Finalmente las alquile a una agencia que las trabajaria por mi cuenta y me administraria las cosas, de modo que nunca tendria necesidad de ir alli.

Y lleve a mi hermana y a mi madre a una de las casas de Nueva Orleans. Por supuesto, no podia escapar ni por un instante de mi hermano. Unicamente podia pensar en su cuerpo pudriendose bajo tierra. Estaba enterrado en el cementerio de Saint-Louis, de Nueva Orleans, y yo hacia todo lo posible por evitar tener que traspasar esa entrada, pero aun pensaba en el constantemente. Borracho o sobrio, veia su cuerpo en el ataud y no lo podia soportar. Una y otra vez sone que el estaba arriba de esa escalinata y que lo tomaba del brazo, le hablaba con bondad, le pedia que volviese a su cuarto, le decia suavemente que creia en el, que debia rezar para que yo tuviera fe. En el interin, los esclavos de Pointe du Lac (esa era mi plantacion) empezaron a hablar de ver su fantasma en la galeria, y el superintendente no podia mantener el orden. La gente de la sociedad le hacia preguntas ofensivas a mi hermana sobre el incidente, y ella se puso histerica. Simplemente penso que debia reaccionar de esa forma y lo hizo. Yo bebia todo el tiempo y estaba lo menos posible en casa. Vivia como un hombre que queria morir pero que no tenia el valor de matarse. Caminaba a solas por las calles y los callejones de los negros; me caia al suelo en los cabarets, me negue dos veces a batirme en duelo, mas por apatia que por cobardia, y, verdaderamente, deseaba que me asesinasen. Y entonces fui atacado. Pudo haber sido cualquiera. Y yo presentaba una invitacion abierta a marineros, ladrones, maniaticos, a cualquiera. Pero se trato de un vampiro. Me atrapo a unos pasos de mi casa una noche y me dejo dandome por muerto, o asi lo pense.

—?Quiere decir… que le chupo la sangre? —pregunto el muchacho.

—Si —se rio el vampiro—. Me chupo la sangre. Asi se hace.

—Pero usted vivio —dijo el joven—. Usted dijo que lo dejo dandolo por muerto.

—Bueno, me desangro casi hasta el punto de la muerte, lo que para el era suficiente. Me pusieron en cama tan pronto como me encontraron, confundido y realmente ignorante de lo que me habia sucedido. Supongo que pense que la bebida al final me habia producido un ataque. Ahora esperaba morirme y no tenia interes en comer, beber ni hablar con el medico. Mi madre mando buscar al sacerdote. Tenia fiebre y le conte todo al cura, todo acerca de las visiones de mi hermano y de lo que yo habia hecho. Recuerdo que me aferre de su brazo, haciendole jurar una y otra vez que no se lo contaria a nadie. Yo se que no lo mate —le dije por ultimo al sacerdote—, pero ahora que el esta muerto no puedo vivir. No despues de la manera en que lo trate.

»—Eso es ridiculo —me contesto—. Por supuesto, usted pude vivir. Usted no tiene nada de malo salvo las ganas de hacerse mal a si mismo. Su madre lo necesita, para no mencionar a su hermana. Y, en cuanto a ese hermano suyo, el puede estar seguro de que estaba poseido por el demonio.

»Me quede tan perplejo cuando dijo esto que no pude protestar. El demonio producia visiones, continuo explicandome el. El demonio seguia reptando. Todo el pais frances estaba bajo la influencia del diablo y la Revolucion habia sido su maximo triunfo. Nada podria haber salvado a mi hermano salvo el exorcismo, las oraciones, ayunos y unos hombres que lo agarraran cuando el demonio enfureciera su cuerpo y quisiera arrojarlo por los aires.

»—El demonio lo empujo por la escalera; es algo perfectamente evidente —declaro—. Usted no hablo con su hermano en esa habitacion; usted hablo con Satan.

»Pues bien, eso me enfurecio. Antes yo creia que habia llegado a un limite, pero no era asi. Continuo hablando del demonio, del vudu entre los esclavos y de casos de posesion en otras partes del mundo. Y perdi el dominio de mi mismo. Destroce la habitacion y casi lo mato.

—Pero sus fuerzas… El vampiro… —dijo el chico.

—Yo estaba fuera de mi —explico—. Hacia cosas que no podria haber hecho en mi estado normal. Ahora la escena es confusa, palida, fantastica. Pero recuerdo que lo saque por las puertas de atras de la casa, le hice cruzar el patio y le golpee la cabeza hasta que casi lo mato contra la pared de ladrillos de la cocina. Cuando al final me calme y estaba casi tan exhausto como la muerte, me desangraron. ?Los imbeciles! Pero iba a decir otra cosa: fue entonces cuando concebi mi nuevo ego. Quiza lo habia visto reflejado en el cura. Su actitud de desprecio ante mi hermano reflejo la mia propia; su critica inmediata y vacua sobre el demonio; su negativa a concebir siquiera la idea de que la santidad le habia pasado tan cerca.

—Pero creia en la posesion del demonio.

—Esa es una idea mucho mas mundana —dijo el vampiro de inmediato—. La gente que deja de creer en Dios, o en la bondad, sigue creyendo en el demonio. No se por que. No; se muy bien por que. El mal siempre es posible. Y la bondad es eternamente dificil. Pero debes comprender; la posesion en realidad es otra manera de decir que alguien esta loco. Asi era como pensaba ese cura. Estoy seguro de que habia vislumbrado la locura. Tal vez se habia colocado directamente encima de una locura rampante y la habia proclamado como una posesion. No tienes que ver a Satan cuando se lo exorciza. Pero estar ante la presencia de un santo…, creer que el santo ha tenido una vision… No, es egoismo, es nuestra negativa a creer que puede suceder a nuestro lado.

—Nunca lo pense de esa manera —dijo el joven—. ?Y que le paso a usted? Dijo que lo desangraron para curarlo, y eso lo debe de haber dejado a un paso de la fosa.

El vampiro se rio.

—Si, por cierto que asi fue. Pero el vampiro regreso esa noche. ?Ves?, queria Pointe du Lac, mi plantacion.

»Era muy tarde; despues de que mi hermana se quedara dormida. Lo recuerdo como si hubiera pasado ayer. Entro por el patio, abriendo sin hacer un solo ruido las puertas vidrieras; un hombre alto de piel blanca, una masa de pelo rubio y con una cualidad gracil, casi felina en los movimientos. Y, cautelosamente, puso un manton sobre los ojos de mi hermana y bajo el pabilo de la lampara. Ella quedo dormitando al lado de la palangana y del panuelo con que habia estado refrescandome la frente, y no se movio ni un instante en toda la noche. Pero, para entonces, yo ya habia cambiado mucho.

—?Cual fue ese cambio? —pregunto el entrevistador. El vampiro suspiro. Se recosto contra la silla y miro las paredes.

—Al principio crei que se trataba de otro medico o de alguien llamado por la familia para que hablara conmigo. Pero de inmediato se me desvanecieron esas sospechas. El se acerco a mi cama y se agacho de modo que su rostro quedo a la luz de la lampara, y vi que no era un ser humano normal. Sus ojos verdes destellaban de incandescencia y las largas manos blancas que colgaban a sus costados no pertenecian a un ser humano. Pienso que lo supe todo en aquel preciso instante, y lo que el me conto fue unicamente su consecuencia natural. Lo que quiero decir es que cuando lo vi, cuando vi su aureola extraordinaria y supe que era una criatura que yo jamas habia visto, quede reducido a la nada. Ese ego que no podia aceptar la presencia de un ser humano extraordinario a su lado, quedo destrozado. Todas mis concepciones, incluso mi culpabilidad y el deseo de morir, me parecieron absolutamente sin importancia. ?Me olvide por completo de mi mismo! —dijo, tocandose suavemente el pecho con el puno—. Me olvide por completo de mi. Y, en ese mismo instante, supe en toda su dimension el significado de la posibilidad. A partir de entonces, solo experimente una creciente sensacion de prodigio. Cuando me hablaba y me decia en que me podia llegar a transformar, como habia sido su propia vida y lo que seria, mi pasado se hizo anicos. Vi mi vida como separada de mi; la vanidad, la arrogancia, el escapismo constante de una pequena incomodidad a otra, el culto hipocrita a Dios y la Virgen y la caterva de santos que llenaban mis libros de oracion, nada de eso tenia la mas minima importancia, pues solo era una existencia estrecha, materialista y egoista. Y vi mis dioses verdaderos…, los dioses de la mayoria de los hombres: la comida, la bebida y la seguridad en el conformismo. Cenizas.

El rostro del muchacho estaba tenso, con una mezcla de confusion y aturdimiento.

—?Y entonces decidio convertirse en un vampiro? —pregunto.

El guardo un momento de silencio.

—Decidir… no parece la palabra correcta. Sin embargo, no puedo decir que fuera inevitable desde el instante en que aparecio en mi dormitorio. No, por cierto, no fue inevitable. Y tampoco puedo decir que yo lo decidi. Permiteme decir que, cuando termino de hablar, ya no era posible que yo tomara una decision diferente y que luego segui mi camino sin echar una sola mirada atras. Salvo por una.

—?Salvo por una? ?Cual?

—Mi ultimo amanecer —dijo el vampiro—. Esa manana, yo todavia no era un vampiro. Y presencie mi ultima madrugada.

»La recuerdo claramente; sin embargo, pienso que antes no me habia acordado de ningun amanecer. Recuerdo que primero la luz llego a las puertas vidrieras, algo palido detras de las cortinas de lazo, y luego un rayo cada vez mas grande y mas brillante se paseo entre las hojas de los arboles. Por ultimo, el sol traspaso las

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