Perplejo como siempre de los extranos derroteros que habia tomado su vida, sacudio varias veces la cabeza. El gran sueno americano. Todavia estaba ahi fuera, esperandolo, y todavia albergaba esperanzas de alcanzarlo. Mas solo ahora se empezaba a cuestionar si la television seria el medio que lo conduciria directamente a ese sueno.

La historia de las luces misteriosas se remontaba a una carta que habia recibido un mes antes. Cuando la leyo, se dijo que seria la historia ideal para Halloween. Segun el angulo desde el que encauzara la historia, ese articulo podria interesarles a los del Southern Living o incluso a los del Reader's Digest para su numero de octubre; si acababa siendo mas literario que narrativo, quiza podria interesarle a Harper's o incluso al New Yorker. Por otro lado, si era un montaje del pueblo para atraer la atencion, como en el caso de los ovnis en Roswell, Nuevo Mexico, la historia podria ser apropiada para alguno de los diarios del sur mas leidos, que incluso podria sufragar el coste del viaje. O si procuraba no extenderse demasiado, podria usar el articulo para su columna. Su editor en el Scientific American, a pesar del sello de seriedad que siempre intentaba imprimir en los contenidos de la revista, tambien estaba inmensamente interesado en incrementar el numero de suscriptores y hablaba de ello sin parar. Sabia de sobra que al publico le gustaban las historias sobre fantasmas. Si, podia hacerse rogar mientras clavaba una mirada perdida en la foto de su esposa simulando evaluar los inconvenientes, pero jamas dejaba escapar una historia como esa. A los editores les pirraban los temas sensacionalistas tanto como la miel a las abejas, ya que eran plenamente conscientes de que sin suscriptores no habia negocio. Y los temas sensacionalistas, aunque resultara triste aceptarlo, se estaban convirtiendo en uno de los elementos indispensables en los medios de comunicacion.

En el pasado, Jeremy habia investigado siete historias sobre apariciones de fantasmas; cuatro habian acabado en sus columnas de octubre. Algunas no habian llegado a destacar -visiones espectrales que nadie podia documentar cientificamente-, pero tres de ellas estaban vinculadas con poltergeists, o dicho de otro modo, espiritus traviesos que se dedicaban a mover objetos o a ocasionar danos. Segun los investigadores de lo paranormal -el oximoron de referencia para Jeremy-, los poltergeists se sentian generalmente atraidos por una persona en particular en lugar de por un lugar. En cada uno de los casos que Jeremy habia investigado, incluyendo aquellos que se publicaban en algun medio de comunicacion perfectamente documentados, el fraude habia sido el origen de los misteriosos eventos.

Pero se suponia que las luces de Boone Creek eran una cuestion diferente. Por lo que parecia, eran lo suficientemente predecibles como para permitir que los del pueblo organizaran una «Gira por el cementerio encantado» y una «Visita guiada por las casas historicas», y en dichas salidas, segun se aseguraba en el folleto, la gente no solo veria casas que databan de mediados del siglo xviii, si el tiempo lo permitia, sino tambien «a los atormentados antepasados de nuestra localidad en su marcha nocturna hacia los infiernos».

Habia recibido el folleto, que se completaba con unas fotos de la localidad y un par de frases melodramaticas, junto con una carta. Mientras conducia, recordo su contenido.

Apreciado senor Marsh:

Me llamo Doris McClellan, y hace dos anos lei su historia en la revista Scientific American acerca del poltergeist que azotaba la mansion de Brenton Manor en Newport, Rhode Island. Rapidamente pense en escribirle, pero no se por que razon no lo hice. Supongo que simplemente cambie de parecer, pero debido al cauce por el que estan discurriendo las cosas en mi pueblo en los ultimos dias, creo que sera mejor que le cuente lo que sucede.

No se si ha oido alguna vez hablar del cementerio de un pequeno pueblo de Carolina del Norte llamado Boone Creek, pero, segun cuenta una leyenda, el cementerio esta maldito, asediado por los espiritus de antiguos esclavos. En invierno -enero hasta principios de febrero-, unas luces azules parecen danzar encima de las tumbas cuando hay niebla. Algunos dicen que son como luces estroboscopias; otros aseguran que son del tamano de una pelota de baloncesto. Yo tambien las he visto, y me recordaron a las luces de colores que hace bastantes anos se proyectaban en las paredes y en el techo de las discotecas. El ano pasado un grupo de investigadores de la Universidad de Duke se desplazo hasta aqui; creo que eran meteorologos o geologos o algo por el estilo. Ellos tambien vieron las luces, pero no pudieron dar ninguna explicacion logica del fenomeno, y la prensa local publico un extenso articulo acerca del misterio. Quiza le apetezca escaparse unos dias al sur para intentar esclarecer este caso.

Si necesita mas informacion, no dude en llamarme al restaurante Herbs de Boone Creek.

La remitente de la carta agregaba mas informacion de contacto. Jeremy habia examinado seguidamente el folleto, elaborado por la Sociedad Historica local. Leyo unos fragmentos que describian algunas de las casas que se podian ver en la gira, repaso la informacion sobre el desfile y el baile que iba a tener lugar el viernes por la noche en un granero del pueblo, y enarco una ceja sorprendido ante el anuncio de que, por primera vez, se realizaria una visita al cementerio el sabado por la noche. En la parte posterior del folleto -rodeado por lo que parecian unos esbozos de la pelicula Casper- se incluian el testimonio de varias personas que habian visto las luces y un extracto de lo que parecia un articulo de prensa. En el centro destacaba una fotografia borrosa de una intensa luz en lo que podia, o no, ser el cementerio (el pie de foto aseguraba que si que lo era).

No es que el caso se asemejara al de Borely Rectory, la laberintica rectoria victoriana situada en la ribera norte del rio Stour en Essex, Inglaterra, y considerada la casa encantada mas famosa de la historia, en la que se podian oir lamentos y gemidos que helaban la sangre a uno, ver a caballeros decapitados, escuchar musica de organo esperpentica y el melancolico taner de campanas. No obstante, la historia parecia suficientemente interesante como para despertar su interes.

No pudo encontrar el articulo que Doris mencionaba en la carta -la pagina electronica del diario local no disponia de hemeroteca-, asi que contacto con varios departamentos de la Universidad de Duke hasta que finalmente consiguio el proyecto original de la investigacion. Lo habian redactado tres becarios que estaban realizando estudios de doctorado, y a pesar de que tenia sus nombres y numeros de telefono, no vio razon para llamarlos. El informe de la investigacion no aportaba ninguno de los detalles que Jeremy esperaba encontrar. En lugar de eso, se limitaba a acreditar la existencia de las luces y el correcto funcionamiento del material que habian empleado los estudiantes; en pocas palabras, ninguna informacion relevante. Ademas, si algo habia aprendido en los ultimos quince anos, era a no fiarse del trabajo de nadie excepto del suyo propio.

Si, ese era el vergonzoso secreto mas bien guardado de aquellos que se dedicaban a escribir articulos para revistas. Mientras que todos los periodistas alegaban hacer sus propias investigaciones y la mayoria lo hacia en cierta manera, todavia confiaban demasiado en las opiniones y las verdades a medias que se habian publicado con anterioridad. Por esa razon solian cometer errores con bastante frecuencia, habitualmente pequenos errores, aunque a veces eran mas que notables. Cada articulo en cada revista contenia errores, y dos anos antes Jeremy habia escrito un articulo precisamente sobre ese asunto, exponiendo los habitos menos laudables de sus companeros de profesion.

Sin embargo, su editor se nego a publicar el articulo. Y ninguno otra revista mostro el mas minimo interes por el trabajo.

Contemplo por la ventana los robles que poco a poco iba dejando atras en el camino, preguntandose si necesitaba cambiar de profesion, y subitamente sintio deseos de haber analizado esa historia de los fantasmas de Boone Creek con mas profundidad. ?Y si no existian tales luces? ?Y si esa mujer que le habia escrito la carta lo habia enganado? ?Que pasaria si la leyenda no diera de si como para escribir un articulo entero? Sacudio la cabeza varias veces. No, no valia la pena perder el tiempo con esas elucubraciones; ahora ya era tarde. Practicamente habia llegado a la localidad en cuestion, y seguramente Nate debia de estar muy ocupado atendiendo llamadas telefonicas en Nueva York.

En el maletero, Jeremy llevaba todo el material necesario para cazar fantasmas (tal y como se especificaba en el libro Ghost Busters for Real!, un manual que habia comprado unicamente por afan de divertirse despues de una noche sobrecargada de cocteles). Llevaba una camara Polaroid, una camara de 35 mm, cuatro camaras de video y tripodes, una grabadora y microfonos, un detector de radiacion de microondas, un detector electromagnetico, una brujula, gafas de vision nocturna, un ordenador portatil, y otros artilugios similares.

Despues de todo, se trataba de hacerlo bien. Cazar fantasmas no era un trabajo para neofitos.

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