– Claro que podemos ser amigos -aseguro-. Venid, os presentare a mi familia. Me gustaria que ensenarais algo de aleman a mis hermanos. Despues de todo, ellos tambien estaran al servicio de la princesa…, quiero decir la reina -se corrigio-. Debo acostumbrarme a llamarla majestad y a tratarla como tal.

– Vamos -contesto Hans ofreciendole el brazo-. Os acompanare al interior del palacio. Se esta levantando un viento muy frio y no deseo que os pongais enferma. No me gustaria que pusieran a otra en vuestro lugar.

– Teneis razon -asintio Nyssa-. Lady Browne ha tratado de deshacerse de mi esta manana, pero estoy decidida a quedarme y servir a su majestad con la lealtad que merece.

Cuando Nyssa regreso al salon, comprobo que su tia seguia conversando animadamente con lady Marlo-we y que ni siquiera habia advertido su ausencia. Les presento al paje del embajador de su majestad y lady Marlowe, que al parecer ya le conocia, se apresuro a corregir a la joven.

– Baron Von Grafsteen, querida lady Nyssa -dijo esbozando una sonrisa demasiado amplia y forzada-. ?Verdad, senor?

Hans asintio de mala gana. Odiaba ser baron, un titulo que habia heredado de su padre cuando este habia muerto hacia dos anos dejando solo un hijo, y a menudo deseaba que hubiera llegado acompanado de algo de dinero.

– Hans va a ensenarme aleman -declaro-. ?Sabiais que lady Ana no habla otro idioma? Tomare lecciones cada dia hasta que su majestad llegue. Supongo que le gustara tener a alguien con quien hablar. ?A ti que te parece, tia Bliss?

– Una idea excelente -aprobo su tia, complacida. Apostaba a que a ninguna de las otras damas se le habia ocurrido aprender el idioma de la reina.

El conde de Marwood regreso acompanado por lord Marlowe y su joven hijo. Hans von Grafsteen les fue presentado y enseguida se hizo amigo de los muchachos. Tanto sus tios como sus primos y hermanos parecian moverse por palacio como peces en el agua, pero Nyssa se sentia desplazada. Estaba pensando que quiza con la llegada de la reina volveria a sentirse util cuando advirtio que estaba siendo observada. Levanto los ojos y descubrio que un caballero joven y bien vestido la miraba fijamente. Avergonzada, sus mejillas empezaron a arder.

– ?Quien es ese caballero? -murmuro tirando de la manga del vestido de lady Marlowe timidamente.

– ?Dios mio! -exclamo la dama volviendose hacia donde Nyssa senalaba y enrojeciendo violentamente-. ?Es el conde de March! Es nieto de Norfolk, aunque procede de la rama bastarda de la familia. ?Es un mujeriego incorregible y un malvado! No debes mirarle; ninguna dama respetable desea ser vista en compania de Varian de Winter.

– Pues a mi me parece muy guapo -murmuro Nyssa-. Y no tiene aspecto de villano.

– Si que es atractivo -admitio lady Marlowe-, pero tambien es un hombre peligroso. Se de buena tinta que… -anadio bajando la voz para que solo Bliss pudiera oir sus palabras.

– ?Que me dices! -exclamo esta llevandose una mano a la boca, escandalizada.

– ?Por que hablais en voz tan baja? -pregunto Nyssa con retintin-. ?No deseais que escuche lo que decis?

– Eres demasiado joven, Nyssa -respondio su tia.

– Sin embargo soy lo bastante mayor para casarme -insistio la joven.

– Hay cosas para las que una mujer nunca es bastante mayor y esta es una de ellas -replico Bliss dando la discusion por finalizada.

Las dos mujeres reanudaron su conversacion y Nyssa robo otra mirada a Varian de Winter, quien se encontraba hablando con otro caballero y no advirtio que estaba siendo espiado. Su cabello era oscuro y su rostro le recordaba al de un halcon. Se encontraba distraida preguntandose de que color serian sus ojos cuando el se volvio y la sorprendio mirandole abiertamente. Sin pensarselo dos veces, se llevo un dedo a los labios y le mando un beso mientras esbozaba una sonrisa traviesa. Nyssa contuvo un grito y se volvio de espaldas. ?El muy descarado! ?Que se habia creido? No se atrevia a mirarle pero sentia que las mejillas volvian a arderle y que el cabello de la nuca se le erizaba.

A partir de aquel dia Nyssa acudio a Hampton Court cada manana despues de asistir a misa y lady Browne le presento a las damas de mas edad escogidas para servir a la reina. Dos de ellas, lady Margaret Douglas y la marquesa de Dorset, eran sobrinas de Enrique Tudor. La duquesa de Richmond tambien estaba emparentada con la familia real, ya que estaba casada con Enrique, el hijo bastardo que el monarca habia tenido con Eliza-beth Blount. Tambien estaban la condesa de Hert-ford, la condesa de Rutland, lady Audley, lady Rochford, lady Edgecombe y otras sesenta damas de categoria inferior. Nyssa tambien conocio al conde de Rutland, el nuevo chambelan de la reina, a sir Thomas Denny, su secretario personal y al doctor Kayne, el amable fraile que iba a ser su confesor.

Entre las muchas candidatas a damas de honor, solo las hermanas Basset, Katherine y Ana, hijas de lord Lisie, gobernador de Calais, y Nyssa Wyndham tenian su puesto asegurado. La lista de solicitudes era interminable y lady Browne imaginaba que la reina traeria consigo a sus propias damas. Muchas de ellas no tardarian en regresar a Cleves y las jovenes inglesas ocuparian sus puestos, pero aun asi no habria sitio para todas. La competencia era tan feroz que la presencia en la corte de una muchachita desconocida como Nyssa empezaba a levantar suspicacias.

Cuando los comentarios maliciosos llegaron a oidos del rey, Enrique Tudor se apresuro a cortar de raiz las habladurias llamando a Nyssa a su presencia. La joven se apresuro a acudir a su llamada y se arrodillo a sus pies como la subdita fiel y obediente que era.

– Levantaos, lady Nyssa -dijo el rey ayudandola a ponerse en pie y besandola en las mejillas-. Me alegro de que hayais llegado sana y salva. ?Que os parece mi corte? ?Habiais visto alguna vez un palacio como este?

– No, majestad -contesto Nyssa-. Lady Browne me esta ensenando todo cuanto debo saber para servir a nuestra nueva reina con eficacia y tambien estoy aprendiendo aleman.

– ?No os parece una criatura tan deliciosa como su madre? -pregunto el rey, radiante de alegria-. ?Recordais a Blaze Wyndham, mi pequena campesina? Aqui teneis a su hija, lady Nyssa Catherine Wyndham. Yo mismo la he escogido para servir a la reina Ana y he prometido a su madre protegerla de todo peligro. ?La buena de Blaze no queria dejar volar a su pajarillo fuera del nido! Ahora volved con lady Browne y seguid trabajando tan duro como hasta ahora -anadio acariciando una mano a Nyssa, que se apresuro a obedecer.

– Vaya, vaya -murmuro lady Rochford al oido de lady Edgecombe-. El rey ha dejado muy claro que nadie le quitara su puesto a. la hija de su amante.

– Eso parece -contesto lady Edgecombe-. Lady Browne no debe haber saltado de alegria precisamente. Solo hay sitio para doce damas y por lo menos la mitad de ellas vendran de Cleves con la reina. Y ahora el rey ha decidido ayudarla escogiendo personalmente a otras tres.

– Lady Nyssa Wyndham y las hermanas Basset

– adivino lady Rochford-. Ana fue dama de la reina Jane y Katherine ha servido a la duquesa de Suffolk, pero ?que meritos ha hecho esta jovencita? Esta aqui solo porque su madre hizo pasar un buen rato a nuestro rey hace mas de quince anos. ?Creeis que su majestad quiere probar tambien a su hija? -siseo al oido de su amiga.

– ?No seais ridicula! El rey Enrique esta a punto de casarse por tercera vez y esta enamorado del retrato de la nueva reina. Ademas, lady Nyssa es una chiquilla. ?Podria ser su hija!

– La nueva reina tambien podria ser su hija -replico lady Rochford-. Solo es cinco anos mayor que la princesa Maria.

– Sois una imprudente por expresar esos pensamientos en voz alta. Deberiais estar satisfecha por haber recuperado vuestro lugar en la corte despues de lo ocurrido a vuestra familia.

– Se trata de mi familia politica, y ademas soy viuda -se defendio lady Rochford-. Os recuerdo que mi madre era pariente directa del rey, aunque hoy dia ser pariente de Enrique Tudor no es ninguna garantia.

– El dia menos pensado os cortaran la cabeza, Jane

– exclamo lady Edgecombe muy palida-. Y en cuanto a lady Nyssa Wyndham, el rey ha mantenido su amistad con su madre y, segun lady Browne, la muchacha es una heredera.

– Asi que aparte de belleza, la nina tiene algo mas. De todas maneras, el privilegio de servir a la reina corresponde a las hijas de las familias mas nobles. Ha sido asi desde antes del reinado de Jane Seymour - anadio.

Se referia a su cunada Ana Bolena. El matrimonio de Jane Rochford con George, hermano de la segunda reina de Inglaterra, habia sido muy desgraciado pero Ana Bolena adoraba a su hermano y no habia hecho nada para ayudarla. Finalmente Jane se habia vengado de ellos y volvia a gozar del favor del rey. Lady Rochford esbozo una

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