Siguieron a Parker y cruzaron el amplio vestibulo revestido de madera oscura hasta el salon, un rincon luminoso con ventanas orientadas al este y al sur e iluminado a la vez por dos tragaluces largos y angostos en el techo.

Todo era impecable y estaba perfectamente en su sitio, como si los Parker estuvieran esperando al equipo de rodaje de House Beautiful. Los trofeos de caza y los grabados de escenas campestres adornaban las paredes de color claro. Los muebles de pino demasiado grandes eran sencillos y funcionales. Se adivinaba un toque femenino en las fundas floreadas de los cojines que se complementaban con los tonos oscuros de los sofas y de las sillas. Una vitrina de armas de fuego ocupaba una parte prominente de una pared y, por encima, un pez enorme con una placa: Esturion blanco, 32 kilos, rio Kootenai, 10 de junio de 1991.

– He mandado a los ninos al establo a ocuparse de los caballos -dijo Parker-. ?Os puedo ofrecer algo de beber? ?Cafe? ?Un refresco? Es demasiado temprano para un whisky. -Con un gesto, los invito a sentarse.

– No podemos quedarnos, Richard -dijo Nick-. He llamado a todos mis ayudantes y tenemos un grupo de voluntarios para peinar la zona. Va a ser un dia largo.

– Ya entiendo. Los chavales estan tocados. Espero que no les pidas demasiado.

– Claro que no -dijo Nick.

– ?Necesitas caballos? Le puedo decir a Jed que traiga seis o siete. Y si los necesitas, les dare la tarde libre a los hombres.

– Se agradece mucho, Richard -dijo Nick-. Tendremos que buscar a pie para no estropear posibles pruebas.

Parker asintio.

– Claro, si. -Cerro los ojos y sacudio la cabeza-. Creia que… supongo que creia que todo habia acabado.

Yo no, penso Quinn.

– Los asesinos en serie solo se detienen cuando los meten en la carcel o cuando se mueren.

– Pero han pasado tres anos.

– Tenemos fundadas razones para creer que Corinne Atwell tambien fue una victima del Carnicero, y ella desaparecio el uno de mayo del ano pasado. El bosque no perdona. Los animales, el tiempo, el terreno. Puede que nunca sepamos a cuantas chicas ha matado.

– ?A que viene el interes del FBI ahora? -pregunto Parker, frunciendo el ceno-. Usted no vino cuando mataron a las gemelas.

– En realidad -lo corrigio Nick-, despues del secuestro de las chicas Croft, estuvo aqui el agente especial Thorne y, en otra ocasion, cuando Corinne Atwell se dio por desaparecida. Llame al agente Peterson la semana pasada porque el conoce el caso. No hace falta recordarle que los recursos del gobierno federal son muy superiores a los de nuestro condado.

Quinn ya no queria seguir hablando de nimiedades. A los menores habia que interrogarlos lo mas pronto posible si eran testigos de un crimen o si habian encontrado pruebas. A medida que pasaba el tiempo, tenian la tendencia a mezclar los hechos con fantasias, en gran parte salidas de la television.

– ?Donde estan los chicos, senor?

– En el establo. -Parker le hizo un gesto a Quinn para que se sentara-. Los ire a buscar.

– No hace falta. Creo que estaran mas comodos si estan haciendo algo con las manos. Asear los caballos parece una buena tarea.

– Lo acompanare -dijo Parker.

Nick cogio a Quinn unos metros detras de Parker para hablarle en privado.

– Quiero echarle un vistazo a las patas de los caballos -dijo, en voz baja. No es que pensara que los chicos tuvieran algun motivo para mentir, pero le gustaba contrastar las declaraciones con hechos solidos.

El establo quedaba a unos cien metros detras de la casa y Quinn oyo los murmullos de los chicos en el interior.

– ?Ryan! El sheriff Thomas ha venido a hablar contigo.

Ryan Parker tenia casi once anos y era la viva imagen de su padre, con su pelo rubio y sus ojos color castano. Tenia unos rasgos bellos poco habituales en un nino, y parecia mayor, casi mas sofisticado que los hermanos McClain.

– Ryan -dijo Nick-. Te presento al agente especial Quincy Peterson. Trabaja para el FBI.

Ryan miro con los ojos muy abiertos.

– ?El FBI? ?De verdad? ?Puedo ver su placa?

– Ryan -dijo su padre, severo.

Quinn ignoro a Parker y se agacho junto al nino.

– Claro -dijo, mientras sacaba la cartera del bolsillo de la chaqueta. La abrio y enseno la placa y su identificacion al nino, que miraba ensimismado.

Ryan no la toco, pero la miro con interes.

– ?Tienes que ir a una escuela especial para ser agente especial?

– Despues de cuatro anos en la universidad, pase dieciseis semanas en un campo especial de entrenamiento llamado Quantico. Tambien estudie un ano para obtener un master en criminologia.

– ?Es dificil?

– Algunas cosas lo son. ?Tu quieres ser agente federal?

Ryan miro a su padre y Quinn percibio un dejo de miedo en la mirada del nino. Quiza su padre esperaba que el nino sencillamente siguiera sus pasos, penso Quinn. El lo entendia. Para el, no ser el «Doctor Peterson» era algo que todavia pesaba en casa de sus padres-. Quiza -dijo Ryan, evasivo.

– ?Podemos el sheriff Thomas y yo haceros unas preguntas a ti y tus amigos?

– ?Sobre la chica muerta?

– Si.

Sean y Timmy McClain estaban ocupados cepillando a un caballo, aunque lo escuchaban todo con interes, tanto que el hermano mas pequeno no hacia mas que cepillar el aire.

– Chicos, venid aqui – llamo Quinn.

Dejaron los cepillos en un cubo y se acercaron para presentarse. Sean era el hermano mayor, y se comportaba como si fuera un chico duro e importante. Timmy, el mas pequeno, no paraba de moverse y tenia los ojos muy abiertos. Quinn observo que Ryan era el lider del grupo, con esa manera de pararse y con los otros dos chicos detras de el, sentados en los montones de heno. A Quinn no le gustaba la idea de tener a Richard Parker formalmente a su lado, con su severo aspecto de juez. Sin embargo, teniendo en cuenta que se trataba de un encuentro informal con los menores, no podia pedirle al padre que se fuera. Sobre todo si el padre era abogado.

– Ryan, cuentame con tus propias palabras lo que salisteis a hacer esta manana. Timmy, Sean, podeis intervenir si creeis que hay que anadir algo. No hay respuestas correctas o incorrectas. Y nadie lo recuerda todo, asi que puede que uno de vosotros recuerde cosas que los otros no recuerden. ?De acuerdo?

Todos asintieron cuando Quinn y Nick sacaron sus libretas. Ryan hablo.

– Sacamos los caballos a las siete de la manana. Sean y Timmy se quedaron a dormir porque queriamos salir temprano, y ellos viven en la ciudad.

– Mama trabaja los fines de semana -dijo Timmy, asintiendo con la cabeza-. Venimos mucho aqui.

– Seguro que es divertido salir a montar a caballo por la hacienda y otras cosas que estan bien -dijo Quinn, sonriendo.

– Oh, si -dijo Timmy-. Y a veces… -Su hermano le dio un golpe en el brazo.

– Callate -dijo Sean-. Solo quieren saber de la chica muerta.

Timmy adopto un aire mas timido.

– No pasa nada -dijo Quinn al pequeno-. Uno nunca sabe lo que puede ser importante en una investigacion.

Los chicos habian salido de la casa temprano en direccion a los prados, hacia el este. Cogieron un sendero casi borrado por la vegetacion con la idea de encontrar un antiguo cementerio indio en el lado norte.

– Sabeis que no deberiais ir tan lejos -les rino Parker-. Es un camino peligroso. Teneis mucha suerte de que un caballo no se haya roto una pata.

– Lo siento, papa -dijo Ryan, con mirada huidiza.

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