penumbra.

– Esta vivo, Tess, ayudame.

– Vivo… -dijo Tess y se acerco a donde Mike se arrodillaba en la arena- Oh, Mike, vivo…

Strop se sento. Habia aprendido a reconocer el tono de voz de Mike que indicaba que tenia que esperar.

– ?Como…? ?Como…? -pregunto Tess, mirandolo.

– Esta inconsciente, Tess, pero tiene pulso. Esta muy deshidratado. ?Cielos, mira su piel! Tiene la lengua hinchada. Encontraras una linterna en la mochila y una bolsa de suero -mientras hablaba sus manos examinaban al viejo, moviendose con cuidado y preocupacion-. ?Ha de haber estado aqui todo el tiempo!

Tess le quito la mochila de los hombros y revolvio dentro, buscando la linterna. La encendio e ilumino con ella la cara de su abuelo.

Hacia diez anos que no lo veia, asi que la vision debio de asustarla un poco, penso Mike, ya que el hombre de ochenta y tres anos que yacia en la arena parecia no tener ni pizca de energia. Tenia la piel blanca como el alabastro y recubria sus viejos huesos como pergamino. Sus ojos se veian hundidos en sus orbitas y miraban sin ver la pared opuesta. Las mejillas eran dos huecos y tenia los labios tan secos que se le habian rajado, sangrado y vuelto a rajar una y otra vez.

– Dame una gasa, doctora Westcott -dijo Mike, echandole una mirada y rogando que no se desmayase. Su voz corto la desesperacion como un cuchillo-. No pierdas tiempo, Tessa. Necesito una gasa y luego hay que ponerle un goteo. Rapido. No lo hemos encontrado para dejarlo morir ahora.

– ?Oh, Mike! ?Tiene un aspecto terrible!

Pero Tessa no tenia intenciones de desmayarse. Inspiro profundamente y enseguida paso de ser la nieta asustada a medico competente. El hecho de que aquel era su adorado abuelo fue rapidamente dejado de lado. Henry era un paciente de urgencias que se moria en sus manos.

– ?Que crees?

– Esta deshidratado -respondio Mike secamente-. Vasta con mirarle los labios… si lleva cuatro dias sin agua… Todo lo demas puede esperar, Tess, pero tenemos que meterle liquido como sea.

– De acuerdo -ya estaba en marcha, buscando gasa y tubos y jeringa en la mochila de Mike. Se lo alcanzo a la debil luz de la linterna.

Mike tenia todo lo que necesitaban en la mochila y Tessa lo encontro, lo preparo y se lo fue alcanzando cuando lo necesitaba como si hubiesen estado en una sala de urgencias totalmente equipada en vez de hallarse en cuclillas en el suelo de una cueva mal iluminada. Dos minutos mas tarde lo habian intubado y le estaban dando el suero fisiologico. Mike puso el goteo al maximo y, tomando el estetoscopio que Tess le alargaba, lo acerco al pecho de Henry y finalmente se sento en los talones y la miro.

– Tenemos una infeccion de grandes proporciones en el pecho, y no es extrano, considerando que lleva tanto tiempo sin atencion -le dijo-. Hay un telefono movil en la bolsa, Tess. Pasamelo y pediremos auxilio. Los chicos de la ambulancia traeran una camilla y lo sacaremos.

– Si no es demasiado tarde… -como habian terminado de hacer todo lo que se podia hacer por el, fue como si se hubiese abierto la puerta para dejar pasar a los parientes. La doctora Westcott se convirtio nuevamente en solo la atemorizada Tess. En su rostro se reflejo el miedo-. Abuelo, ni te atrevas a morirte ahora que estamos tan cerca de…

– No pierdas las esperanzas, Tess -dijo Mike, alargando una mano y estrechandole la suya con firmeza-. Esta vivo, y eso es mas de lo que esperabamos. Ha sucedido un milagro. Veamos si podemos hacer otro ahora -le dirigio una sonrisa tensa y cansada antes de llamar por telefono.

Tess se sento y lo escucho ladrar ordenes a traves del telefono a gente desconocida del otro lado, acariciando la cara de su abuelo mientras esperaba. Habia estado todo ese tiempo solo. Le tomo la yerma mano, tratando de infundirle vida a traves de las venas. A su lado, Strop metio el hocico y le lamio la otra mano. Tess se relajo un poco, como si esa lametada fuese lo mas reconfortante del mundo.

– Abuelo… estoy aqui, abuelo -titubeo ella-. Soy Tessa. He vuelto a casa.

Mike no le quitaba los ojos de encima mientras hablaba por telefono. Casa… sonaba bien.

?Que idea mas tonta! Esa no era la casa de Tessa. Ella no tenia vida alli, y no sabia por que esa idea lo alteraba tanto. Tessa no tenia nada que ver con el valle, nada que ver con el.

Abrio la boca para hablar, pero al hacerlo vio como los ojos de Tess se abrian mientras miraba a Henry. Miro y vio como un musculo se movia casi imperceptiblemente en el rabillo del ojo derecho de Henry.

– Abuelo… -dijo ella, acercandose a el y Mike se quedo mirando, incapaz de creer lo que habia visto. Dejo caer el telefono. No eran imaginaciones suyas, tambien Tess habia visto el movimiento. Le tomo la otra mano a Henry.

– Henry, soy Mike Llewellyn -le lanzo una mirada incierta a Tessa, sin saber como ella reaccionaba y luego fijo toda su concentracion en Henry-. Soy el doctor Llewellyn. Esta a salvo, Henry, y su nieta esta aqui tambien. Tessa ha venido desde los Estados Unidos a encontrarlo. Llevabamos dias buscandolo, pero solo ella sabia donde estaba la cueva. Ahora nos quedaremos con usted hasta que lo podamos llevar en una camilla al hospital. Esta totalmente a salvo.

El ojo derecho de Henry se abrio con un parpadeo y los vio.

Su mirada fue de Tess a Mike y luego de vuelta a Tess. Estaba claro que enfocar era un esfuerzo tremendo. Se lo notaba confundido. Su ojo izquierdo continuo cerrado, pero la mano que Tess sujetaba temblo convulsivamente.

Sus labios se movieron levemente y Tess se inclino a escuchar.

– Tess…

Los ojos de Tess se llenaron de lagrimas.

– Soy yo, abuelo -murmuro-. Estamos aqui. Mike y yo estamos aqui.

Mike y yo. Sonaba bien. Inspiraba confianza, incluso a Mike.

– No te preocupes, abuelo -le dijo ella-. Enseguida te llevaremos al hospital.

– Que… quedate.

– Te lo prometo -dijo ella.

Era un juramento y, de repente, al oirselo decir, Mike supo que el juramento que hacia no era en vano. Se quedaria.

– Me ocupare de que se quede, senor Westcott -dijo suavemente-. No se preocupe por ello.

?Por que diablos habria dicho aquello?

– Es fabulosa.

– Si.

No habia duda de quien hablaban. Eran las seis de la manana y Mike habia logrado dormir un par de horas escasas con una interrupcion a las dos de la manana por un nino con una infeccion bronquial y a las cinco para cambiar una sonda. A las seis se habia ido a la cocina a tomar un cafe bien cargado. Hacia unos minutos que Bill habia llegado y se estaba comiendo un plato de avena con leche.

– ?Se quedara? -pregunto Bill.

– ?Que quieres decir, si se quedara? Supongo que se quedara hasta que Henry decida si va a vivir o no.

– Pero, ?vivira? -se habia enterado del hallazgo de Henry al llegar al hospital. Aunque fuera antes del amanecer, seguro que la noticia ya habia recorrido el valle entero.

– Quizas.

– Pero ?quizas no?

– Todavia no se la gravedad del derrame cerebral -dijo Mike-. Primero tendremos que rehidratarlo, meterle antibioticos en vena para que le baje la infeccion del pecho y recuperarlo. Las ha pasado canutas.

– Tiene un aspecto terrible.

– ?Lo has visto?

– Me asome por la puerta de su habitacion cuando llegue.

– ?Estan sus constantes bien? Se estaba estabilizando cuando lo deje a medianoche y nadie me ha llamado para decirme que hay problemas. ?No ha habido cambios?

– Tessa esta contenta con ellos.

– Tessa… -repitio Mike, mirandolo- Tessa esta dormida. Le encargue a Hannah que se ocupase de el.

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