Rodeado por columnas de ladrillo y una herrumbrosa valla de hierro forjado, el cementerio de Cedar Creek se asentaba en un pequeno valle, dando la impresion de hundirse lentamente. Los terrenos estaban banados por la sombra de una veintena de robles con los troncos revestidos de musgo, pero el enorme magnolio en la pequena explanada central dominaba toda la escena. Las raices se desplegaban por encima de la tierra, alejandose del tronco, como si de unos dedos artriticos se tratara.

A pesar de que el cementerio debio de haber sido un reducto lindado y apacible antano, en esos momentos el aspecto que tenia era de absoluto abandono. El sendero que nacia detras de la verja estaba anegado de lodo, con unas acanaladuras profundas originadas por el agua de la lluvia, y finalmente desaparecia debajo de una tupida alfombra de hojarasca. Los escasos tramos parcialmente cubiertos de cesped parecian estar fuera de lugar. Por todos lados se podian ver ramas caidas, y el terreno ondulado le recordo a Jeremy el romper de las olas en una playa. Las malas hierbas crecian por doquier, sin ninguna clase de concierto entre las lapidas, que estaban resquebrajadas.

Tully tenia razon. No habia nada que apreciar en ese lugar. Pero para ser un cementerio maldito - especialmente uno que acabaria saliendo por television-, era mas que perfecto. Jeremy sonrio. El lugar parecia como si hubiera estado disenado en los mismisimos estudios de Hollywood.

Salio del coche y estiro las piernas antes de ir en busca de la camara de fotos que guardaba en el maletero. La brisa era fria, aunque sin propiciar las dentelladas articas de la brisa de Nueva York. Aspiro profundamente y se impregno del aroma de los pinos y de la hierba. Por encima de su cabeza unos cumulos se desplazaban lentamente por el cielo, y un halcon solitario planeaba en circulos a lo lejos. Las laderas de Riker's Hill aparecian moteadas de pinos, y en los campos que se extendian en la base de la colina avisto un granero de tabaco abandonado y cubierto por kudzu al que le faltaba la mitad del tejado de hojalata. Se estaba derrumbando hacia un lado, y daba la impresion de que una leve rafaga de viento seria suficiente para derribarlo al suelo sin compasion. Aparte del ruinoso edificio, no habia ningun otro vestigio de civilizacion.

Jeremy oyo el chirrido de la verja cuando la empujo para abrirla; a continuacion empezo a andar por el sendero enlodado. Contemplo las lapidas que surgian a ambos lados del camino y se pregunto como era posible que no incluyeran ninguna inscripcion, pero entonces se dio cuenta de que las inclemencias del tiempo y el paso de los anos se habian encargado de borrar los grabados originales. Las pocas que llego a vislumbrar databan de finales de 1700. Mas arriba habia una cripta practicamente destruida. El techo y las paredes se habian desmoronado, y por debajo de los escombros, en medio del camino, asomaba un monumento hecho anicos. Despues descubrio otras criptas derrumbadas y mas monumentos caidos. Jeremy no vio ninguna prueba de vandalismo, sino de decadencia -si bien grave- natural. Tampoco parecia que hubieran enterrado a nadie en ese lugar en los ultimos treinta anos, lo cual explicaria por que tenia ese aspecto completamente abandonado de la mano de Dios.

Se detuvo debajo de la sombra del magnolio, preguntandole que aspecto tendria ese lugar en una noche cerrada con una densa bruma. Probablemente pondria la piel de gallina a cualquiera, y eso debia de ser lo que provocaba que la gente imaginaba cosas insolitas. Pero ?de donde provenian las luces extranas? Dedujo que los fantasmas eran simplemente el reflejo de la luz, convertida en un prisma de un magico color azul, de las finas gotas de agua que se formaban en la niebla, aunque no vio farolas ni ninguna otra clase de iluminacion en todo el recinto. Tampoco advirtio senales de algun riachuelo en Riker's Hill que pudiera ser el posible causante del efecto luminoso. Supuso que podian proceder de la luz de los focos de los automoviles, pero solo distinguio una unica carretera cercana, y la gente se habria dado cuenta de esa simple conexion bastante tiempo atras.

Tenia que conseguir un buen mapa topografico del area, ademas del mapa de carreteras que acababa de comprar. Quizas en la biblioteca local podrian prestarle alguno. En cualquier caso, pasaria por la biblioteca para consultar la historia del cementerio y del pueblo. Necesitaba saber cuando fue la primera vez que se detectaron las luces; eso podria aportarle alguna idea sobre su origen. Por supuesto, habia pensado pasar un par de noches en el cementerio, si la niebla se dignaba a cooperar.

Durante un rato deambulo por el cementerio tomando fotos por aqui y por alla. No serian las que publicaria; le servirian como puntos de referencia en caso de que consiguiera fotos mas antiguas del cementerio. Deseaba contrastar los cambios acaecidos a lo largo de los anos, y de paso averiguar cuando -o por que- se habian desmoronado las criptas y los monumentos. Tambien tomo una foto del magnolio. Sin lugar a dudas, era el ejemplar mas grande que jamas habia visto. Su tronco ennegrecido estaba totalmente arrugado, y dos de las ramas que colgaban desmayadamente lo habrian mantenido ocupado -a el y a mus hermanos- durante muchas horas en sus anos infantiles. Si no hubieran estado rodeados de muertos, claro.

Mientras se dedicaba a revisar las fotos que habia tomado con la camara digital para asegurarse de que ya tenia suficientes, con el rabillo del ojo vio algo que se movia.

Aparto la camara y vio a una mujer que avanzaba con paso decidido hacia el. Iba ataviada con unos pantalones vaqueros, unas botas y un jersey de color azul celeste que hacia conjunto con el enorme bolso que llevaba colgado del hombro. Su melena castana le llegaba hasta los hombros, y su piel, de un ligero color aceitunado, hacia innecesario el uso de maquillaje; pero fue el color de sus ojos lo que lo cautivo: desde la distancia parecian casi violetas. Fuera quien fuese esa muchacha, habia aparcado el coche justo detras del suyo.

Por un momento imagino que se acercaba para pedirle que se marchara de ese lugar. Quiza habian declarado ruinoso el cementerio y ahora no se podia entrar en esos terrenos por temor a que alguien resultara herido. Aunque a lo mejor su visita se debia a una simple coincidencia. Ella continuo caminando hacia el.

Jeremy penso que se trataba de una coincidencia atractiva. Irguio la espalda, guardo la camara en la funda, y dibujo una amplia sonrisa en sus labios cuando ella se aproximo.

– Hola, ?que tal? -la saludo.

Ella aminoro el paso ligeramente, aunque no mostro senal alguna de haberlo visto. Tenia la expresion ausente, pero Jeremy supuso que se detendria; mas en lugar de eso, le parecio oir el eco de su risa cuando paso por su lado y continuo andando.

Jeremy se quedo unos instantes inmovil, observando como se alejaba de el sin darse la vuelta. De repente, movido por un impulso irrefrenable, intento llamar su atencion.

– ?Eh! -grito.

En lugar de detenerse, ella simplemente se dio la vuelta y regreso sobre sus pasos, con la cabeza erguida inquisitivamente. Jeremy vio la misma expresion ensimismada en su rostro.

– No deberia mirarme de ese modo tan descarado -replico la muchacha subitamente-. A las mujeres nos gustan los hombres que saben comportarse con mas sutileza.

Luego se dio la vuelta, se ajusto el enorme bolso en el hombro y prosiguio la marcha. En la distancia, Jeremy volvio a oir como se reia. Se quedo boquiabierto, absolutamente desconcertado y sin saber que contestar.

Asi que no estaba interesada en el. Bueno, daba igual. No obstante, cualquiera habria contestado cortesmente a su saludo con otro saludo. Quiza era un habito del sur. Quiza los hombres la habian maltratado sin tregua y ella se habia cansado de ser amable. O quiza no queria que la interrumpieran mientras hacia… hacia…

?Hacia que?

Ese era el problema de su profesion. Cualquier situacion despertaba su curiosidad. Se recordo a si mismo que lo que hiciera esa mujer no era de su incumbencia y, ademas, estaba en un cementerio. Probablemente habia venido a visitar la tumba de un familiar o un conocido. Eso era lo que normalmente hacia la gente, ?no?

Jeremy enarco una ceja. La unica diferencia era que en casi todos los cementerios alguien se encargaba de recortar la hierba y de mantener los parterres mas o menos pulcros, pero en camino este tenia el aspecto de San Francisco despues del terremoto de 1906. Por unos instantes tuvo la tentacion de seguirla para ver lo que pretendia hacer, pero habia hablado con suficientes mujeres como para saber que el espiarlas podia incomodarlas mucho mas que una simple mirada insistente. Y por lo que parecia, a ella no le gustaba que la mirasen descaradamente.

Jeremy hizo un esfuerzo por no observarla mientras desaparecia detras de uno de los robles, zarandeando el bolso con gracia a cada paso.

Solo despues de haberla perdido de vista por completo, recordo que no habia ido a ese lugar en busca de chicas monas. Tenia un trabajo que hacer, y su futuro dependia en cierta manera de eso. Dinero, fama, television, blablabla. Bueno, ?que era lo que tocaba hacer ahora? Ya habia visto el cementerio… Podia echar un vistazo a los alrededores para familiarizarse con el lugar.

Regreso al coche y se alegro de haber sido capaz de no volverse ni una sola vez para ver si la muchacha lo estaba observando. Los dos podian jugar al mismo jueguecito. Eso, claro, si ella estaba interesada en averiguar lo que el estaba haciendo, y le daba la impresion de que ese no era el caso.

Una mirada furtiva desde el asiento del conductor corroboro su corazonada.

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