremos el riesgo de perderla. La unica arma que tenemos a nuestra disposicion es la ley.” O: “Descuidad a los ninos y nos destruiremos a nosotros mismos. Existimos en el presente solo en la medida en que ponemos nuestra fe en el futuro.” Contrariamente a lo que ocurre con el tipico pronunciamiento terrorista, con su inflada retorica y sus demandas beligerantes, los comunicados del Fantasma no pedian lo imposible, sencillamente querian que America mirase hacia dentro y se enmendase. En ese sentido habia algo casi biblico en sus exhortaciones, y al cabo de algun tiempo empezo a hablar menos como un revolucionario politico que como un profeta angustiado de voz dulce. En el fondo, unicamente estaba manifestando lo que ya pensaba mucha gente y, en algunos circulos por lo menos, habia quienes llegaron a expresar su apoyo a lo que estaba haciendo. Sus bombas no habian herido a nadie, y si esas insignificantes explosiones obligaban a la gente a replantearse su postura ante la vida, entonces tal vez no fueran una mala idea despues de todo.
Para ser absolutamente sincero, no segui esta historia con mucha atencion. En el mundo estaban sucediendo cosas mas importantes por entonces y cada vez que el Fantasma de la Libertad atraia mi atencion, lo ignoraba considerandolo un chiflado, otra figura pasajera en los anales de la locura americana. De todos modos, aunque me hubiese interesado mas, no creo que hubiese adivinado nunca que el y Sachs eran la misma persona. Era algo demasiado alejado de lo que era capaz de imaginar, demasiado ajeno a nada que pareciera posible, y no veo como hubiese podido ocurrirseme establecer una relacion. Por otra parte (y se que esto sonara raro), si el Fantasma me hacia pensar en alguien, era en Sachs. Hacia cuatro meses que Ben habia desaparecido cuando se dio la noticia de las primeras bombas, y la mencion de la Estatua de la Libertad inmediatamente me lo trajo a la cabeza. Eso era natural, supongo -teniendo en cuenta la novela que habia escrito, teniendo en cuenta las circunstancias de su caida dos anos antes-, y a partir de entonces la asociacion se mantuvo. Cada vez que leia algo acerca del Fantasma pensaba en Ben. Los recuerdos de nuestra amistad volvian a mi precipitadamente, y de pronto empezaba a sentir dolor, a temblar al pensar en cuanto le echaba de menos.
Pero eso era todo. El Fantasma era una senal de la ausencia de mi amigo, un catalizador del dolor personal, pero paso mas de un ano hasta que me fije en el propio Fantasma. Eso fue en 1989 y sucedio cuando encendi el televisor y vi a los estudiantes del movimiento democratico chino descubrir su torpe imitacion de la Estatua de la Libertad en la Plaza de Tiananmen. Me di cuenta de que habia subestimado el poder del simbolo. Representaba una idea que pertenecia a todos, al mundo entero, y el Fantasma habia desempenado un papel crucial en la resurreccion de su significado. Me habia equivocado al ignorarlo. Habia conmovido las profundidades de la tierra y las ondas estaban empezando a subir a la superficie, afectando a todas las zonas al mismo tiempo. Algo habia sucedido, algo nuevo flotaba en el aire, y hubo dias esa primavera en que al andar por la ciudad casi imaginaba que las aceras vibraban bajo mis pies.
Yo habia empezado una novela a principios de ano, y cuando Iris y yo salimos de Nueva York camino de Vermont el verano pasado, estaba sumergido en mi historia, casi incapaz de pensar en ninguna otra cosa. Me instale en el antiguo estudio de Sachs el 25 de junio y ni siquiera esa situacion potencialmente espectral pudo interrumpir mi ritmo. Hay un momento en el cual un libro empieza a apoderarse de tu vida, cuando el mundo que has imaginado se vuelve mas importante para ti que el mundo real, y apenas se me paso por la cabeza que estaba sentado en la misma silla en la que Sachs solia sentarse, que estaba escribiendo en la misma mesa en la que el escribia, que estaba respirando el mismo aire que el habia respirado. Mas bien era una fuente de placer para mi. Disfrutaba teniendo cerca a mi amigo nuevamente y tenia la sensacion de que si el hubiera sabido que yo estaba ocupando su espacio, se habria alegrado. Sachs era un fantasma acogedor y no habria dejado detras de si ni amenazas ni malos espiritus en su cabana. Yo sentia que el deseaba que yo estuviera alli, y aunque gradualmente habia ido aceptando la opinion de Iris (que Sachs habia muerto, que nunca volveria), era como si todavia nos entendiesemos, como si nada hubiese cambiado entre nosotros.
A principios de agosto Iris se fue a Minnesota para asistir a la boda de una amiga de infancia. Se llevo a Sonia con ella y puesto que David estaba en el campamento de verano hasta fin de mes, me instale aqui solo y segui