de inmovilizarlo.

—Pero, ante todo eso, ?sentia usted distancia, frialdad?

—Hummmm… —suspiro el vampiro—. Si, los sentia y, ademas, una furia suprema. Para mi, saciarse con la sangre de toda una familia, era el acto supremo de Lestat, su prueba de total desprecio y desconsideracion por todo lo que tendria que haber visto, con la profundidad de un vampiro. Por tanto, lo mantuve en la oscuridad, donde me escupia e insultaba. El joven Freniere cogio la espada que le entrego su amigo y padrino y salio a la hierba resbaladiza y humeda a encontrarse con su oponente. Hubo una breve conversacion y luego comenzo el duelo. En unos instantes, habia terminado. Freniere habia herido mortalmente al otro muchacho con una rapida estocada al pecho. Y el vencido se arrodillo en la hierba, sangrante, moribundo, gritando algo ininteligible a Freniere. El triunfador simplemente se quedo quieto en su sitio. Todos pudieron ver que no habia alegria en esa victoria. Freniere contemplaba la muerte como a una abominacion. Sus companeros avanzaron con las linternas en las manos, pidiendole que se fuera lo antes posible, dejando al moribundo. Mientras tanto, el herido no permitia que nadie lo tocase. Y entonces, cuando el grupo de Freniere se dio media vuelta, los tres caminando apesadumbrados hacia los caballos, el hombre en el suelo saco una pistola. Quizas unicamente yo pude verlo en la profunda oscuridad. Pero, de cualquier modo, pegue un grito avisando a Freniere del peligro y me lance a coger el arma. Y eso fue todo lo que necesito Lestat. Mientras yo estaba perdido en mis torpezas, avisando a Freniere y tratando de coger la pistola, Lestat con sus anos de experiencia y su mayor velocidad, agarro al vencedor y lo arrastro bajo los cipreses. Dudo de que sus amigos jamas se hayan enterado de lo que paso. La pistola habia desaparecido, el herido se habia desvanecido y yo corria por el pantano gritandole a Lestat.

»Entonces los vi. Freniere estaba echado sobre las raices retorcidas de un cipres, con sus botas hundidas en el agua enlodada, y Lestat aun estaba encima de el, con una mano sobre la de Freniere, que aun tenia la espada. Fui a levantar a Lestat, y su mano derecha me lanzo un golpe con una velocidad que no pude ver; no supe lo que me habia pasado hasta que me encontre yo tambien en el agua; y, por supuesto, para cuando me hube recuperado, Freniere estaba muerto. Lo vi alli echado, con los ojos cerrados y los labios sellados, como si estuviera durmiendo.

»—?Maldito seas! —le grite a Lestat. Y entonces me puse de pie. El cuerpo de Freniere empezo a hundirse en las aguas. Primero la cara y luego el cuerpo quedaron completamente cubiertos. Lestat estaba jubiloso; me recordo secamente que apenas teniamos una hora para regresar a Pointe du Lac y juro vengarse de mi.

»—Si no me gustara la vida de plantador sureno, acabaria contigo esta misma noche —me amenazo—. Yo se una manera de hacerlo. Tendria que echar tu caballo en el pantano. ?Alli tendria que cavar un pozo y hundirte! —Y se marcho al galope.

»Pese a todos los anos que han pasado, aun siento una furia contra el como un liquido hirviendo en mis venas. Entonces vi lo que significaba para el ser un vampiro.

—No era mas que un asesino —dijo el chico, con una voz que reflejaba parte de la emocion del vampiro—. No tenia la menor consideracion por nada.

—No, para el ser vampiro significaba venganza. Venganza contra la misma vida. Cada vez que mataba a alguien le representaba una venganza. No era de sorprenderse, entonces, que no apreciara nada. Los placeres de la vida de vampiro no estaban disponibles para el, porque estaba concentrado en una venganza maniatica contra la vida mortal que habia abandonado. Consumido por el odio, miraba hacia atras. Consumido por la envidia, nada le agradaba, salvo si podia arrebatarselo a los demas; y, una vez que lo poseia, se quedaba frio e insatisfecho, sin amor por esa cosa, y entonces partia a la busqueda de algo mas: la venganza, ciega, esteril y despreciable.

»Pero te he hablado de las hermanas Freniere. Eran casi las cinco y media cuando llegamos a la plantacion. El alba llegaria poco despues de las seis, pero yo fui a su casa. Entre subrepticiamente en la galeria inferior y las vi a todas reunidas en la sala; ni siquiera se habian puesto ropa de cama. Las velas estaban casi consumidas y ellas, sentadas como en un velorio, esperaban el mensaje. Estaban todas vestidas de negro, como era la costumbre en esa casa, y en la oscuridad las formas oscuras de sus vestidos se unian por debajo de sus cabellos negros y lustrosos, de modo que en el resplandor de las velas, sus rostros parecian ser los de cinco suaves y brillantes apariciones, cada una personalmente triste, cada una esplendidamente valiente. Pero solo la cara de Babette parecia realmente decidida. Era como si ya hubiera resuelto hacerse cargo de las obligaciones de su casa si su hermano moria. Y su rostro tenia la misma expresion que habia aparecido en el rostro de su hermano cuando monto para dirigirse al duelo. Lo que ella tenia por delante era casi imposible. Lo que habia por delante era la muerte definitiva, de la que Lestat era culpable. Entonces hice algo que me hizo correr un grave riesgo.

»Me presente ante ella. Lo consegui haciendo jugar mi sombra con la luz de su vela. Como puedes ver, mi cara es muy blanca y tiene una superficie que refleja mucho, como de marmol lustrado.

—Si —asintio el muchacho, y parecio aturdido—. Me pregunto si… Pero, ?que sucedio?

—Te preguntas si yo era un hombre apuesto cuando estaba vivo —dijo el vampiro; el muchacho asintio con la cabeza—. Lo era. Nada estructural cambio en mi. Solo que no sabia que era apuesto. La vida se arremolinaba a mi alrededor con una ventolera de pequenas preocupaciones, como ya te he dicho. Yo no veia nada, ni siquiera en un espejo…, en especial en un espejo…, con un ojo libre. Pero esto es lo que sucedio. Me acerque al marco de la ventana y deje que la luz tocara mi rostro. Y lo hice en un momento en que Babette tenia la mirada puesta en la ventana. Entonces, apropiadamente, desapareci.

»A los pocos segundos, todas las hermanas supieron que una “extrana criatura” estaba cerca, una criatura fantasmagorica, y las dos sirvientas esclavas se negaron totalmente a investigar el asunto. Espere afuera con impaciencia lo que queria que sucediese; por ultimo, Babette tomo el candelabro, despreciando el miedo de todas las demas, y salio a la galeria a ver lo que habia alli. Sus hermanas se agolparon en la puerta como grandes pajaros negros, pensando que su hermano habia muerto y que ella habia visto su fantasma. Por supuesto, debes comprender que Babette, con su fortaleza, jamas atribuyo lo que habia visto a la imaginacion o los fantasmas… Deje que caminara por la oscura galeria antes de hablarle. Y aun entonces, solo le deje ver la forma vaga de mi cuerpo al lado de una de las columnas.

»—Dile a tus hermanas que se retiren —le susurre—. He venido a contarte de tu hermano. Haz lo que te digo.

»Ella se quedo un instante inmovil y luego se dirigio a mi y trato de verme en la oscuridad.

»—Tengo muy poco tiempo. No te hare el menor dano —le dije.

»Entonces, obedecio. Diciendo que no era nada, les ordeno que cerraran la puerta, y ellas obedecieron como la gente que no solo necesita alguien que la dirija, sino que esta deseando obedecer. Entonces sali a la luz de las velas de Babette.

Al muchacho se le abrieron los ojos. Se llevo una mano a los labios.

—?La miro tal como… me esta mirando a mi? —pregunto.

—Lo preguntas con una inocencia… —dijo el vampiro—. Si, supongo que si. Pero con las velas siempre tengo un aspecto menos sobrenatural. Y a ella no trate de convencerla de que era una criatura normal.

»—Solo dispongo de unos minutos —le dije—. Pero lo que tengo que comunicarte es de la mayor importancia. Tu hermano lucho con coraje y gano el duelo… Pero espera. Debes saberlo ahora: ha muerto. La muerte fue proverbial con el, la asaltante nocturna contra la que nada pudo hacer su bondad o valentia. Pero esto no es lo principal que he venido a contarte. Es lo siguiente: puedes dirigir la plantacion y salvarla. Lo unico que necesitas es que nadie te convenza de lo contrario. Debes ocupar su lugar pese a todas las opiniones, a todas las palabras convencionales sobre el sentido comun y lo que debe ser. No debes escuchar a nadie. La misma tierra esta aqui ahora igual que ayer, cuando tu hermano dormia en ella. Nada ha cambiado. Debes tomar su lugar. Si no lo haces, la tierra se perdera y la familia se perdera. Sereis cinco mujeres condenadas a una misera pension que vivireis la mitad o menos de lo que os puede brindar la vida. Aprende lo que debes saber. No te detengas ante nada hasta que tengas las respuestas. E imagina mi visita como la prueba de tu valentia, siempre que desfallezcas. Debes tomar las riendas de tu propia vida. Tu hermano ha muerto.

»Pude ver, por la expresion de su cara, que escuchaba cada palabra mia. De haber habido tiempo, me hubiera hecho preguntas, pero me creyo cuando le dije que no lo habia. Luego utilice toda la habilidad para dejarla lo mas rapido posible y parecer que habia desaparecido. Del otro lado del jardin, vi su rostro iluminado por la vela. La vi intentando verme en la oscuridad, mirando para un sitio y otro. Y luego la vi hacer la senal de la cruz y volvio adentro con sus hermanas. El vampiro sonrio:

—En toda la costa nada se dijo acerca de una extrana aparicion a Babette Freniere, pero despues del primer duelo y de las tristes conversaciones entre las mujeres solitarias, ella se convirtio en el escandalo de la

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