– Pense que quiza te hubieras ido.

– No, lo siento. Voy a quedarme hasta que puedas levantarte -dijo, y penso en la ausencia sin explicacion de Jesse-. A no ser que quieras que llame a Jesse y le diga que venga.

– No.

– ?Estas segura?

La mirada de Nicole se volvio de hielo.

– Jesse no es bienvenida aqui.

Asi que habia un problema. Claire pudo suponer, al menos, eso.

– ?Cuando dejasteis de hablaros?

– No voy a hablar contigo de eso.

– ?Que hizo?

– ?Que parte de mi frase anterior no has entendido? Es una mentirosa nata. Te mintio a ti diciendote que yo queria que vinieras, y ademas… -Nicole dejo caer la cuchara en el cuenco de avena-. Vete.

Claire penso que se referia a la habitacion, mas que a la casa. De todos modos, se quedo alli.

– Solo es una nina.

– Tiene veintidos anos, y tu no sabes de lo que estas hablando.

Claire queria entender, pero tenia la sensacion de que no iba a conseguirlo presionando a Nicole.

– Tienes que comer algo. Te recuperaras antes comiendo.

– Motivacion. Eso esta bien -dijo Nicole, y tomo un poco de avena-. Si que esta rica, ?lleva azucar morena?

– Si.

Nicole comio un poco mas mientras Claire permanecia en la puerta. Queria sentarse, pero eso le parecia demasiada intromision.

– ?Por que no estas de gira? -le pregunto Nicole mientras tomaba la taza de cafe-. ?No es eso lo que haces tu, tocar el piano para la gente? ?No te echaran de menos tus admiradores?

Claire se puso rigida. Sin querer, recordo su ultima actuacion. El calor de los focos, la presion en los oidos, el murmullo del publico y, sobre todo, la tension que notaba en el pecho.

No podia respirar y, al salir al escenario, se sentia como si fuera a sufrir un ataque al corazon. No habia podido concentrarse en la interpretacion. Solo sentia los latidos del corazon como truenos, y era consciente de que podia desmayarse en cualquier momento.

Habia tocado mal, penso, recordando su humillacion. Aunque ella podia tocar la misma musica una y otra vez, siempre tenia en cuenta que, para su publico, aquella era una ocasion especial. Ellos habian reservado un tiempo de su vida y habian comprado una entrada para ir a verla. Ella les debia lo mejor. Y aquella noche habia fracasado. Despues se habia desmayado, y habian tenido que ayudarla a salir del escenario.

Estaba avergonzada. Habia fallado publicamente. Habia permitido que la venciera el panico. Y lo peor era que no sabia como evitar que siguiera ganando.

– No queria que la pregunta fuera tan dificil -dijo Nicole.

– Estoy tomandome un descanso -murmuro.

Sono el telefono movil de Nicole y esta respondio.

– Hola, Sid. ?Que tal? -hizo una pausa, y despues solto un grunido-. No, no. Lo entiendo -dijo, y miro a Claire-. No, ni hablar. ?Lo dices en serio? Pero te acuerdas de que… Bien, tu decides. Se lo dire.

Nicole colgo y miro a Claire.

– Tenemos un problema en la panaderia.

Claire recordo el incidente de la sal y se pregunto que otro perjuicio habria causado.

– ?Que sucede?

– Las dos dependientas de la manana han llamado para decir que estan enfermas. No hay nadie para atender el mostrador. Cuando sucede algo asi, normalmente, las sustituyo yo, o a veces Jesse, pero ahora ninguna de las dos podemos. Tendras que hacerlo tu.

– ?Que? ?Que quieres decir?

Nicole miro al cielo con resignacion.

– ?Es que no me he expresado claramente? Atender el mostrador. Tomar el dinero que te den a cambio del genero. No tengas miedo. No tienes que hacer uso de las matematicas. La caja registradora lo hara por ti. Tu solo acepta el dinero y da el cambio. Incluso tu podras hacerlo.

Claire no queria. Realmente, no queria. La metedura de pata potencial le parecia un riesgo demasiado grande. Sin embargo, Nicole la necesitaba.

– Esta bien -dijo-. Ire.

– Muy bien. No te acerques al obrador.

Un cuarto de hora despues, Claire se habia cambiado e iba hacia el coche. Salio de la casa y se encontro a Jesse apoyada en su coche de alquiler.

– Hola, hermana mayor. ?Como te va?

– ?Que como me va?, ?que como me va? ?Eso es todo lo que tienes que decirme? Estaras de broma, ?no? - estaba muy contenta de ver a su hermana, pero tambien muy enfadada-. Me tendiste una trampa, me mentiste. Nicole no quiere que este aqui, me odia. ?Que pasa con eso? ?Y por que no estas tu aqui, ocupandote de las cosas?

– Nicole y yo tenemos algunos problemas.

– ?Sabes una cosa? No me importa. ?Como pudiste mentirme?

Jesse, alta y delgada, guapa, con el pelo largo hasta la cintura, se irguio.

– Yo no menti. Nicole iba a operarse y te necesita.

– Pero me odia. No tiene ningun interes en una reconciliacion, y todo el mundo sabe que me odia.

– Bueno, eso es cierto -dijo Jesse, y sonrio-. Cuenta algunas historias estupendas sobre ti.

– ?Estupendas desde la perspectiva de quien?

– De cualquiera que este escuchando. Probablemente, de la tuya no -respondio Jesse con un suspiro-. Necesita ayuda. Se que piensa que ella no me importa, pero si me importa. No sabia a que otra persona recurrir. Estas aqui, eso es lo que importa.

– No, no es lo que importa. Yo no tengo por que estar aqui. Cada segundo que pasa es embarazoso. ?Y quien es Wyatt? El tambien me odia. ?Es que Nicole se pasa la vida contandole cosas horribles sobre mi?

– No la vida, pero si bastante rato. Wyatt y Nicole son amigos desde hace mucho. El hermanastro de Wyatt, Drew, se caso con Nicole, pero… eh… rompieron hace un par de semanas. No se si van a volver.

Jesse se cruzo de brazos mientras hablaba, y Claire tuvo la sensacion de que habia algo mas.

– No me invito a la boda -murmuro Claire.

– ?Esperabas que lo hiciera?

– Claro. Habria venido.

– Suponiendo que no tuvieras que tocar para la Reina esa noche.

Claire le lanzo una mirada fulminante.

– No adoptes esa actitud conmigo, Jesse. La mayor parte de esta situacion es culpa tuya.

– Yo no soy la que se marcho y dejo a su familia para ser famosa.

Habia amargura en las palabras de su hermana. Claire fruncio el ceno.

– ?Es que piensas que eso fue lo que paso? ?Que yo decidi irme y ser famosa? Tenia seis anos. No podia decidir nada. Otros decidieron por mi.

Sus padres, su profesor. Vivia en Seattle, y un dia la montaron en un avion hacia Nueva York.

– Me apartaron de mi familia y, por mucho que yo pidiera volver a casa, no me lo permitian.

– Pobre nina prodigio -dijo Jesse-. ?Es que la fama es demasiado para ti? ?Te lo estas pasando demasiado bien?

– No es asi. Yo soy un animal amaestrado, de circo. Nada mas.

– Tu eras la princesa -replico Jesse-. Mimada, consentida. Deseada. Probablemente, todavia lo eres. Las cosas no eran asi por aqui. Al menos, para mi no.

– ?Que quieres decir?

Jesse se encogio de hombros.

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