de una a otra un dia de tormenta sin apenas mojarse. Habia incluso unos aseos publicos subterraneos, en los que unas antiguas letras de porcelana distinguian el de DAMAS y el de CABALLEROS; se accedia a ellos por dos escaleras distintas desde la acera en la esquina de East Main Street con Tilden Avenue; en cada uno habia empleados de avanzada edad encargados de mantener limpios retretes y lavamanos. Cerraron las instalaciones en los anos sesenta, despues de que se convirtieran en guaridas malolientes para trapicheos con droga, contactos homosexuales, prostitucion y hasta atracos esporadicos.
La ciudad fue bautizada con el nombre de New Prospect dos siglos atras, por la esplendida vista desde lo alto de la cascada y tambien por el magnifico futuro que se le auguraba. El rio que discurria por ella, con sus saltos pintorescos y sus rapidos agitados, habia de atraer a la industria, o eso pensaban cuando el pais era joven, y, en efecto, asi fue tras varias quiebras y comienzos en falso: fabricas de tejidos, talleres de tintado de seda, curtidurias, fabricas de locomotoras, de automoviles, y de cables que debian sostener los grandes puentes que se tendian sobre rios y puertos en la region del Atlantico Medio. En el paso del siglo XIX al XX se produjeron huelgas largas y banadas en sangre; la economia ya no recupero el optimismo que habia ayudado a los venidos de Europa oriental, del Mediterraneo y de Oriente Proximo a soportar jornadas de trabajo agotador, venenoso, ensordecedor y monotono, en turnos de catorce horas. Las fabricas se desplazaron al sur y al oeste, donde la mano de obra era mas barata y facil de amedrentar, y donde la mena de hierro y el coque no tenian que recorrer distancias tan largas.
En su mayoria, los que viven en el corazon de la ciudad son ahora de tez morena, en todas sus tonalidades. Como vestigios del pasado, algunos comerciantes blancos, aunque muy pocos anglosajones, salen adelante con exiguo provecho vendiendo pizzas y guindillas, comida basura presentada en relucientes envoltorios, cigarrillos y loteria, aunque van cediendo al empuje de los inmigrantes mas recientes, indios y coreanos que no se sienten tan obligados a huir, en cuanto cae la noche, a las afueras de la ciudad y las zonas residenciales, donde todavia hay cierta mezcla. En el centro, los rostros palidos tienen un aspecto hurano y deslucido. Por la noche, despues de que unos pocos restaurantes etnicos de calidad hayan despedido a sus clientes de clase media, un coche patrulla para e interroga a los peatones blancos, asumiendo que o bien buscan droga o bien necesitan que los adviertan de los peligros de la zona. En el caso de Ahmad, es el producto de una madre pelirroja estadounidense, de origen irlandes, y de un egipcio estudiante de intercambio cuyos antepasados se habian achicharrado, desde la epoca de los faraones, cultivando arroz y lino en las volubles riberas del Nilo. La tez de la descendencia de este matrimonio mixto podria describirse como de tono ocre, con un matiz de lustre un poco mas claro que el beis; la piel del que habia adoptado como sustituto de su padre, el sheij Rachid, es del blanco ceroso que comparten generaciones de embozados guerreros yemenies.
Donde un dia se alinearon, en una fachada continua de cristal, ladrillo y granito, los grandes almacenes de seis plantas y los despachos de los explotadores judios y protestantes hay ahora solares nivelados con excavadoras y escaparates viejos cubiertos con madera contrachapada plagados de graffiti. A ojos de Ahmad, las letras bulbosas de las pintadas con
Aun asi las tardes del centro dan una impresion festiva, bulliciosa: la East Main Street, en las manzanas cercanas a Tilden Avenue, es una celebracion de la ociosidad, atestada por el desfile ininterrumpido de ciudadanos oscuros con vestidos chillones, un martes de carnaval de disfraces conjuntados con esmero por gentes cuya legitima propiedad alcanza apenas unos centimetros mas alla de su propia piel, cuyos miserables bienes se reducen a lo que pueden exhibir. Su alegria equivale a insolencia. Con carcajadas y alaridos se llenan la boca cuando estan entre paisanos, se deparan la ampulosa atencion mutua de quienes no tienen nada que hacer ni adonde ir.
Despues de la guerra de Secesion, una visible ordinariez se impuso en New Prospect con la construccion del recargado ayuntamiento, un conjunto deslabazado de torreones de inspiracion morisca, con arcos redondeados y ornamentos de hierro rococos, coronado por una enorme torre con tejado abuhardillado. Las empinadas vertientes del tejado estan recubiertas de tablillas multicolores como escamas de pez y sostienen cuatro esferas de reloj blancas que, si las bajaran a la Tierra, serian del tamano de un estanque. Los anchos canalones y canerias de cobre, monumentos a los habiles metalistas de la epoca, se han vuelto con el tiempo de un color verde menta. A esta mole municipal -cuyos cometidos burocraticos esenciales fueron trasladados en su dia a edificios menos nobles y mas modernos, menos espectaculares pero con aire acondicionado y calefaccion- le han otorgado recientemente, tras muchas presiones, la categoria de monumento arquitectonico nacional. Puede verse desde el Central High School, a una manzana hacia el oeste; mas alla de los jardines del instituto, antiguamente extensos, que han sido recortados a mordiscos por ensanches y recalificaciones inmobiliarias toleradas por funcionarios corruptos.
En la orilla oriental del mar de escombros, donde los aparcamientos en calma se intercalan con las marejadillas de los montones de ladrillos de los derribos, una iglesia de gruesos muros recubiertos de mayolica sostiene una pesada aguja y anuncia, en un cartel agrietado, la actuacion de su coro, distinguido con varios premios. Las ventanas de la iglesia, que, blasfemas, otorgan a Dios un rostro, manos gesticulantes, pies con sandalias y ropas tenidas -en resumen, un cuerpo humano con todos sus estorbos e impureza-, estan ennegrecidas por decadas de hollin de las industrias y aun mas emborronadas por las rejillas de alambre que las protegen. Las imagenes religiosas ahora atraen el odio, como en las guerras de la Reforma. Los dias gloriosos de la iglesia, con sus decorosos y pios burgueses blancos acomodados en los bancos asignados jerarquicamente, tambien pertenecen al pasado. Los feligreses actuales son afroamericanos que traen su religion desalinada y estridente; su galardonado coro les disuelve el cerebro con un extasis ritmico tan ilusorio como -el sheij Rachid es quien trae con sarcasmo la analogia- el trance convulso y mascullante del
Al dia siguiente de la invitacion, el novio de Joryleen, Tylenol Jones, se acerca a Ahmad en el vestibulo. Su madre, despues de dar a luz un nino de cuatro kilos y medio, vio el nombre en television, en un anuncio de analgesicos, y le gusto como sonaba.
– Eh, arabe -le dice-, me han dicho que te has metido con Joryleen.
Ahmad intenta hablar su mismo idioma:
– Ni de cona, que me voy a meter con ella. Hablamos un poco. Y fue ella la que vino a buscarme.
Con cuidado, Tylenol agarra a Ahmad, que es mas esbelto, por el hombro y le clava el pulgar en la zona sensible que hay bajo la bola del hueso.
– Dice que te has metido con su religion.
El pulgar se hunde mas, hasta tocar nervios que han estado en letargo durante toda la vida de Ahmad. Tylenol tiene una cara cuadrada, del color del barniz de nogal recien extendido sobre la madera de un mueble. Es el placador del equipo de futbol americano del Central High y en invierno hace anillas, de modo que tiene manos fuertes como el hierro. Su pulgar esta arrugando la camisa almidonada de Ahmad, quien con un movimiento impaciente intenta librarse del agarron hostil.
– Su religion esta equivocada -informa Ahmad a Tylenol- y en cualquier caso ella dijo que tanto le daba, que lo hacia por cantar en ese estupido coro. -El pulgar sigue horadando su hombro, pero con una descarga de adrenalina Ahmad se lo quita de encima golpeando la gruesa rama de musculos con el filo de su mano. La cara de Tylenol se ensombrece, con un espasmo se le acerca todavia mas.
– No me vengas con gilipolleces, nadie va a mover el culo por ti, gilipollas de arabe.
– Salvo Joryleen. -La respuesta ha saltado agil, montada en la misma adrenalina. Ahmad se siente debil por dentro y sospecha que en su cara se refleja la vergonzosa tension del miedo, pero hay algo de dichoso o sagrado en enfrentarse a un enemigo superior, algo que hace que la rabia incremente la masa corporal. Se atreve a continuar-: Y no llamaria exactamente mover el culo a lo que ella hizo por mi. Mas bien fue simple simpatia, algo que los tipos como tu no pueden entender.
– ?Los tipos como yo? ?Con que me sales ahora? Los que son como yo no aguantamos a gentuza como tu, pringado. Mierdecilla. Mariconazo.
Ahmad tiene su cara tan cerca que puede oler el queso de los macarrones que sirven en el comedor. Empuja el pecho de Tylenol para apartarlo. En el vestibulo se van congregando otros alumnos del Central High, los obsesos de