lo segui con la cabeza palpitando. El dolor en el estomago continuaba cuando llegamos a Pointe du Lac.

»Cuando nos sentamos en la sala, Lestat se puso a jugar un solitario sobre la madera pulida de la mesa y yo me quede mirandolo con desprecio. El murmuraba tonterias. Me acostumbraria a matar, decia; no seria nada. No debia derrumbarme. Reaccionaba demasiado, como si mi parte “mortal” no se hubiera ido. Me acostumbraria a todo en un santiamen.

»—?Lo crees? —le pregunte por ultimo. Yo realmente no tenia interes en su respuesta. Comprendi las diferencias que habia entre ambos. Para mi, la experiencia de matar habia sido un cataclismo. Lo mismo que chuparle la muneca a Lestat. Esas experiencias me abrumaron tanto y cambiaron de tal modo mi opinion sobre todo lo que me rodeaba, desde la imagen de mi hermano que colgaba de la pared de la sala hasta la vision de una sola estrella por la ventana, que no me podia imaginar que otro vampiro las tomase como cosas de todos los dias. Yo habia sufrido una alteracion permanente; lo sabia. Y lo que senti mas profundamente por todas las cosas, incluso por el sonido de las barajas que eran alineadas alli, frente a mi, era respeto. Lestat sentia lo contrario. O no sentia nada. Era de una calana de la que no se podia sacar nada de calidad. Tan aburrido como un mortal, tan superficial e infeliz como cualquier mortal; parloteaba encima de su juego de naipes, rebajando mi experiencia, completamente bloqueado para la mas minima posibilidad de tener experiencias propias. A la manana siguiente me di cuenta de que yo era su completo superior y que me habia enganado miserablemente al tenerlo como maestro. Debia guiarme por las lecciones necesarias, si habia alguna leccion verdadera, y yo debia tolerar en el una mentalidad que era blasfema con la misma vida. Senti desprecio. Unicamente tenia hambre de experiencias nuevas, de todo lo que era tan hermoso y devastador como mi muerte. Y vi que si iba a sacar el maximo provecho de la experiencia ahora disponible, debia concentrar todo mi poder de aprendizaje. Lestat no servia para nada.

»Bien pasada la medianoche, me puse por ultimo de pie y sali a la galeria. La luna se mostraba inmensa por encima de los cipreses, y la luz de los candelabros temblaba mas alla de las puertas abiertas. Los anchos pilares y las paredes de yeso de la casa habian sido blanqueados, los suelos de madera estaban limpios, y una llovizna de verano habia aclarado la noche, y la habia dejado brillante de gotas de agua. Me apoye en el pilar de la galeria; mi cabeza tocaba los zarcillos tiernos de un jazmin que crecia en batalla constante con una visteria. Y pense en lo que se extendia delante de mi a lo largo y ancho del mundo y del tiempo, y decidi vivirlo con delicadeza y reverencia, aprender de cada cosa lo mejor. No estaba seguro de lo que esto significaba. ?Entiendes cuando digo que no quise andar deprisa por mi experiencia, que lo que senti como vampiro era demasiado poderoso para usarlo mal?

—Si —dijo deprisa el joven—. Parece como si hubiera estado enamorado.

Al vampiro le brillaron los ojos.

—Exacto. Es como el amor —sonrio—. Y deja que te cuente mis pensamientos de esa noche para que puedas saber que existen graves diferencias entre vampiros, y como llegue a tener un enfoque distinto del de Lestat. Debes comprender que no lo desprecie porque no podia vivir la experiencia. Simplemente no pude entender como se podian dejar a un lado esas sensaciones. Pero entonces Lestat hizo algo que me mostraria como proceder con mi aprendizaje.

»Tenia un respeto mas que normal por las riquezas de Pointe du Lac. Habia quedado muy satisfecho con la belleza de la porcelana que uso para la cena de su padre, y le gusto tocar las cortinas de terciopelo y seguir con el pie los disenos de las alfombras. Y, entonces, de una de las alacenas saco una copa y dijo:

»—?Que extranos son los cristales! —Cuando dijo esto con un deleite impio, yo lo estudie con ojo severo, pues me disgusto intensamente—. Quiero ensenarte un truco —prosiguio—. Si es que te gusta el cristal.

»Y despues de colocar la copa en la mesa de juego, salio a la galeria donde yo estaba y nuevamente cambio sus modales por los de un animal furtivo, con los ojos espiando la oscuridad detras de las luces de la casa y bajo las ramas de los robles. En un instante, salto por encima de la barandilla y luego se lanzo a la oscuridad para cazar algo con ambas manos. Cuando volvio, abri la boca porque vi que se trataba de una rata.

»—No seas imbecil —me dijo—. ?Acaso nunca has visto una rata?

»Era una rata inmensa y con una cola larga. La tenia del pescuezo para que no pudiera morder.

»—Las ratas pueden ser bastante buenas —dijo. Y llevo la rata hasta la copa de vino, le corto el cuello y lleno rapidamente el vaso con la sangre. Lanzo la rata por encima de la barandilla y Lestat levanto la copa llena, con aire de triunfo.

»—Quiza tengas que vivir de ratas de vez en cuando, asi que no pongas esa cara —dijo—. Ratas, gallinas, ganado. Si viajas en barco, lo mejor son las ratas, si no quieres que hagan una busqueda por todo el barco y encuentren tu ataud. Lo mejor es limpiar bien ese barco de ratas. —Y entonces bebio de la copa con la misma delicadeza que si se tratara de borgona; hizo una mueca—. Se enfria tan rapido…

»—?Quieres decir que podemos vivir de los animales? —le pregunte.

»—Asi es —dijo, y entonces arrojo la copa a la chimenea; yo mire los pedazos—. No te importa, ?no? — senalo el cristal roto con una sonrisa sarcastica—. Espero que no, porque no hay mucho que puedas hacer si te importa.

»—Si me importa, te puedo sacar a ti y a tu padre de Pointe du Lac —dije; y creo que esta fue la primera vez que demostre mi enojo.

»—?Por que habrias de hacerlo? —me pregunto con falsa alarma—. Aun no sabes todo…, ?o si? —Se rio y camino por la habitacion; paso los dedos por el borde de saten del clavicordio—. ?Quieres tocar?

»Yo dije algo como “no toques eso”, y el se rio de mi.

»—Lo tocare si asi lo quiero —dijo—. Por ejemplo, tu no sabes todas las maneras en que puedes morir. Y morirse ahora seria una gran calamidad, ?no?

»—Debe de haber alguien en el mundo que me pueda ensenar esas cosas —dije—. Por cierto, ?no eres el unico vampiro! Y tu padre quiza tenga unos setenta anos. No puede ser que hayas sido vampiro desde hace mucho tiempo, de modo que alguien te debe de haber ensenado…

»—?Y piensas que puedes encontrar vampiros tu solo? Te podran ver llegar, pero tu no los veras, amigo mio. No, no creo que tengas muchas opciones en este momento. Yo soy tu maestro y tu me necesitas, y no hay mucho que puedas hacer al respecto. Y ambos tenemos gente que debemos cuidar. Mi padre necesita un medico y tu tienes el problema de tu madre y de tu hermana. No te hagas ilusiones sobre confesarles que eres un vampiro. Simplemente cuida de ellas y de mi padre, lo que significa que manana por la noche lo mejor sera que mates rapido y te ocupes de la plantacion. Y ahora a la cama. Ambos dormiremos en la misma habitacion, pues representa menos riesgos.

»—No, tu buscate un dormitorio —dije—. No tengo la menor intencion de compartir la misma habitacion contigo.

»Se puso furioso.

»—No hagas esa imbecilidad. Louis. Te lo advierto. No puedes hacer nada para defenderte una vez que sale el sol. Habitaciones separadas significa el doble de riesgos, el doble de precauciones y el doble de posibilidades de llamar la atencion.

»Luego dijo un monton de cosas para asustarme y obligarme a hacer lo que el queria, pero fue como si hablara con las paredes. Lo observe atentamente, pero no le escuchaba. Me parecio fragil y estupido, un hombre hecho de ramitas secas y con una voz aguda, debilucha.

»—Duerme solo —dije, y apague las velas una a una.

»—Ya casi es de manana —insistio el.

»—Entonces, encierrate —dije, y levante mi ataud y baje las escaleras de ladrillos. Pude oir que cerraba las puertas de arriba y corria las cortinas. El cielo estaba palido pero todavia lleno de estrellas, y otra leve llovizna se produjo con la brisa que venia del rio, humedeciendo las piedras. Abri la puerta del oratorio de mi hermano, barri las rosas que casi cerraban el paso, y puse el ataud en el suelo de piedra, delante del altar. Casi podia distinguir las imagenes de los santos en las paredes.

»—Paul —dije en voz baja, dirigiendome a mi hermano—, por primera vez en mi vida, no siento nada por ti, nada por tu muerte; y, por primera vez, siento todo por ti; siento la pena de tu perdida como jamas supe sentirla.

»—Ya ves —el vampiro se dirigio al muchacho—. Por primera vez yo era completa y cabalmente un vampiro. Cerre las ventanas y puse el cerrojo a la puerta. Entonces me meti en mi ataud forrado de saten; apenas podia ver el brillo del genero en la oscuridad, y me encerre. Asi es como me converti en vampiro.

—Y alli estaba usted —dijo el muchacho despues de una pausa—, junto a otro vampiro al que no podia

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