– Recuerda que no debes desenvainarla nunca delante del rey o el principe -repuso Nyssa-. Mama dice que eso es traicion.

– No lo olvidare -prometio solemnemente.

– No es necesario que repitas las mismas cosas cien veces -gruno Philip, irritado-. Con una vez es suficiente.

– Usted perdone, senor mio -se mofo Nyssa arreglandose la falda-. ?Como he podido olvidar que el vizconde de Wyndham es un modelo de perfeccion? Le ruego que acepte mis disculpas.

Giles estallo en carcajadas y Philip se volvio hacia la ventanilla, enfurrunado.

– ?No podeis dejar de pelearos? -les regano su tia.

Nyssa cruzo las manos sobre el regazo y se sumio en sus pensamientos mientras el coche echaba a andar camino de Hampton Court. El intenso trafico pronto indico que se encontraban cerca del palacio. Nyssa asomo la cabeza por la ventanilla y comprobo que muchos de los otros coches eran mas elegantes que el suyo. Los que no viajaban en coche esquivaban los vehiculos con sus monturas pero todos parecian dirigirse al mismo lugar.

Hampton Court habia sido construido por orden del cardenal Wolsey, el consejero real, y ocupaba parte de las tierras que habian pertenecido a los Caballeros Hospitalarios de San Juan. La orden se habia mostrado reacia a vender sus posesiones al cardenal y habia preferido arrendarlas durante 99 anos por cincuenta libras. La construccion del palacio se habia iniciado en 1515 y, aunque el rey Enrique y su primera esposa, Catalina de Aragon, habian pasado una temporada alli en el mes de mayo de 1516, se habia tardado varios anos en concluir las obras.

El edificio se levantaba alrededor de tres patios: el patio principal, el patio del reloj y el claustro y estaba construido con ladrillo rojo y azulejos azules y negros en forma de diamante. Las torres estaban rematadas por medias cupulas y los muros habian sido decorados con el escudo de armas del cardenal y molduras de terracota, regalo del Papa. Se decia que el cardenal solia dar largos paseos por la larga galeria cubierta y que, cuando el tiempo lo permitia, le gustaba pasar un rato a solas en el cuidado jardin por las noches. Habia unas cien habitaciones en el palacio, treinta de las cuales eran dormitorios para invitados, y dos cocinas. Entre las dos habia una habitacion desde la que el cocinero jefe, vestido como un cortesano, daba ordenes a sus pinches mientras blandia su cucharon de madera.

Bliss explico a sus sobrinos la historia del palacio mientras sorteaban el denso trafico.

– Mama dice que una vez vio al cardenal -dijo Nyssa.

– Lo se -asintio Bliss-. En su dia, el cardenal fue una persona influyente a quien todos temian. Llego muy alto pero su caida fue fulminante.

– Mama dice que siempre fue fiel al rey -insistio Nyssa-. ?Por que fue ejecutado?

– El rey le acuso de traicion porque el cardenal no logro obtener el permiso del Papa para divorciarle de su primera esposa. Wolsey sabia que el rey Enrique deseaba casarse con Ana Bolena pero el preferia a la princesa Renee de Francia. Estaba seguro de poder convencer a Catalina de Aragon de que cediera su puesto a la princesa francesa con la excusa de dar un heredero a Inglaterra pero de ninguna manera estaba dispuesto a mover un dedo por la hija de Tom Bolena. Como todo hombre poderoso, el cardenal tenia numerosos enemigos -siguio explicando Bliss a su sobrina, que escuchaba el relato atentamente-. Sus oponentes aprovecharon este roce con el rey para poner en tela de juicio los extravagantes metodos del cardenal y hundirle. Los chistes y los comentarios malintencionados no tardaron en extenderse por la corte y el rey empezo a preguntarse si era el o el cardenal quien gobernaba Inglaterra. A nuestro monarca no le gusta que sus colaboradores le hagan sombra y…

– ?Mama me hablo de una cancion que se cantaba en palacio durante esos dias! -exclamo Nyssa recordando la graciosa poesia-: «?Por que no venis a la corte? ?A que corte: a la corte del rey o a Hampton Court? ?A la corte del rey! En la corte del rey deberia estar su excelencia pero Hampton Court tiene preferencia.»

– El autor de esta rima tuvo que refugiarse en West-minster -intervino el conde de Marwood-. El rey se puso furioso cuando un fraile franciscano visito el palacio y, admirado por el lujo y el esplendor del que Wolsey se habia rodeado, exclamo: «Solo un hombre tan influyente y poderoso como un rey podria vivir en un palacio asi.» Yo mismo le oi pronunciar estas palabras y los que estaban conmigo corrieron a contarselo al rey, quien se sintio herido en lo mas profundo de su orgullo. Llamo al cardenal y le pregunto por que se habia construido un palacio tan suntuoso para el solo. El astuto Wolsey se apresuro a contestar: «Para ponerlo a vuestro servicio siempre que gusteis, majestad.»

– ?Y que me dices de los tapices? -rio Bliss-. Al cardenal le gustaban tanto que en un ano encargo ciento treinta. Cada entarimado, cada mesa y cada ventana del palacio estaban cubiertos por una alfombra o un tapiz. Dicen que una vez llego un barco de Venecia cargado con sesenta alfombras a nombre del cardenal Wolsey. ?Era un autentico sibarita!

– Pero ?por que fue acusado de traicion y ejecutado?-insistio Nyssa.

– Cuando estes en palacio no debes repetir esto -le advirtio su tia-: Wolsey no cometio traicion; simplemente tenia demasiados enemigos en la corte. Cuando cayo en desgracia fue nombrado arzobispo de York y, si se hubiera quedado quieto y calladito alli, habria terminado sus dias en paz, pero el viejo Wolsey no era de esos. Enseguida empezo a rodearse de una corte tan lujosa e influyente como la que habia disfrutado en palacio, provocando la ira del rey, quien se habia dejado convencer de que el cardenal se habia aliado con las naciones enemigas. Enrique Tudor estaba seguro de que habia impedido su divorcio con la reina Catalina a proposito y le encerro en el castillo de Cawood. El cardenal murio en la abadia de Leicester cuando iba de camino a Londres.

– El rey es un hombre tan poderoso que a veces me da miedo -murmuro Nyssa.

– Haces bien en temerle -respondio su tio-. Enrique Tudor es fiel y generoso con sus amigos, pero es un enemigo temible. Tu madre sobrevivio en la corte porque actuo como una mujer inteligente y no se dejo tentar por el poder ni se aprovecho de su privilegiada situacion. Tenia siempre como modelo.

– Quiza sea mejor que vuelva a casa -gimio la joven, asustada, mientras sus hermanos estallaban en carcajadas.

– ?Tonterias! -replico Bliss-. Has sido elegida por el rey para ser dama de honor de la nueva reina. Viviras en la corte, escogeras a un buen partido entre los muchos pretendientes que se acercaran a ti, te casaras y viviras feliz el resto de tus dias. Para eso has venido a palacio y no quiero ni oir hablar de regresar a casa. ?Por el amor de Dios, Nyssa! Estas a punto de cumplir diecisiete anos. ?Tengo que recordarte cada cinco minutos que eres demasiado mayor para permanecer soltera por mas tiempo? Blaze tiene demasiado trabajo en Rive-redge cuidando de tus hermanos pequenos y encontrando esposas ricas para ellos como para echarte de menos. Giles, Philip y tu estais aqui para iniciar vuestra vida de adultos, asi que ?basta de tonterias!

Philip y Giles sofocaron sus risas mientras su hermana se ponia colorada como un tomate ante la severa reganina de su tia.

– ?No soy una cobarde! -protesto la joven-. Lo que ocurre es que tanta novedad me asusta, eso es todo. Recuerda, tia, que la primera vez que pusiste los pies en palacio te acompanaba tu marido. Tu viniste a divertirte y yo estoy aqui para servir a la reina. Nunca he salido de mi casa, no tengo experiencia y temo dejar en mal lugar a mi familia, ?pero no soy una cobarde!

– Nyssa tiene razon -intercedio su tio-. Recuerdo la primera vez que llegue a palacio. Solo tenia seis anos y habia sido escogido como paje del principe Enrique, hoy nuestro rey. Yo tambien estaba muy asustado y me sentia desorientado, por lo que durante los primeros dias no hice mas que observar con atencion y preguntarlo todo. Nunca temas preguntar demasiado, Nyssa -aconsejo a su sobrina-; siempre es mejor pecar de preguntona que cometer un error imperdonable en presencia del rey. Ademas, la reina Ana todavia tardara unas semanas en llegar, asi que tendras tiempo de sobra para prepararte. Estoy seguro de que la esposa de sir Anthony Browne pondra todo su empeno en instruir a las damas perfectamente; despues de todo, ella es la responsable.

– Gracias por tus palabras, tio Owen -sonrio Nyssa, algo mas tranquila-. Tu si me entiendes -anadio dirigiendo una mirada cenuda a su tia, quien fingio no verla.

El coche se detuvo a las puertas de palacio y los lacayos se apresuraron a abrirles la portezuela y a ayudar a las damas a descender antes de retirar el vehiculo. Mientras Bliss se alisaba las arrugas de la falda se oyo un grito a sus espaldas.

– ?Bliss! -exclamo una dama gruesa de cabello oscuro y brillantes ojos castanos-. ?Sois vos? ?No puedo creerlo!

– ?Adela? -grito Bliss volviendose y abrazandola efusivamente-. ?Adela Marlowe! ?Que alegria!

– Me he puesto gorda como una vaca, ?verdad? ?Sin embargo vos estais tan maravillosa como siempre!

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