El policia se inclino sobre ella y Annika cerro los ojos. Oyo que habia mas gente en los alrededores, pisadas y voces.

– Tranquila, Annika, esto lo arreglamos -anuncio el policia.

Beata gimio a unos metros.

– Ten cuidado de que ella no alcance el cable -dijo Annika en voz baja.

El policia se levanto y siguio el cable con la vista. Luego dio un par de pasos, cogio el cable verde y amarillo y lo dejo a su lado.

– Bueno -le dijo a Annika-. Ahora vamos a ver lo que tenemos aqui.

– Es Minex -informo Annika-. Pequenos, del color de los envoltorios de caramelos.

– Yes -respondio el policia-. ?Que mas sabes?

– Son casi dos kilos, el mecanismo de detonacion puede ser inestable.

– ?Mierda! No soy demasiado bueno con esto.

A lo lejos Annika oyo sirenas y ruidos.

– ?Estan en camino?

– Correcto de nuevo. Es una suerte que estes viva.

– No fue facil -contesto Annika y estornudo.

– Ahora quedate completamente quieta.

El se concentro unos segundos para estudiar la carga explosiva. Luego cogio el cable de la parte superior de la bomba y tiro de el. No ocurrio nada.

– ?Gracias, Dios mio! -susurro el-. Era tan facil como pensaba.

– ?Que? -dijo Annika.

– Era una carga explosiva corriente, de esas que se utilizan en las obras. No era una bomba. Solo hay que quitar el detonador del cartucho y la carga se desactiva.

– Estas bromeando -dijo Annika esceptica-. ?Quieres decir que yo he podido hacerlo sola en cualquier momento?

– Mas o menos.

– ?Joder! ?Entonces por que he estado aqui toda la noche? -pregunto enfadada consigo misma.

– Bueno, tambien tenias una cuerda alrededor del cuello. Eso te hubiera matado con la misma efectividad. Tienes unas marcas muy feas en el cuello. Y si ella hubiera conseguido juntar el cable a la pila hubiera sido el final, para ti y para ella.

– Tambien tenia un temporizador.

– Espera, te voy a quitar la dinamita de la espalda. ?Joder! ?Que ha utilizado para sujetarla?

Annika resoplo profundamente.

– Cinta adhesiva de obra.

– Okey, espero que no haya detonadores en la cinta adhesiva. Bien, corto por aqui, ahora ya esta…

Annika sintio desaparecer el peso de la espalda. Se apoyo contra la pared y se arranco del vientre la cinta adhesiva.

– No hubieras podido ir muy lejos -dijo el policia y senalo las cadenas-. ?Sabes donde estan las llaves?

Annika nego con la cabeza y senalo a Beata.

– Debe tenerlas en el bolsillo.

El policia cogio la radio e informo que podian entrar, la carga explosiva estaba desactivada.

– Hay mas dinamita ahi -informo Annika senalando.

– Vale, nos ocuparemos de ella.

Tomo los cartuchos con la cinta aislante y los dejo entre los otros, luego fue hacia Beata. La mujer yacia totalmente inmovil, boca abajo, la sangre manaba del agujero en el hombro. El policia le busco el pulso y le levanto el parpado.

– ?Se salvara? -pregunto Annika.

– ?A quien le importa? -contesto el policia.

Y Annika se oyo decir a si misma:

– A mi me importa.

Dos camilleros aparecieron en el tunel empujando una camilla. Con la ayuda del policia colocaron a Beata en ella. Uno de los hombres reviso los bolsillos y encontro dos llaves de candado.

– Dejame a mi -pidio Annika y el policia se las lanzo.

Los camilleros controlaron las constantes vitales de Beata mientras Annika se quitaba las cadenas. Se incorporo sobre sus piernas tambaleantes y observo a los hombres mientras se llevaban a Beata hacia la salida del tunel. La mujer parpadeaba y vio a Annika. Parecio como si intentara decir algo, pero la voz no la acompano.

Annika siguio la camilla con la mirada hasta que se perdio tras la esquina. Mas personas y policias comenzaban a entrar en el tunel. Las conversaciones llenaron el aire, las voces subian y bajaban. Se tapo los oidos; en cualquier momento se desplomaria.

– ?Necesitas ayuda? -le pregunto su fuente.

Suspiro y noto que volveria a llorar.

– Solo quiero irme a casa -respondio.

– Deberias pasar por el hospital y hacerte un control -dijo el policia.

– No -replico Annika decidida y penso en sus pantalones cagados-. Primero tengo que ir a Hantverkargatan.

– Deja que te ayude, estas complemente groggy.

El policia la cogio por la cintura y la acompano hacia la salida. Annika de pronto noto que le faltaba algo.

– Espera, mi bolso -dijo y se detuvo-. Quiero mi bolso y mi ordenador.

El hombre le dijo algo a un policia uniformado y alguien le dio su bolso.

– ?Es tu ordenador? -pregunto el policia.

Annika dudo.

– ?Tengo que contestar a eso ahora mismo?

– No, podemos esperar. Venga, ahora vete a casa.

Se acercaban a la salida y Annika vislumbro un enjambre de personas en la oscuridad bajo el estadio. Se detuvo instintivamente.

– Solo son policias y personal sanitario -le informo el hombre a su lado.

En el mismo momento que puso su pie fuera del tunel alguien le disparo un flash en plena cara. Durante un segundo se quedo completamente ciega y se oyo a si misma bramar. Comenzo a vislumbrar los contornos y vio la camara y al fotografo. Llego en dos pasos y lo tumbo de un derechazo.

– ?Hijo de puta! -exclamo ella.

– Bengtzon, ?joder! ?Que haces? -grito el fotografo.

Era Henriksson.

Le pidio a los policias que se detuvieran en Rosetten, el supermercado junto a su casa para comprar acondicionador de pelo. Luego subio por las escaleras los dos pisos hasta su apartamento, abrio la puerta y entro en el silencioso recibidor. Era como si estuviera en otro tiempo, como si hubieran pasado muchos anos desde la ultima vez que estuvo aqui. Se quito toda la ropa y la dejo caer en el suelo del recibidor. Luego cogio una toalla del cuarto de bano contiguo y se seco el vientre, las nalgas y el pubis. Despues se fue directamente a la ducha y ahi se quedo mucho tiempo. Sabia que Thomas estaba en el Grand Hotel; volverian a casa cuando los ninos se despertaran.

Se vistio con ropa limpia. Toda la ropa sucia, los zapatos y tambien el abrigo, los metio en una gran bolsa de plastico negra. Seguidamente se llevo la bolsa y la tiro en el basurero del patio.

Ya solo le quedaba hacer una cosa antes de irse a dormir. Encendio el ordenador de Christina; la bateria estaba casi agotada. Cogio un disquete y archivo su propio articulo que estaba en un icono del escritorio. Despues dudo un momento, pero luego pulso dos veces en una carpeta de Christina llamada «Yo».

Alli habia siete documentos, siete capitulos y todos comenzaban por una palabra: Existencia, Amor, Humanidad, Felicidad, Mentiras, Maldad y Muerte.

Annika abrio el primero y comenzo a leer.

Habia hablado con todas las personas que rodeaban a Christina Furhage o que estaban cerca de ella. Todas

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