quizas, un par extra de tetillas.

En la casa no habia ninguna pista que les indicase el paradero de Henry. Estaba vacia, pero habia indicativos de que su ocupante no tenia intenciones de irse. Habia leche cortada en la nevera y, junto a la cocina, una ristra de chorizos que alguien habia sacado del congelador. Llevaban alli cinco dias y comenzaban a oler.

Limpiaron en silencio y Mike penso que estaba contento de no haber permitido que Tess se enfrentase a ello sola. Solo eran unos chorizos podridos, pero se le ocurrian tantos pensamientos terribles, y el olor a carne podrida no contribuia en nada.

– ?Donde buscamos? -pregunto cuando volvieron a salir, y ella sacudio la cabeza.

– No lo se. No puedo pensar. Estoy tratando de recordar. Fue hace diez anos. Es… es como volver atras en el tiempo. Estoy confundida.

– Comamos, entonces -le dijo suavemente mirandola con preocupacion. Era temprano para cenar, pero necesitaban tomar un poco de aire fresco despues de la deprimente casa y Tess necesitaba recuperar la compostura antes de enfrentarse a la caminata, aunque recordase donde tenian que ir…

Luego, despues de que buscasen, quizas no tendrian deseos de comer.

Se instalaron con el pic-nic bajo un enorme eucalipto al lado del cobertizo. Tess estaba tan deprimida que se hallaba al borde de las lagrimas. Ni la presencia reconfortante de Mike y la forma en que Strop se alegro al ver los sandwiches la podian sacar de su tristeza.

El sol descendia inexorable y ella seguia sin saber donde empezar, que hacer. Era consciente de que Mike no queria inmiscuirse en lo que consideraba sus dominios y la dejaba decidir, y se sintio agradecida de no tener que charlar con el.

El silencio, aunque triste, le permitio pensar. No tenia hambre despues de la comida de hacia dos horas y, tendida en la manta, miro como Mike comia mientras pensaba en cuando tenia dieciseis anos y habia recorrido la granja con su abuelo.

Y luego…

Mike la estaba mirando y vio el instante en que el recuerdo la golpeo, la sensacion de que el sitio le era familiar.

– Mike -dijo lentamente-, puede que resulte inutil, pero creo recordar el camino. Bajamos hacia el arroyo… ya se… es hacia el este. Es una caminata bastante larga.

– ?Una caminata? -pregunto el, sirviendo cafe de un termo y alcanzandole una taza- Me parece bien. Esta merienda estuvo fenomenal, pero ahora necesitamos un paseo para bajarla y Strop decididamente necesita hacer un poco de ejercicio. Le has dado cuatro sandwiches. ?Recuerdas todo el camino?

– No -dijo ella, negando con la cabeza e incorporandose para mirar a la distancia. Tomo unos sorbos de cafe mientras su mirada recorria las lejanas colinas-. No te tendria por que pedir…

– Pideme lo que quieras. Quiero ayudarte, ?recuerdas? -le dijo-. Me preocupa no saber donde esta tu abuelo casi tanto como a ti -dejando la taza, se puso de pie junto a ella-. Tenia la esperanza de que si me quedaba callado lo suficiente, se te ocurriria que hacer. Tenemos todo el tiempo del mundo.

– No es verdad.

– Esto es importante, Tess -dijo con suavidad-. Puede que haya otras cosas que hacer, pero es la vida de tu abuelo la que esta en juego. Tomate todo el tiempo que necesites -se arrodillo y acaricio a Strop.

Finalmente, los recuerdos volvieron.

– Ya recuerdo… -susurro ella, mirando el paisaje que los rodeaba-. Si, era hacia el este, pero no es una caminata facil.

– He traido una mochila -dijo el, inclinandose para meter las cosas en la cesta-. Esta en el coche.

– Pero… no necesitamos provisiones. Nos llevara una hora llegar.

– Tiene equipo medico -dijo el secamente-. Por si acaso.

– Pero… ?sigues pensando que esta muerto?

– Si estaba en un lugar seguro y seco cuando tuvo el ataque… -sacudio la cabeza- ?Quien sabe? Quizas haya entonces una posibilidad. Ojala hubiera podido ponerme en contacto contigo cuando se monto este jaleo. Si hubiera sabido…

Tess lo miro con curiosidad.

– Debes de tener dos o tres mil pacientes como mi abuelo a tu cargo y te preocupas lo suficiente como para venir a la medianoche a soltar las cabras y ver como esta la cerda. Te preocupas lo bastante como para rescatar un perro bobo y ridiculo de la muerte, y te preocupas lo bastante como para venir conmigo ahora. Gracias -anadio simplemente.

– No -dijo el, sintiendose avergonzado-. Si me hubiese puesto en contacto contigo, quizas podrias habermelo dicho…

– No podria haberte explicado donde estaba la cueva, aunque lo hubiese recordado -le dijo-. No estoy segura de poder encontrarla ahora. Pero espero que…

Ella hizo una pausa y el le tomo la mano con firmeza para tirar de ella y ayudarla a ponerse de pie. Le paso un brazo por la cintura para inspirarle confianza y seguridad.

– Entonces, hagamoslo, Tess -le dijo con seriedad-. Tengamos esperanza.

La cueva estaba mas lejos de lo que ella recordaba y cuando la encontraron los ultimos rayos del sol se escondian tras el horizonte.

Fue el instinto mas que el recuerdo lo que la guio, y no hubiese podido describir el camino aunque hubiese querido. Mike no dijo ni palabra y ella dejo que su mente volviera a aquella tarde en que hizo el camino con su abuelo mientras sus pies recorrian la senda automaticamente.

Y su instinto no le fallo.

Contra la ladera de la montana, cubierta de densa vegetacion, habia dos enormes rocas que servian de centinela a una tercera mas retirada. Solo al rodearlas, se podia ver un orificio detras de la roca posterior. Apenas era lo bastante grande para dejar pasar un hombre.

Tess lo encontro sin decir palabra, mientras su rostro reflejaba esperanza y temor. ?Y si su abuelo no se hallaba alli?

?Y si lo estaba?

Strop olisqueo la entrada, con las orejas levantadas todo lo que las orejas de un basset-hound se pueden levantar. Mike miro a su perro y su cara se puso tensa. Apoyo una mano en el hombro de Tess y la empujo suavemente.

– Venga, Tess. Creo que tu abuelo puede estar aqui. Y estoy aqui contigo -dijo y la tomo de la mano.

Aunque ella lo habia llevado hasta alli, dejo agradecida que el tomase las riendas. Se metio por el orificio y Mike sintio la tension en la mano que tenia en la suya.

Dentro, la cueva era tan grande que parecia una catedral. Habia una fisura en lo alto y por alli se filtraba la rosada luz del ocaso, iluminando el interior con un resplandor dorado.

Tess no perdio tiempo en admirar la belleza del lugar. Al fondo de la cueva habia una camara, seca y llena de arena, protegida de las inclemencias del tiempo y con apenas bastante luz para no resultar atemorizante. Era el sitio ideal para que un ser herido se refugiara a curar sus heridas. Se solto de la mano de Mike y avanzo a trompicones por el irregular suelo de la gruta para llegar cuanto antes al fondo, con Mike y Strop pisandole los talones.

Y dentro encontro a su abuelo.

Capitulo 3

Al principio, Tess y Mike pensaron que Henry estaba muerto. Durante un largo instante, ella se quedo en la pequena arcada mientras sus ojos se adaptaban a la oscuridad. Su abuelo estaba acurrucado en una esquina alejada y no se movia.

Tess lanzo un gemido de angustia, pero luego Mike la hizo a un lado y se acerco de dos zancadas para inclinarse sobre la figura del anciano. Le levanto la muneca y se dio la vuelta para mirar a Tess en la

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