– No pienso contarte el secreto. Aunque llevar guantes ayuda mucho.
– ?Y que tal si me prestas uno de tus guantes?
– De eso, nada. Mis bombones estan en juego.
– ?Que ha pasado con tu concepto del juego limpio?
– Nada. Yo diria que es una pelea completamente limpia -se burlo-. Ahi va eso…
Esta vez, la bola de nieve le impacto en la barbilla.
– Empiezas a estar cubierto de nieve, Davidson.
– Todavia no he empezado.
Durante los diez minutos siguientes, Matt consiguio darle varias veces. Pero no tenia guantes y las manos se le estaban quedando heladas, asi que penso que solo tenia una posibilidad de ganar: atacar a fondo.
Corrio hacia ella con las bolas que le quedaban y ella le acerto dos veces mas, en un hombro y en la barbilla otra vez. Sin embargo, el aprovecho que se inclinaba para hacer otra bola, se arrojo sobre Jillian y la agarro por la cintura. Lamentablemente, perdieron el equilibrio y el termino encima de ella, en el suelo.
– ?Te encuentras bien, Jilly? -pregunto mientras se levantaba.
– Si, estoy bien.
– ?Te he hecho dano?
– Solo en mi orgullo.
El suspiro aliviado.
– Lo siento, no pretendia tirarte al suelo. Aunque esta claro que he ganado.
– ?Tu? Si no serias capaz de alcanzar a un elefante con un punado de arroz…
– Pero dijiste que perderia el que tuviera mas nieve encima, y es evidente que esa persona eres tu.
– Si, pero solo porque estas sobre mi.
– No lo he hecho a proposito. Ademas, no nos habriamos caido si no hubieras tropezado como una nina.
– La culpa es tuya, Matt. Y en cuanto al resto de tu comentario, te recuerdo que ya no soy una nina sino una mujer.
Matt no necesitaba que se lo recordara. La deseaba con toda su alma, y mas ahora, en aquella posicion. Intento recordarse que eran companeros de trabajo y que no estaban alli para mantener relaciones amorosas, pero cuando ella entreabrio los labios, no pudo evitarlo y la beso.
Solo fue un beso corto y rapido, aunque suficiente para hacerle perder el aliento.
Nervioso, intento decir algo. Pero ella se le adelanto.
Quiero confesarte una cosa.
– ?De que se trata?
– Bueno, me preguntaba si…
– En ese caso, yo tambien tengo que hacerte una confesion. Tambien me preguntaba una cosa.
– Y supongo que tampoco es una buena idea.
– No.
– Ni una idea razonable.
– No, tampoco.
– Pero quien sabe, tal vez despues de probarlo…
– No, sera mejor que lo olvidemos -dijo el. -Olvidarlo, si. Tienes razon. Sera lo mejor. -Si, sera lo mejor.
Matt se levanto y la ayudo a levantarse. -Tienes las manos heladas, Matt. -Claro, te recuerdo que no llevo guantes. Entonces, el vio que aun habia una bola de nieve en el suelo y anadio:
– Todavia te queda una.
– La estaba guardando para darte la estocada final.
– Aunque odie admitirlo, eres una gran tiradora. Si hubiera unos juegos olimpicos de lanzamiento de nieve, estoy seguro de que ganarias la medalla de oro.
– Es que jugue de delantera en un equipo de balonmano del instituto. Y ganamos cuatro campeonatos. ?Habia olvidado mencionarlo?
– Por supuesto que si. Pero francamente, me has impresionado. Deberias dejar la publicidad y hacerte deportista profesional.
– Si, claro, una forma excelente de librarte de mi…
El se llevo una mano al corazon.
– Te aseguro que lo he dicho como amante del balonmano. Ademas, creo que es evidente que me has ganado. Aunque debiste comentarme ese pequeno detalle antes de empezar.
– Bueno, solo es una de las muchas cosas que se hacer bien.
Jilly saco las llaves del coche, camino hacia el y saco su caja de bombones. Despues, le devolvio las llaves.
– Voy a la habitacion a ponerme ropa seca. Tengo que ver a Jack a las tres para dar una vuelta por los vinedos e ir a las bodegas.
– Comprendo. En tal caso, procurare no interponerme en tu camino.
– Gracias.
– Yo he quedado con el a las cinco, en el bar.
– En ese caso, yo hare lo mismo si tu cumples tu palabra.
– No seas tan desconfiada, Jilly. Acabo de dejar que ganes la partida aunque tu tienes mas nieve encima que yo.
Ella arqueo una ceja.
– ?Quieres una revancha?
– No, no, no. Ya he tenido bastante, gracias.
Ella lo miro con malicia.
– Me alegro. Por cierto, pienso disfrutar de un bombon mas en cuanto llegue al dormitorio…
– No me importa. Tengo coche y podria ir al pueblo y comprarme una caja para mi solo.
– Pero no sabrian tan buenos como los de esta caja. Los de esta caja se han ganado en una justa batalla y saben a victoria, a triunfo, a…
– De acuerdo, basta, ya me he hecho una idea. Ve a comerte esos bombones antes de que me aproveche de mi fuerza fisica y te los quite.
– Intentalo si quieres, pero soy cinturon negro de karate.
– Te creo.
– ?Tu no vas a la habitacion?
– Estare alli dentro de unos minutos. Antes tengo que hacer unas cuantas llamadas telefonicas con mi movil. Asi tendras tiempo de cambiarte de ropa en privado.
Sus miradas se encontraron y una vez mas sintieron algo terriblemente intenso y electrico entre ellos.
– En ese caso, nos veremos dentro de un rato -dijo ella.
Jilly se despidio y el se quedo a solas en el aparcamiento. Por suerte, se habia marchado y por fin podia respirar. Sin embargo, no consiguio borrarla de sus pensamientos.
Poco despues de las cinco de la tarde, Jilly llamo por telefono a su amiga Kate y rezo para que estuviera en casa.
– Necesito ayuda -dijo, en cuanto respondio-. El fin de semana esta resultando desastroso.
– ?Que ocurre?
Jillian le conto toda la historia y anadio:
– Me he pasado dos horas con Jack Witherspoon, pero la situacion con Matt me tiene tan tensa, que no sabria decir si he probado un merlot o un chardonnay en la bodega.
– Ya te dije que tu vida cambiaria cuando conocieras al hombre correcto.
– Si, pero eso no es de gran ayuda.
– Tal vez no -dijo ella, entre risas-. Y dime, ?que tal esta Matt sin camisa? Jilly cerro los ojos. -Increible.
– ?Has hecho algo mas que mirar? -Bueno, me beso.
– ?Y?
– Yo tambien lo bese.
– ?y?
Ella suspiro.