– No se anda con chiquitas, ?esta tratando una septicemia?

– ?Mi caballo tiene mucha fiebre!

– ?Con esto, estara de pie en un dia!

El empleado se retiro detras de las estanterias y volvio instantes despues con un frasco en la mano.

– Tomeselo con calma, de todas formas; me gustan los animales, y con esto puede matarlo.

Lauren no contesto, sino que cogio el medicamento y regreso al ascensor. Dudo antes de pulsar el boton de la tercera planta. En la planta baja, un tecnico entro en la cabina empujando un aparato de electroencefalografia. La pantalla estaba rodeada por una cinta de plastico amarilla.

– ?Que piso? -pregunto Lauren.

– Neurocirugia.

– ?Esta estropeada?

– Estas maquinas son cada vez mas sofisticadas, pero tambien mas caprichosas. Esta escupio ayer toda la bobina de papel con un trazo incomprensible. No registraba hiperactividad cerebral, sino la corriente de una central electrica. Los de mantenimiento se han pasado tres horas con ella y dicen que no tiene nada. Interferencias, seguramente.

– ?Que hiciste ayer por la noche? -pregunto Arthur.

– Tienes curiosidad, ?eh? Cene con una chica.

Arthur miro a su amigo con aire inquisitivo.

– Onega -confeso Paul.

– ?Os seguis viendo?

– Mas o menos.

– ?Que significa ese extrano tono?

– Temo haber cometido una gilipollez.

– ?De que tipo?

– Le he dado las llaves de mi casa.

El rostro de Arthur se ilumino; casi hubiera querido hacer rabiar a Paul, pero este se levanto y se coloco frente a la ventana con expresion inquieta.

– ?Es que lo lamentas?

– Me da miedo haberla asustado, quiza he ido demasiado deprisa.

– ?Te has enamorado?

– No seria imposible.

– Entonces, fiate de tu instinto. Si has hecho eso es porque lo deseabas, y ella lo notara. No hay por que avergonzarse de compartir los sentimientos, creeme.

– Entonces, ?crees que no he metido la pata? -pregunto Paul, con el rostro lleno de esperanza.

– Nunca te he visto en este estado. No tienes ninguna razon para preocuparte.

– No me ha telefoneado.

– ?Desde cuando?

Paul consulto su reloj.

– Desde hace dos horas.

– ?Tanto? ?Estas chiflado! Dejale tiempo para saborear tu gesto, y tambien para que deje libre su linea telefonica: tiene que llamar a todas sus amigas para decirles que ha hecho caer al soltero mas duro de pelar de todo San Francisco.

– Si. Muy bonito, ahora vas de sobrado, pero ya me gustaria verte en mi pellejo; no se muy bien lo que me pasa, tengo frio, tengo calor, tengo las manos humedas, me duele la barriga y tengo la boca seca.

– ?Estas enamorado!

– Ya sabia yo que no estaba hecho para esto: me pone enfermo.

– Ya veras que los efectos secundarios son magnificos.

Una interna paso por delante del cristal de la habitacion.

Paul abrio los ojos de par en par.

– ?Molesto? -pregunto Lauren, entrando en la estancia.

– No -dijo Paul.

Precisamente se disponia a ir a buscar un cafe a la maquina. Le ofrecio uno a Arthur, y Lauren contesto en su lugar que no era muy recomendable. Paul se eclipso.

– ?Se ha herido? -se inquieto Arthur.

– Un accidente absurdo -confeso Lauren, descolgando la hoja del historial del pie de la cama.

Arthur miro la tablilla.

– ?Que le ha pasado?

– ?Una indigestion en la fiesta del cangrejo!

– ?Y uno puede destrozarse el pie con eso?

– No es mas que un corte traicionero.

– ?Es que la pellizcaron con unas tenazas?

– No tiene ni la mas remota idea de lo que le estoy contando, ?no es asi?

– No mucha, la verdad, pero si tiene a bien explicarse un poco mas…

– Y usted, ?como ha pasado la noche?

– Ha sido bastante movida.

– ?Salio de su cama? -pregunto Lauren, llena de esperanza.

– Mas bien me he hundido en ella; mi cerebro se ha recalentado, por lo que parece, y han tenido que subirme de urgencia al quirofano.

Lauren lo miro atentamente.

– ?Que pasa? -pregunto Arthur.

– Nada, una estupidez.

– ?Hay algun problema con mis resultados?

– No, no se preocupe, no tiene nada que ver con eso -dijo ella con voz suave.

– Entonces, ?de que se trata?

Lauren se apoyo en la barandilla de la cama.

– ?No recuerda nada de…?

– ?De que? -la interrumpio Arthur, febril.

– Dejelo, es completamente ridiculo, no tiene ningun sentido.

– ?Digamelo de todas formas!

Lauren se dirigio a la ventana.

– Yo nunca bebo alcohol, y ya ve, creo que agarre la mayor borrachera de mi vida.

Arthur permanecio en silencio; ella se dio la vuelta y las palabras surgieron de su boca sin que pudiese siquiera retenerlas.

– No es muy sencillo de…

Una mujer entro en la estancia oculta detras de un inmenso ramo de flores. Lo dejo encima de la mesa con ruedas y avanzo hasta la cama.

– ?Dios mio, cuanto miedo he pasado! -exclamo CarolAnn, al tiempo que abrazaba a Arthur.

Lauren observo la sortija cargada de diamantes que adornaba el dedo anular de la mano izquierda de la mujer.

– Era una tonteria -murmuro Lauren-, solo queria saber como estaba, lo dejo con su prometida.

Carol-Ann abrazo a Arthur mas fuerte todavia y le acaricio las mejillas.

– ?Sabias que en algunos paises, perteneces para siempre a la persona que te ha salvado la vida?

– Carol-Ann, me estas ahogando.

La joven, algo confusa, aflojo su lazo, se enderezo y se atuso la falda. Arthur busco la mirada de Lauren, pero ya no estaba alli.

Paul, que venia por el pasillo, vio a Lauren a lo lejos avanzando hacia el. Al cruzarse con ella, le dedico una sonrisa complice que ella no le devolvio. El se encogio de hombros, prosiguio su camino hacia la habitacion de Arthur y no dio credito a sus ojos cuando descubrio a Carol-Ann sentada en la silla que habia junto a la

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