– ?Hermana? Ella no tiene… -el hombre fruncio el ceno-. ?Eres la que toca el piano? ?La altanera?

– Si, toco el piano -dijo Claire, preguntandose que habia estado diciendo Nicole a la gente sobre ella-, pero no soy altanera. Nicole, eh… me ha pedido que viniera a ayudar, porque todavia no puede levantarse.

– No te creo. Tu no le caes bien.

Algo que parecia que habia compartido con todo el mundo. Claire se habia sentido culpable por sentir, pero ya no. Encontraria la manera de encajar, y la panaderia era el lugar mas obvio por donde podia empezar.

– Hemos llegado a un acuerdo -dijo, con una sonrisa forzada-. Debe de haber algo en lo que pueda ayudar. Soy su hermana. Llevo el oficio en la sangre.

O deberia. Nunca habia puesto a prueba la teoria haciendo un bizcocho.

– Mira, no se lo que esta pasando, pero no me gusta. Tienes que marcharte.

El hombre se alejo, pero Claire lo siguio.

– Puedo ayudar. Soy muy buena trabajadora, y se me da muy bien trabajar con las manos. Tiene que haber algo que pueda hacer. No estoy pidiendo que me dejen hacer la famosa tarta de chocolate Keyes, ni nada por el estilo.

El hombre se volvio hacia ella.

– Apartate de la tarta de chocolate, ?entendido? Eso solo lo hacemos Nicole y yo. Llevo quince anos aqui y se lo que hago. Y ahora, largate.

– Eh, Sid. Ven un segundo.

La voz procedia de detras de una pared de hornos. Sid la miro con mala cara y despues se fue corriendo en la direccion desde la que lo habian llamado. Claire aprovecho la oportunidad para explorar una panaderia de verdad. Sonrio a una mujer que estaba inyectando una masa de aspecto delicioso en moldes de bizcocho. El olor era tan bueno que comenzo a rugirle el estomago. Dio un paso hacia la maquina y se choco con un hombre que llevaba algo.

Mientras los dos intentaban mantener el equilibrio, la bolsa que llevaba el salto por el aire. Instintivamente, Claire intento agarrarla. Sin embargo, no lo consiguio, sino que la lanzo hacia un lado y esparcio todo el contenido sobre ellos, en el suelo y en los donuts ya azucarados que avanzaban por la cinta transportadora. Giro y giro antes de aterrizar, abierta, en un gigantesco tanque de masa.

– ?Que demonios has hecho? -pregunto el hombre, y comenzo a soltar juramentos en un idioma que ella no reconocia.

Sid se acerco corriendo.

– ?Tu! ?Todavia estas aqui?

La mujer que estaba a cargo de los donuts detuvo la cinta y se puso a inspeccionarlos.

– Sal -murmuro-. Esta por todas partes. Todo esto se ha echado a perder.

Claire tuvo ganas de que se la tragara la tierra.

– Lo siento -dijo-. Nos tropezamos y…

– Se supone que no tenias que estar aqui -grito Sid-, ?no te dije que te fueras? No me hiciste caso. Dios, no me extrana que Nicole hable de ti como habla -anadio. Despues se inclino hacia el tanque de la masa y dijo una palabrota-. Sal -grito otra vez-. Hay una bolsa de tres kilos de sal en la masa del pan frances, nadie va a querer eso. Era toda la hornada del dia. Del dia.

Oh, no.

– ?Y no se puede hacer un poco mas? -pregunto Claire con un hilo de voz. Se sentia muy mal.

– ?Entiendes algo de hacer pan desde cero? Claro que no. Sal de aqui. Vete. No podemos permitirnos mas desastres esta manana.

Claire queria decir algo para arreglarlo, pero ?de que serviria? Los cuatro la estaban mirando como si fuera la criatura mas repugnante que conocian. No les importaba que solo quisiera ayudar, que no tuviera intencion de tropezarse con el otro empleado, que solo hubiera sido un accidente.

Sin saber que hacer, se dio la vuelta y se marcho.

Eran mas de las cinco cuando llego de nuevo a la casa. Comprobo que Nicole estaba bien; su hermana seguia durmiendo. Despues, bajo a la cocina e hizo cafe. La primera cafetera olia raro, y sabia peor. Tiro el cafe y comenzo de nuevo.

La segunda cafetera era aceptable. Se sirvio una taza y se la tomo sentada a la mesa de la cocina.

?Como podia haber empezado tan mal el dia? ?Como era posible que hubiera formado aquel lio sin proponerselo? No era justo. Ella no era una mala persona. Si, tenia una vida extrana con la que la mayoria de la gente no se identificaba, pero eso no cambiaba su forma de ser.

Sin embargo, parecia que existir fuera de su jaula dorada iba a ser mas dificil de lo que habia pensado.

– No voy a rendirme -dijo en voz alta-. Voy a resolver esto.

No le quedaba mas remedio. Si no podia tocar mas el piano, necesitaria tener una vida sin musica. Sin musica. Con solo pensarlo, se ponia triste. La musica lo era todo para ella. Era su razon de vivir.

– Encontrare otra razon -se dijo-. Tengo facetas sin explorar.

Al menos, eso esperaba.

Un poco despues de las seis, se puso a buscar la tostadora. Habia bastante pan en el congelador. Quemo las tres primeras rebanadas, y seguia intentandolo cuando vio a Wyatt entrar en la cocina. Wyatt, que la odiaba tanto como Nicole. Wyatt, que le habia producido un cosquilleo el dia anterior.

Sin embargo, antes de poder preguntarse que significaba aquello, vio a una nina muy guapa que llegaba tras el.

Wyatt deposito varias bolsas del supermercado sobre la mesa.

– Huele mal.

– Se me han quemado varias tostadas -dijo Claire, que no podia apartar la vista de la nina-. ?Es tu hija? - pregunto. ?Wyatt tenia una hija? Lo cual significaba que tenia una esposa.

– Es Amy -dijo, moviendo las manos mientras hablaba para apartar el olor a quemado-. Amy, te presento a Claire -anadio, moviendo los dedos-. Amy es sorda.

– Oh -dijo Claire, y se dio cuenta de que la nina llevaba aparato auditivo en ambos oidos.

No conocia a ninguna persona sorda. Sin sonidos. ?Como seria eso? ?Como seria no poder oir nunca un concierto de Mozart, ni una sinfonia? Sin melodia, sin ritmo. Todo su cuerpo se contrajo al pensarlo.

– Que horrible.

Wyatt la atraveso con la mirada.

– Nosotros no pensamos eso, pero gracias por compartir tu entendida y sensible opinion. Cuando ves una persona con una sola pierna caminando por la calle, ?le das una patada?

Ella se ruborizo y miro a la nina.

– No. Lo siento. No queria decir eso. Estaba pensando en la musica y en como… -no habia forma de arreglarlo, penso, presa de la culpabilidad-. No queria decir nada malo.

– La gente como tu nunca quiere.

El no lo entenderia, porque no queria entenderlo. Pensaba lo peor de ella, y parecia que ella no hacia otra cosa que demostrarle que tenia razon.

Wyatt comenzo a sacar cosas de las bolsas. Claire penso en ofrecerle ayuda, pero sabia que el iba a rechazarla. Asi pues, se retiro al salon, preguntandose si no deberia contratar a una enfermera para que cuidara de Nicole y volver a Nueva York. Al menos, alli si encajaba.

Se hundio en el sofa e hizo un esfuerzo para no echarse a llorar. Entonces Amy entro en la habitacion tras ella. Claire iba a disculparse por lo que habia dicho, pero se dio cuenta de que probablemente, la nina no lo habia oido. Amy se acerco a una estanteria y tomo un gran libro de fotografias. Lo llevo al sofa y se lo entrego a Claire.

– ?Quieres que te lea? -le pregunto Claire, mirando el libro-. ?No eres demasiado pequena para este libro?

Amy agito las manos para captar la atencion de Claire, y despues se toco la barbilla. Senalo sus labios y despues sus ojos.

– Te veo hablar.

Las palabras fueron pronunciadas lentamente, con una pronunciacion exagerada.

Claire abrio unos ojos como platos.

– ?Puedes hablar?

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