– He tenido una bajada de azucar. Vete, estoy bien.

El le hizo tanto caso como el que hacia ella a Gloria cuando le ordenaba que se marchara.

– ?Que necesitas?

«?Sexo oral?» ?No! Esa no era la respuesta adecuada.

– Zumo, comida…

– Hecho.

Reid la sento en una silla y le sirvio un vaso de zumo de naranja. Ella se bebio la mitad. El resultado fue casi instantaneo. Dejo de temblar y se sintio casi normal.

– Estoy mejor -Lori lo miro-. Gracias. Vete.

– Que agradable -replico el ironicamente-. ?Quien te ha amargado el dia?

– ?Sinceramente? Tu. Esta manana habia una periodista esperandome en el porche. Queria confirmar que estas aqui, cosa que yo no hice. Sin embargo, me animo un poco la jornada, me enseno unas fotos que habia bajado de Internet. Adivina quien era el protagonista.

– Creia que habian desaparecido -dijo el con una expresion tensa.

– ?Las conoces?

– Las sacaron hace unos seis anos -contesto Reid con tono sombrio-. Sin mi conocimiento. Aquella mujer queria una prueba para ensenarsela a sus amigas. Una le propuso que le diera mas publicidad y las colgo en Internet.

Parecia abochornado, furioso e impotente. Lori quiso creer que no podia reprocharle nada, pero era dificil.

– ?Que vida has llevado? -pregunto-. Esto no le pasa a una persona normal. Las fotos, la periodista… Tienes que centrarte.

– Lo intento, pero estas cosas me lo impiden. Consegui una orden judicial para que retiraran las fotos de la pagina web, pero siguen apareciendo en otras paginas. No quiero seguir hablando de este asunto. ?Estas bien?

El cambio de tema la sorprendio con la guardia baja.

– Si. Tengo que comer algo.

– ?Para subir el nivel de azucar?

– Si. Chocolate seria perfecto. Si es posible, de Seattle Chocolates.

– Estas de broma. Eso no puede sentarte bien.

– No… -estuvo a punto de decir que «no tanto como tu»-, pero es mi ilusion y puedo tomarlo si quiero.

El sacudio la cabeza y mascullo algo inaudible.

– Bueno, voy a ver que comida de verdad tenemos.

Volvio a abrir la nevera y empezo a sacar todo tipo de cosas. Queso, pollo guisado, salsa y unas tortitas de maiz. Cosas que ella no recordaba haber visto alli.

– ?Has ido a hacer la compra? -pregunto ella.

– He hecho un pedido por Internet. No habia nada en esta cocina.

Ella penso que, al menos, Internet tambien servia para algo positivo.

– Las comidas de Gloria las traen cocinadas y yo me traigo la mia.

El se encogio de hombros y busco una sarten amplia.

– Ahora comeremos de verdad.

– ?Que estas haciendo?

– Voy a hacerte una quesadilla.

Lori no supo que le sorprendio mas, si que supiera hacerla o que fuera a hacersela a ella.

– ?Sabes cocinar?

– Tengo algunas especialidades. No solo se jugar al beisbol.

– He traido mi almuerzo.

– No… no me gusta. Veamos… ?Que te parece: «Reid, muchas gracias por hacerme la comida y salvarme la vida»?

Ella sonrio a reganadientes.

– Tienes un sentido teatral muy desarrollado.

– Estoy acostumbrado a que me veneren.

Ella estaba segura de eso, aunque algunas de sus admiradoras se habian vuelto contra el. Se pregunto que se sentiria al ser un personaje tan publico y decidio que no podia ser algo bueno. Ademas, para complicar mas las cosas, Reid tenia la mala costumbre de elegir las mujeres menos adecuadas.

– ?Que tal con Gloria? -pregunto el mientras calentaba la sarten y preparaba la quesadilla.

– Muy bien. Esta avanzando.

– Es atroz, puedes decirlo.

– Ni aunque me tortures.

– Yo tenia razon -Reid arqueo las cejas-. Reconocelo.

– No. Sigo pensando que su familia contribuyo a que sea como es. Esta sola y abandonada.

– Es irascible, complicada y perversa.

– No es perversa… conmigo.

– No la conoces bien -replico Reid mientras metia la tortita doblada en la sarten.

Lori dejo el vaso e intento mirar a algo que no fuera el hombre que estaba a los fogones. Si no lo hacia, iba a empezar a babear. Daba igual que su personalidad fuera dudosa, a su cuerpo le daban igual las otras tres mil mujeres con las que se habia acostado. Solo queria ser la siguiente. ?Que tristeza! Agarro la primera hoja de papel del monton que habia estado hojeando Reid.

– ?Que es esto? -pregunto ella al leer la carta de un nino que le pedia un autografo.

– Un monton de tonterias que me ha mandado mi representante. Su oficina se ocupa del correo de mis admiradores y no se si no es un error.

Lori se acordo del articulo y de que decia que Reid no hacia caso de los ninos necesitados.

– No queria molestarme -Reid dio la vuelta a la tortita-. Ese es mi gran delito. Confie en otros para que se ocuparan y parece ser que hicieron un trabajo desastroso. Seth respondia a todo con un cheque.

– ?Seth es tu representante?

– Si. Me invitaron a la inauguracion de un hospital y no me entere. Me incluyeron en el programa y todo. Eso esta mal hecho.

– Pero si no lo sabias, no es culpa tuya.

?Como! ?Estaba defendiendolo? ?Acaso no lo consideraba una escoria? Esas fotos lo confirmaban.

– Diselo a todos los que estuvieron esperandome -saco un plato del armario y puso la quesadilla-. Es peor todavia. Un nino que estaba muriendose queria conocerme como su ultimo deseo. Y yo no me presente. A cambio, recibio una foto y un bate de beisbol firmados -dejo el plato delante de ella y se sento enfrente-. Es una pesadez.

Ella sintio lastima de el, pero tambien queria zarandearlo.

– Eres un jugador de beisbol famoso, ?no? -pregunto ella antes de probar la quesadilla, que estaba deliciosa.

– Lo fui.

– Entonces puedes influir mas que la mayoria de la gente. La cosas salieron mal, pero puedes arreglarlo. El periodico hablaba de unos ninos que se quedaron abandonados sin billete de vuelta. Devuelveles el dinero. Llama a ese nino y vete a verlo. Ocupate del correo de tus admiradores. Rine a tu representante o despidelo. Participa.

Reid miro fijamente a la ventana que habia encima del fregadero.

– No es tan facil.

En ese momento, zarandearlo era mas importante que sentir lastima.

– Puede serlo. Ya se que antes estabas demasiado ocupado con tu apasionante vida, pero ya no te sirve de excusa. Tienes una responsabilidad. Se la persona que todo el mundo espera que seas. Madura. Podrias sorprenderte a ti mismo.

– No tienes un concepto muy bueno de mi. ?verdad?

– No.

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