— ?Es el! — grite de pronto.

Tonia se levanto de un salto, me tomo la mano y nos pusimos a correr tras el coche. El automovil corria por la recta avenida que llevaba al cohetodromo.

Se hacia dificil correr. Yo me asfixiaba. Me venian nauseas. La cabeza me daba vueltas, las piernas me tambaleaban. Esta vez Tonia se sentia mal, pero a pesar de esto continuaba corriendo.

Corrimos asi durante unos diez minutos. Veiamos el automovil del de la barba negra a lo lejos aun. De pronto Tonia atraveso la calzada y, levantando los brazos en alto, intercepto el camino a un coche que venia en direccion contraria. El automovil freno en seco. Tonia entro rapidamente en el y tiro de mi.

El chofer nos miraba perplejo.

— ?Vuele tras aquel coche! — ordeno Tonia en tono tan autoritario que el chofer, sin decir palabra, dio la vuelta y apreto el acelerador.

La carretera era magnifica. Pronto dejamos atras las ultimas casas. Y delante de nosotros, como en la palma de la mano, se hallaba el cohetodromo. En las anchas vias habia un cohete, parecido a un gigantesco siluro. Cerca del cohete habia algunas personas. Subitamente sono una sirena. Las gentes se alejaron rapidamente del cohete. Este se puso en movimiento sobre los rieles, aumentando su velocidad ostensiblemente hasta llegar a una carrera increible. Hasta el momento no se servia de explosiones aun y se movia utilizando tan solo la fuerza de la corriente electrica que obtenia de los rieles, como un tranvia. La via subia con una inclinacion de unos treinta grados. Cuando faltaba cosa de un kilometro para llegar al final de la rampa, surgio una enorme llamarada de la cola del cohete. Una columna de humo lo envolvio. Despues de esto llego hasta nosotros una explosion ensordecedora. Unos segundos despues una fuerte onda de aire llego hasta nosotros. El cohete, dejando tras de si una columna de humo, se enderezo hacia el cielo, rapidamente fue empequeneciendose hasta llegar a ser solo un punto negro y se esfumo.

Llegamos hasta el mismo cohetodromo. Pero, ?ay! el de la barba negra no estaba entre los que se habian quedado.

V–Candidato a vivir en el cielo

Tonia se mezclo entre la muchedumbre y empezo a preguntar a todo el mundo: ?no habian visto a un hombre con barba negra?

Las gentes se miraban, hacian memoria, y, finalmente, un hombre vestido de piel blanca con una visera tambien blanca dijo:

— Ese sera seguramente Evgenev.

— Claro, Evgenev. Hoy no habia otro con barba negra — confirmo otro.

— ?Donde esta? — pregunto con agitacion Tonia.

El hombre levanto el brazo senalando hacia el cielo.

— Alli. Esta traspasando la estratosfera. Camino de la Estrella Ketz.

Tonia palidecio. La tome por el brazo y la lleve al taxi.

— Vamos al hotel — dije.

Tonia estuvo callada todo el camino. Sumisamente apoyada en mi brazo subio la escalera. La lleve a la habitacion y la sente en un sillon. Asi quedo, sentada, con la cabeza echada hacia atras y con los ojos cerrados. ?Pobre Tonia! ?Con que agudo sentimiento sufre su fracaso! Pero al menos ahora ha terminado todo. No vamos a estar esperando en la ciudad de Ketz hasta que regrese el de la barba negra de su viaje interplanetario.

Poco a poco, la cara de Tonia empezo a animarse. Sin abrir aun los ojos, de pronto sonrio.

— El de la barba negra ha volado hacia Ketz. ?Pues muy bien, nosotros vamos a seguirle!

Al oir estas palabras casi me cai de la silla.

— ?Volar en un cohete! ?Hacia el negro abismo del cielo…!

Yo dije esto en un tono tan tragico y con tal pavor, que Tonia solto una carcajada.

— Creia que usted era mas valiente y decidido — dijo ella ya seria e incluso con un poco de amargura—. De todas maneras, si usted no quiere acompanarme, puede irse a Leningrado o a Armenia, donde usted quiera. Ahora ya se el nombre del de la barba negra puedo prescindir de usted. Y ahora vaya a su habitacion y tumbese en la cama. Tiene muy mala cara. Las grandes alturas y el mundo de las estrellas no son para usted.

Si, en verdad, yo me sentia bastante mal y gustosamente habria cumplido las ordenes de Tonia. Pero mi amor propio estaba afectado. En aquel momento lo que mas me interesaba era quedarme en la Tierra y lo que mas temia era perder a Tonia. ?Que sentimiento seria mas fuerte? Mientras vacilaba mi lengua decidio por mi.

— ?Antonina Ivanovna! ?Tonia! — exclame—. Estoy orgulloso porque me invite ahora a acompanarle, cuando ya no le hago falta, para buscar al de la barba negra. ?Yo tambien voy!

Ella sonrio dulcemente y me alargo la mano.

— Gracias, Leonid Vasilevich. Ahora debo contarselo todo, pues he visto como sufria debido a Paley, al que busco con tal ahinco. Reconozcalo, usted mas de una vez ha tenido en la cabeza el pensamiento que Paley se fue de mi lado y que yo, como una obstinada enamorada, voy detras de el por el mundo, con esperanzas de recobrar su amor.

Enrojeci involuntariamente.

— Pero usted tuvo tanto tacto, que no me hizo ninguna pregunta. Pues bien, sepalo: Paley es mi amigo y camarada de Universidad. Es un joven cientifico de talento superior; es ademas inventor. De naturaleza apasionada e inconstante. Nosotros, aun en el ultimo curso de la Universidad, empezamos un trabajo cientifico que prometia hacer una revolucion en electromecanica. El trabajo lo dividimos e ibamos cada cual por su parte hacia un solo objetivo, como los trabajadores que abren brecha en un tunel, cada uno por su parte, para encontrarse en un punto. Habiamos llegado ya al objetivo. Todos los apuntes los llevaba Paley en su libreta de notas. Inesperadamente fue enviado en comision de servicios a Sverlovsk. Se fue con tanta prisa que no me dejo la libreta. Siempre fue muy distraido. Yo le escribi a Sverlovsk, pero no recibi contestacion. Desde entonces se perdio para mi, como una gota de agua en el mar. En Sverlovsk supe que habia sido trasladado a Vladivostok pero alli se perdio su pista. Probe a continuar el trabajo sola. Pero me faltaban una serie de formulas y calculos que habia hecho Paley. Algun dia le contare mas detenidamente sobre este trabajo. Este se convirtio para mi en idea persecutoria, en una pesadilla. Me estorbaba para dedicarme a otros trabajos. Dejar a medio camino un problema de tantas perspectivas, aun ahora no puedo comprender esta inconstancia de Paley. Ahora usted comprendera por que las noticias sobre el me agitaron tanto. Y esto es todo… Usted verdaderamente tiene muy mala cara. Marchese y duerma.

— ?Y usted?

— Yo tambien intentare descansar un poco.

Pero Tonia no podia descansar. Se dirigio a la seccion de cuadros de la direccion general de Ketz y alli supo que se podia llegar a la estrella Ketz firmando contrato para trabajar alli. Se necesitaban fisicos y biologos. Y Tonia, sin pensarlo mucho, contrato a los dos para un ano.

Entro alegre en mi habitacion y, animada, empezo a relatarme sus aventuras. Luego saco de su cartera de piel lila los impresos, su pluma estilografica y me los tendio.

— Aqui tiene su solicitud. Firmela.

— Si, pero…, el plazo de un ano…

— No se preocupe. Ya me he informado que la direccion no se atiende muy rigurosamente a las condiciones del contrato. La situacion poco comun, las condiciones climatologicas y demas, se tienen en consideracion. Y si alguien no soporta bien aquello…

— ?El clima? ?Que clima hay alli?

— Yo me refiero a los locales habitables de Ketz. Alli se puede organizar cualquier clima, con la

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