Elin como a Ludvig les gusta jugar con sus hijos. Y, desde luego, a mi me gusta mas Christian que otros amigos de Magnus.

– ?A quien te refieres?

– A los amigos de la infancia, Erik Lind y Kenneth Bengtsson. En realidad, yo los veia, a ellos y a sus mujeres, por Magnus. Son demasiado diferentes, me parece a mi.

– ?Y Magnus y Christian? ?Son muy amigos?

Cia sonrio.

– No creo que Christian tenga ningun amigo intimo. Es demasiado serio y no resulta facil intimar con el. Con Magnus, en cambio, se comportaba de un modo totalmente distinto. Mi marido provocaba en la gente esa reaccion, le caia bien a todo el mundo. Conseguia que la gente se relajara. -Cia trago saliva y Patrik se dio cuenta de que estaba hablando de su marido como si ya estuviera muerto.

– ?Por que me preguntas por Christian, si puede saberse? No habra ocurrido nada, ?verdad? -anadio preocupada.

– No, no, nada grave.

– Ya me he enterado de lo que paso en la presentacion. Me habian invitado, pero me habria resultado rarisimo estar alli sin Magnus. Espero que Christian no se haya tomado a mal que no acudiera.

– Me costaria creer que asi fuera -aseguro Patrik-. Pero parece ser que alguien lleva mas de un ano enviandole cartas de amenaza. Y puede que este hilando demasiado fino, pero queria preguntarte si a Magnus le habia pasado algo parecido. Puesto que se conocian, quiza exista ahi una conexion…

– ?Cartas de amenaza? -pregunto Cia-. ?Y no crees que, de ser asi, ya lo habria contado? ?Por que iba a reservarme informacion que podria seros util para averiguar que le ha sucedido a Magnus? -anadio con voz chillona.

– Estoy convencido de que nos lo habrias dicho si lo hubieras sabido -se apresuro a anadir Patrik-. Pero pudiera ser que Magnus no te lo hubiera dicho por no preocuparte.

– ?Y entonces como iba a poder contartelo?

– La experiencia me ha ensenado que las mujeres se dan cuenta de casi todo sin necesidad de que uno se lo cuente. O, al menos, a la mia le pasa.

Cia volvio a sonreir.

– Si, en eso tienes razon. Es cierto, si Magnus hubiese tenido alguna preocupacion, yo lo habria notado. Pero estaba como siempre, despreocupado. Era la persona mas estable y fiable del mundo, casi siempre alegre y optimista. A mi a veces me sacaba de quicio por eso, hasta el punto de que, en alguna ocasion, he intentado provocar una reaccion por su parte cuando estaba molesta e irritada. Jamas lo consegui. Asi era Magnus. Si hubiese tenido alguna preocupacion, para empezar, me lo habria contado y si, contra todo pronostico, no lo hubiera hecho asi, yo lo habria notado. El lo sabia todo de mi y yo lo sabia todo de el. Nos lo contabamos todo. - Hablaba con voz firme y Patrik comprendio que estaba convencida de lo que decia. Aun asi, dudaba. Nunca lo sabe uno todo acerca de otra persona. Ni siquiera de la persona con la que vivimos y a la que queremos.

La miro con serenidad.

– Tendras que perdonarme si te parece un exceso, pero ?te importaria que echara un vistazo? Es para hacerme una idea mas clara de que clase de persona era Magnus. -Pese a que ya habian hablado de el como si estuviera muerto, Patrik lamento la forma en que habia formulado la pregunta. Sin embargo, Cia no hizo el menor comentario al respecto, sino que, con un gesto hacia la puerta, le respondio:

– Puedes mirar todo lo que quieras. Te lo digo de verdad. Haz lo que quieras, preguntad lo que querais, con tal de que lo encontreis -dijo secandose la lagrima que le corria por la mejilla con un gesto casi agresivo de la mano.

Patrik tuvo la sensacion de que queria quedarse sola un rato y aprovecho para levantarse. Empezo por la sala de estar. Era como la de tantas otras casas suecas. Un sofa de Ikea, grande y de color azul oscuro. Una estanteria Billy con iluminacion incorporada. Un televisor plano sobre un mueble de la misma madera clara que la mesa de centro. Pequenos adornos y recuerdos de viajes, fotos de los ninos colgadas en las paredes. Patrik se acerco a una gran fotografia de boda enmarcada y colgada encima del sofa. No era el tipico retrato de boda rigido y serio, sino que en ella aparecia Magnus, embutido en un frac, tumbado sobre el cesped con la cabeza apoyada en la mano. Cia estaba inmediatamente detras de el, con un vestido de novia lleno de pliegues y volantes. Lucia una amplia sonrisa y, con gesto resuelto, habia colocado el pie encima de Magnus.

– Nuestros padres por poco se mueren al ver la foto de bodas -dijo Cia a su espalda. Patrik se volvio.

– Es… diferente -comento Patrik mientras se giraba de nuevo. Claro que se habia cruzado con Magnus en alguna ocasion desde que este se mudo a Fjallbacka, pero jamas intercambio con el mas que las frases de cortesia habituales. Ahora, al ver su expresion alegre y espontanea, se dijo que, seguramente, le habria caido bien.

– ?Puedo subir? -pregunto Patrik. Cia asintio, apoyada en el quicio de la puerta.

Tambien a lo largo de las paredes de la escalera habia fotografias y Patrik se detuvo a examinarlas. Eran testimonio de una vida rica en acontecimientos, centrada en la familia, que hallaba felicidad en las cosas sencillas. Y quedaba mas que claro que Magnus Kjellner se sentia terriblemente orgulloso de sus hijos. Una imagen en particular le provoco un nudo en el estomago. Una instantanea de unas vacaciones. Magnus sonreia entre Elin y Ludvig, rodeandoles los hombros con los brazos. Era tal la felicidad que irradiaba aquella mirada que Patrik no fue capaz de seguir mirando. Aparto la vista y subio los ultimos peldanos hacia la primera planta.

Las dos primeras habitaciones eran los dormitorios de los ninos. En el de Ludvig reinaba un orden sorprendente. Nada de ropa tirada por el suelo, la cama hecha y en el escritorio habia lapiceros y demas, todo en perfecto orden. Le interesaba el deporte, de eso no cabia duda. Una camiseta del equipo nacional sueco con el autografo de Zlatan ocupaba el lugar de honor sobre el cabecero de la cama. Y tambien habia posters del IFK Goteborg.

– Ludvig y Magnus solian ir a sus partidos siempre que podian.

Patrik se sobresalto. Una vez mas, lo sorprendio la voz de Cia. Debia de tener un don para caminar sin hacer ruido, porque no la habia oido subir la escalera.

– Un chico ordenado.

– Pues si, igual que su padre. Siempre era Magnus quien ordenaba y limpiaba la casa. Yo soy la mas dejada de los dos. Y si miras en el otro dormitorio, comprenderas enseguida quien lo ha heredado de mi.

Patrik abrio la puerta siguiente, pese al aviso que colgaba en la puerta, donde podia leerse en letras mayusculas: ?LLAMA ANTES DE ENTRAR!

– Ay. -Patrik dio un paso atras.

– Si, yo diria que «ay» es la palabra adecuada para describir esto -suspiro Cia cruzandose de brazos, como para reprimirse el impulso de empezar a poner orden en aquel caos. Porque la habitacion de Elin era un verdadero caos. Y rosa.

– Siempre pense que cuando creciera, superaria la fase rosa, pero ha sido mas bien al contrario. Ha pasado del rosa princesa al rosa chillon.

Patrik parpadeaba perplejo. ?Tendria la habitacion de Maja aquel aspecto dentro de unos anos? Y si los gemelos tambien eran ninas… Acabaria ahogado en el color rosa.

– He desistido. Pero la obligo a tener la puerta cerrada, asi no tengo que ver este desastre. Lo unico que hago es un control de olores, por si empieza a apestar a cadaver. -Se sobresalto al oir sus propias palabras, pero continuo enseguida-: Magnus no soportaba ni siquiera saber el estado en que se hallaba la habitacion, pero yo lo convenci de que la dejara. Puesto que yo soy igual, se que no habria conseguido mas que andar siempre con dimes y diretes interminables. Yo empece a ser mas ordenada en cuanto me mude a un apartamento propio, y creo que a Elin le ocurrira otro tanto. -Cerro la puerta y senalo la ultima habitacion.

– Ese es nuestro dormitorio. No he tocado nada de las cosas de Magnus.

Lo primero que llamo la atencion de Patrik fue que tenian las mismas sabanas que el y Erica. De cuadros azules y blancos, compradas en Ikea. Por alguna razon, aquello lo hizo sentirse incomodo. Se sintio vulnerable.

– Magnus dormia en el lado de la ventana.

Patrik se acerco a ese lado de la cama. Habria preferido poder mirar tranquilamente. Tenia la sensacion de estar hurgando en algo que no le incumbia, sensacion que reforzaba la supervision de Cia. No tenia ni idea de lo que estaba buscando. Sencillamente, necesitaba acercarse a la persona de Magnus Kjellner, convertirlo en un ser

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