—Me alegro, mucho por ti.

—No es verdad, estas haciendo pucheros —replico— ?Que opinas?

Se metio en la boca el ultimo pedazo de crema bavara y volvio a cabecear en direccion a los cuerpos.

Por supuesto, Deborah contaba con la exclusiva mundial de mi perspicacia especial a la hora de analizar a los animales enfermos y retorcidos que mataban asi, puesto que era mi unica pariente, y yo tambien era un ser enfermo y retorcido. Pero aparte del regocijo del Oscuro Pasajero, que poco a poco se iba apagando, no tenia ni idea de por que aquellos dos cuerpos habian sido dispuestos como un mensaje de bienvenida de un promotor civico muy concienzudo. Escuche con atencion durante un largo momento, mientras fingia examinar los cadaveres, pero no oi ni vi nada, salvo un carraspeo tenue e impaciente desde las sombras que poblaban el Castillo Dexter. No obstante, Deborah estaba esperando algun tipo de declaracion.

—Parece muy artificioso —logre articular.

—Bonita palabra —dijo ella—. ?Que cono significa eso?

Vacile. Por lo general, mi perspicacia especial para homicidios poco comunes me facilita desarrollar una idea de que tipo de caos psicologico produjo el monton de restos humanos en cuestion. Pero en este caso, no llegaba a ninguna parte. Hasta un experto como yo tiene sus limites, y el trauma creador de la necesidad de convertir a una mujer gordinflona en una cesta de fruta estaba mas alla de mi alcance, y del de mi ayudante secreto.

Deborah me miraba expectante. No queria darle ninguna pista falsa que tomara por genuina y la llevara en la direccion equivocada. Por otra parte, mi reputacion exigia alguna docta opinion.

—No es nada concreto. Es solo que…

Hice una pausa, porque me di cuenta de que lo que estaba a punto de decir era verdadera perspicacia, cosa confirmada por la risita alentadora del Pasajero.

—?Que?, maldita sea —rugio Deborah, y me alivio ver que volvia a su malhumorada normalidad.

—Lo hicieron con una especie de control frio que no se ve normalmente —observe.

Debs resoplo.

—Normalmente —repitio—. O sea, ?normal como tu?

Me sorprendio el giro personal que estaban tomando sus comentarios, pero lo deje pasar.

—Normal para alguien capaz de hacer esto —dije—. Es necesario que haya cierta pasion, alguna senal de que quien hizo esto, er…, sintiera la necesidad de hacerlo. Esto no. No en plan, que puedo hacer despues que sea divertido.

—?Esto es divertido para ti? —me pregunto.

Negue con la cabeza, irritado de que estuviera equivocandose a proposito.

—No, no lo es, eso es lo que te intento decir. Se supone que matar es lo divertido, y los cuerpos deberian revelarlo. En cambio, el asesinato no fue el objetivo, solo un medio de alcanzar un fin. En lugar del fin en si… ?Por que me miras asi?

—?Asi es en tu caso?

Me descubri sorprendido, una situacion poco usual para Dexter el Animoso, siempre a punto con una ocurrencia. Deborah aun estaba asimilando lo que yo era, lo que su padre habia hecho conmigo, y yo sabia que era dificil para ella apechugar con eso a diario, sobre todo en el trabajo, que para ella, al fin y al cabo, significaba detener a gente como yo y enviarla a la Freidora.

Por otra parte, era algo de lo que no podia hablar con cierta comodidad. Incluso con Deborah, era como hablar de sexo oral con mi madre. Decidi eludir el tema.

—Lo que quiero decir —continue—, es que el objetivo no es el asesinato en si, sino lo que se hace despues con los cuerpos.

Me miro un momento, y despues sacudio la cabeza.

—Me encantaria saber que cono crees que significa eso. Todavia mas, creo que me encantaria saber que cono esta pasando por tu cabeza.

Respire hondo y expulse el aire poco a poco. Sono tan tranquilizador como un sonido emitido por el Pasajero.

—Escucha, Debs. Lo que estoy diciendo es que no nos estamos enfrentando a un asesino. Nos estamos enfrentando a alguien a quien le gusta jugar con cuerpos muertos, no vivos.

—?Y eso es diferente?

—Si.

—?Sigue matando gente? —me pregunto.

—Eso parece.

—?Y es probable que vuelva a hacerlo?

—Es probable —dije, disimulando una fria risita de certidumbre interior que solo yo pude oir.

—?Cual es la diferencia?

—La diferencia es que no seguira el mismo tipo de pauta. Es imposible saber cuando volvera a hacerlo, a quien se lo hara, o cualquiera de las cosas con las que sueles contar para que te ayuden a atraparlo. Lo unico que puedes hacer es esperar con la esperanza de tener suerte.

—Mierda. Nunca me ha gustado esperar.

Se produjo un leve alboroto donde estaban aparcados los coches, y un detective obeso llamado Coulter se acerco corriendo a nosotros.

—Morgan.

—?Si? —contestamos los dos.

—Tu no —me dijo—. Tu, Debbie.

Deborah hizo una mueca. Detestaba que la llamaran Debbie.

—?Que?

—Se supone que tu y yo hemos de ocuparnos del caso. Lo ha dicho el capitan.

—Ya estoy aqui —replico—. No necesito un companero.

—Ahora si —insistio Coulter. Tomo un sorbo de una botella de gaseosa grande—. Ha aparecido otro de estos —prosiguio, jadeante—. En los Jardines Fairchild.

—Que suerte tienes —dije a Deborah. Me fulmino con la mirada y se encogio de hombros—. Ahora no tendras que esperar —termine.

4

Uno de los grandes alicientes de Miami siempre ha sido la entrega total de sus residentes a pavimentarlo todo. Nuestra Hermosa Ciudad empezo como un jardin subtropical que bullia de flora y fauna, y al cabo de muy pocos anos de esforzado trabajo todas las plantas habian desaparecido y todos los animales habian muerto. Por supuesto, su recuerdo permanece en los grupos de edificios de apartamentos que los han sustituido. Es una ley no escrita que cada nueva urbanizacion reciba el nombre de lo que mataron para construirla. ?Aguilas exterminadas? Residencial Nido de Aguila ?Panteras masacradas? Condominio Pantera. Sencillo, elegante y, por lo general, muy lucrativo.

No quiero insinuar con esto que los Jardines Fairchild fuera un aparcamiento donde hubieran acabado con toda la vegetacion. Lejos de ello. En cualquier caso, representaba la venganza de las plantas. Cuando llegabas, te recibia una inmensa extension de arboles y orquideas de aspecto natural, casi desprovista de humanidad. Salvo por los autocares cargados de turistas, claro esta. De todos modos, habia uno o dos lugares en que podias ver una verdadera palmera sin luces de neon al fondo, y en conjunto me relaja pasear entre los arboles y las plantas, lejos del mundanal ruido.

Pero esta manana, la zona de aparcamiento estaba saturada cuando llegamos, puesto que los Jardines habian sido cerrados debido al descubrimiento de Algo Horroroso, y las masas de gente que tenian hora de visita se habian congregado en la entrada, con la esperanza de poder entrar y asi tacharlo de su programa, y tal vez incluso de ver algo horrible y fingir que estaban impresionados. Una visita de vacaciones a Miami perfecta: orquideas y cadaveres.

Hasta habia dos jovenes efebos con camaras de video que circulaban entre la muchedumbre y filmaban,

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