encendidas. Mientras tanto, decoraron las habitaciones con ramas de pino y guirnaldas hechas con hojas de laurel, acebo y boj. Una vez encendidas, las velas representaban la estrella de Belen.

Sin embargo, no pudieron cumplir con algunas de las tradiciones mas populares, como la caza del jabali o el lord Misrule.1 Incluso Cat considero poco apropiado pedir a lady Bayton que se disfrazara de ese personaje. El dia de Nochebuena lord Bayton propuso a las muchachas salir al bosque a buscar el tronco de Navidad.2 Pretextando que necesitaba algo de ayuda, lady Bayton pidio a Nyssa que se quedara con ella.

1. Persona encargada de supervisar los juegos y diversiones durante la epoca navidena. (N, de la T.)

2. Leno que se quema en Nochebuena (N. de la T.)

– Mi marido estuvo en Londres el otro dia -dijo cuando estuvieron a solas-. El rey ha encerrado a todos los Howard en la Torre.

– ?Dios mio! -exclamo Nyssa adivinando lo que lady Bayton trataba de decirle-. ?Varian tambien…?

– Lo siento, querida. Lord Bayton y yo creemos que vuestro marido es inocente. ?Ni siquiera es un Howard!

– ?Quien mas ha sido detenido? -pregunto la joven, arrepentida por no haber huido cuando habian tenido la oportunidad de hacerlo-. ?Y donde estan Thomas Howard y su hijo? -quiso saber cuando lady Bayton hubo contestado a su pregunta-. ?Como se las han arreglado para escapar de la ira del rey?

– Huyeron de Londres juntos.

– Lo imaginaba. Adverti a Varian de que su abuelo no dudaria en abandonarle en cuanto viera la mas minima posibilidad de salvar el pellejo. El duque de Norfolk tiene el instinto de supervivencia muy desarrollado.

– Mi marido asegura que el rey no hara ningun dano a sus prisioneros. Esta furioso con Catherine y no sabe lo que hace pero en cuanto se calme un poco les dejara libres.

– ?Ojala sea asi! -suspiro Nyssa, que no sabia si debia creer a su amiga. Quiza solo trataba de animarla y no le habia dicho toda la verdad por miedo a preocu parla. Si sigo pensando en Varian encerrado en la Torre me volvere loca, se dijo. Tengo que ser fuerte-. ?Sabeis hacer pan de azucar? -pregunto de improviso.

– ?Vais a poneros a cocinar ahora? -exclamo lady Bayton, sorprendida-. Salta a la vista que sois una mujer del campo. Yo tambien lo soy y estare encantada de ayudaros. ?Vamos a la cocina!

El pan de azucar era un postre delicioso y un dulce tipico de Navidad que no se comia en ninguna otra epoca del ano. Primero habia que tamizar la harina, despues ponerla a hervir en leche hasta que se deshiciera y, por ultimo, anadir el azucar. Nyssa y lady Bayton encontraron todos los ingredientes en la cocina y se pusieron manos a la obra.

La pequena habitacion que hacia las veces de salon habia sido decorada con gusto exquisito y las velas estaban encendidas cuando Cat, Kate y Bessie llegaron con el tronco de navidad acompanadas del resto de los criados. Esta era la unica epoca del ano en que se pasaban por alto las diferencias sociales.

Nyssa sonrio al ver a Cat sentada sobre el tronco que sus damas arrastraban y cantando a pleno pulmon una de las canciones que se entonaban para ahuyentar a los espiritus malignos que lo habitaban:

Lavaos bien las manos o el fuego no escuchara vuestros deseos, porque todas las doncellas sabeis que las manos sucias apagan la hoguera que

{encendeis.

Todos se acercaron y lo tocaron para que les diera buena suerte. Finalmente, fue colocado en la chimenea y Catherine le prendio fuego. La madera de roble estaba muy seca y el tronco prendio enseguida. Catherine lo contemplaba con ojos brillantes de emocion.

A continuacion se sirvio la cena, consistente en pescado asado servido con berros, jamon, una pierna de cordero, capon relleno de frutas y nueces, pato asado con salsa de ciruelas, nabos con mantequilla y nuez moscada, zanahorias y lechuga, todo ello regado con vino aromatizado con canela y cerveza. El pan y la mantequilla habian sido hechos aquella misma manana y el queso habia sido traido de una granja vecina. El ejercicio al aire libre habia abierto el apetito a las muchachas pero Nyssa fue incapaz de probar bocado.

Aunque no habia musicos, Cat tenia su laud y mientras el grueso leno ardia en la chimenea la joven canto villancicos navidenos para sus amigas. Aquellos que no la conocian bien se preguntaban como era posible que una joven tan malvada poseyera una voz tan dulce y un rostro tan hermoso. Dos hombres habian muerto ya por su culpa.

Por la tarde se sirvio el pan de azucar acompanado de cerveza. Cuando Cat lo vio, aplaudio como una nina.

– ?Pan de azucar! -exclamo-. Creo que no lo he comido desde que sali de Horsham. ?Quien lo ha hecho? ?Esta delicioso! -aseguro con la boca llena.

– Lady Bayton y yo -respondio Nyssa-. Por eso no os he acompanado a buscar el tronco de Navidad. Me alegro de que te guste.

A medianoche Cat, sus damas y lady Bayton salieron al jardin. Hacia mucho frio pero el cielo estaba despejado y la luna las envolvia con su haz de luz plateada. El alegre repicar de las campanas de las iglesias vecinas e incluso las de la abadia de Westminster llego a sus oidos. Aquella noche se celebraba el nacimiento de Jesus y las muchachas se dirigieron a la capilla, donde asistieron a la misa del Gallo.

Catherine Howard se empeno en celebrar cada uno de los doce dias de Navidad. Cada noche bailaban, ju gaban a la gallina ciega, a las prendas y a las cartas y charlaban hasta altas horas de la madrugada. Era lo unico que podian hacer sin bailes de mascaras ni ninos que cantaran villancicos a cambio de unas monedas o un pedazo de pastel. Por orden expresa de la reina, ninguno de los mendigos que llamo a la puerta pidiendo un poco de cerveza se marcho con las manos vacias. Lord Bayton sabia que Enrique Tudor se pondria furioso si se enteraba de que Catherine lo estaba pasando en grande, pero no se atrevia a negarle ningun capricho. Una noche, Nyssa se decidio a explicar a sus amigas la situacion de Varian. Kate y Bessie se echaron a llorar.

– Una reaccion muy propia de Enrique -dijo Cat-. Ni una sola de las personas encerradas en la Torre tiene la culpa de que yo le haya sido infiel. Imagino que mi tio el duque de Norfolk habra huido.

– Naturalmente -contesto Nyssa con sequedad.

– Entiendo que me odies. Si yo no hubiera insistido hasta que el rey os obligo a venir a palacio estarias a salvo en Winterhaven con tu marido y tus hijos.

– No te odio, Cat, y tampoco puedo hacer nada por cambiar lo que ha ocurrido, pero no soy ninguna santa y estoy furiosa contigo por haber puesto en peligro la vida de mi marido y mis hijos con tu irresponsable comportamiento.

– Enrique no hara ningun dano a Varian -aseguro Catherine-. No es un Howard.

– Todos decis lo mismo, pero pareceis olvidar que es el unico nieto de Thomas Howard.

Aquella fue la ultima vez que las muchachas hablaron sobre el injusto encierro de Varian y cuando concluyeron las celebraciones todas se preguntaron que iba a ocurrir. El 21 de enero el gobierno decidio tomar cartas en el asunto de Catherine Howard y las dos camaras redactaron la sentencia de muerte que el rey debia firmar.

El arzobispo Cranmer decidio volver a Syon con la esperanza de arrancar a Catherine una confesion escrita. En realidad deseaba tranquilizar su conciencia, ya que temia condenar a una inocente.

– Thomas Culpeper y Francis Dereham han muerto por haber traicionado al rey -dijo-. ?Estais segura de que no deseais tranquilizar vuestra conciencia?

– ?Desde cuando es pecado amar a un hombre? -replico Cat volviendole la espalda. Aunque estuvo a punto de desmayarse al escuchar como habian muerte sus amantes, se cuido bien de no mostrar sus emociones delante del arzobispo-. Lady De Winter, acompanad al arzobispo a su barca, por favor -anadio a modc de despedida.

Nyssa tomo su abrigo y salio de la casa acompanada de Thomas Cranmer.

– ?Sabeis como esta mi marido? -pregunto ansiosamente.

– Se encuentra perfectamente -la tranquilizo el arzobispo-. Sin embargo, el y los demas miembros de la familia Howard han sido acusados de ser complices at traicion y todas sus posesiones han sido confiscadas.

– ?Pero eso no es justo! -protesto Nyssa-. Mi marido no ha tenido nada que ver con la traicion cometida por la reina.

– Lo se, querida, pero el rey esta furioso y dolido y desea vengarse de los Howard.

– Mi marido no es un Howard -replico la joven De repente, tuvo una idea. Catherine Howard estaba ? punto de morir y no podia salvarla, pero si a Varian Nyssa se habia dado cuenta de que el arzobispo deseabi obtener una confesion por escrito a toda costa y que temia cargar con la muerte de una inocente sobre su conciencia. A

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