impulso apoyandome en la pared logre llegar al centro y quede «suspendido», agitando las piernas con impotencia.

— ?Que, se convencio? — exclamo Meller riendo—. Y eso que aqui aun existe gravedad. Es usted un bebe. ?Vamos a ver, camine!

?Que va! Solo despues de un minuto logre que mis pies tocaran el suelo. Probe a dar un paso y de nuevo subi al aire, golpeandome la cabeza en el techo sin sentir casi el golpe, agitaba mis brazos desamparado…

Se abrio la puerta y entro mi amigo Kramer, el biologo. Al verme solto la carcajada.

— Bueno, tome a remolque esta criatura y llevelo a la habitacion seis — dijo la doctora a Kramer—. Aun soporta mal el aire enrarecido. Dele la mitad de la racion de aire.

— ?No puede darme para empezar la presion normal? — pedi yo.

— Es suficiente la mitad. Hay que acostumbrarse.

— Deme la mano — dijo Kramer.

Ensartando sus pies en las correas agarraderas del suelo, con bastante rapidez, llego hasta mi, me tomo por la cintura y salio al amplio corredor. Dandome vuelta, como si yo fuera una pelota, me tiro a lo largo del corredor. Yo lance un grito y vole. La fuerza con que me tiro estaba tan bien calculada que, volando unos diez metros en linea oblicua, llegue hasta la pared.

— ?Agarrese de la correa! — grito Kramer.

Habia correas en todos lados: en las paredes, en el suelo, en el techo. Yo me agarre con todas mis fuerzas esperando un tiron al pararme, pero en el mismo instante note con asombro que mi mano no sentia ninguna tension. Kramer estaba ya a mi lado. Abrio la puerta y tomandome por los sobacos entro en una habitacion de forma cilindrica. Aqui no habia ni camas, ni sillas, ni mesa. Tan solo correas por todas partes y una amplia ventana cubierta por un material verdoso y transparente. Y por eso la luz de la habitacion era tambien de un tono verdoso.

— Bueno, tome asiento y sientase como en su casa — bromeo Kramer—. Ahora dare mas oxigeno.

— ?Digame, Kramer, por que el cohetodromo esta separado de la Estrella?

— Es una innovacion que hemos realizado no hace mucho. Antes los cohetes amarraban directamente en la Estrella Ketz. Pero no todos los pilotos son iguales en destreza. Es dificil amarrar sin dar ningun golpe. Y una de las veces sucedio que el capitan de la nave «Ketz-siete», golpeo con fuerza a la Estrella. Sufrio deterioros el gran invernadero: se rompieron los cristales, y parte de las plantas murieron. Los trabajos de reparacion aun continuan. Despues de este accidente decidieron construir el cohetodromo separado de la Estrella. Inicialmente, este era un grandioso disco plano. Pero en la practica se vio que para el amarraje, es mas comoda una semiesfera. Cuando termine la reparacion del invernadero, obligaremos a la Estrella Ketz a girar junto con el invernadero, sobre su eje transversal. De ello resultara una fuerza centrifuga y aparecera la gravedad.

— ?Y que son aquellos rayos de diferentes colores que vimos durante el vuelo? — pregunte.

— Son senales luminosas. Una estrella tan pequena como la nuestra, no es facil hallarla en la inmensidad del espacio. Y por esto hemos organizado estas «luces de Bengala». ?Como se encuentra? ?Se respira mejor? No voy a dar mas, pues podria emborracharse con el oxigeno puro. ?No tiene calor?

— Al reves, siento un poco de fresco — conteste.

Kramer de un salto llego a la ventana y corrio la cortina. Los deslumbrantes rayos del sol llenaron la habitacion. La temperatura empezo a subir rapidamente. Kramer salto hacia la pared opuesta y abrio el postigo.

— Admire esta hermosura.

Me volvi hacia la ventana y quede extasiado. La Tierra ocupaba la mitad del horizonte. Yo la miraba desde la altura de mil kilometros. Parecia no un globo convexo, como yo esperaba, sino concavo. Sus bordes, muy desiguales, con los dientes sobresalientes de las cuspides de las montanas, estaban como recubiertos por un velo de humo. Los contornos eran confusos, erosionados. Mas alla de los limites de la Tierra, avanzaban oblongas manchas grises, las nubes, oscurecidas por la gruesa capa atmosferica. Hacia el centro habia tambien manchas, pero claras. Logre reconocer el Oceano Glacial, el contorno de las costas de Siberia y el Norte de Europa. El Polo Norte se destacaba como una mancha deslumbrante de color claro. En el Mar de Barentz el sol se reflejaba con pequenos destellos.

Mientras estuve observando la Tierra, esta tomo el aspecto de una enorme Luna en cuarto menguante. No podia retirar la mirada de esta gigantesca media luna vivamente iluminada por la luz del sol.

— Nuestra Estrella Ketz — comento Kramer—, vuela hacia el este y efectua una vuelta completa alrededor de la Tierra en cien minutos. Nuestro dia solar dura tan solo sesenta y siete minutos y la noche treinta y tres. Dentro de cuarenta a cincuenta minutos entraremos en la sombra de la Tierra…

La parte oscura de la Tierra, debilmente iluminada por la luz reflejada por la Luna, era casi invisible. El limite de la zona oscura y de la clara destacaba vivamente con enormes, casi negros, dientes: las sombras de las montanas. De pronto vi la Luna, la verdadera Luna. Parecia muy cercana, pero muy pequena en comparacion con lo que parece desde la Tierra.

Finalmente, el Sol se oculto por completo tras la Tierra. Ahora la Tierra se presento en apariencia de un disco oscuro rodeado por un circulo bastante luminoso formado por la luz de la aurora. Eran los rayos de Sol invisibles que iluminaban la atmosfera terrestre. Un reflejo rosado penetraba en nuestra habitacion.

— Como puede ver, aqui no hay oscuridad — dijo Kramer—. La aurora de la Tierra sustituye por completo a la luz de la Luna cuando esta se pone tras la Tierra.

— Me parece que hace mas frio — indique yo.

— Si, es el fresco de la noche — contesto Kramer—. Pero esta disminucion de la temperatura es insignificante. La capa intermedia de la envoltura de nuestra estacion resguarda de manera segura de la radiacion calorifera; ademas, la Tierra irradia gran cantidad de calor y la noche en la Estrella Ketz es muy corta. Asi que no hay peligro de helarnos. Para nosotros, los biologos, esto va muy bien. Pero nuestros fisicos no estan contentos: logran con dificultad alcanzar en sus experimentos temperaturas cercanas al cero absoluto. La Tierra, como un gran horno, respira calor incluso a la distancia de mil kilometros. Las plantas de nuestro invernadero soportan sin dano alguno el breve frescor nocturno. No es necesario poner en marcha las estufas electricas. Aqui se disfruta de un magnifico clima de montana. Muy pronto en sus palidas mejillas aparecera el bronceado color de los alpinistas. Yo aqui engorde y aumento mi apetito.

— La verdad sea dicha, yo tambien tengo hambre — dije yo.

— Pues vamos volando al comedor — propuso Kramer, extendiendo su mano bronceada.

Me saco al corredor, y, saltando y agarrandose en las correas, nos dirigimos al comedor.

Era una gran sala de forma cilindrica, en la que penetraba la luz de los dorados rayos del «amanecer». Un gran ventanal de gruesos cristales rodeaba un marco con plantas enredaderas de un verde esplendoroso. Nunca habia visto en la Tierra un verde asi.

— ?Aqui esta!

Vuelvo la cabeza hacia la voz conocida y veo a Meller. Se ha pegado a la pared, como una golondrina, y a su lado esta Tonia con un ligero vestido color lila. Los cabellos de Tonia estan desgrenados despues de la desinfeccion. Le sonrio con alegria.

— Por favor, por favor, venga aqui — me llama Meller—. ?Bueno, con que quiere que le invite?

Delante de mi hay un anaquel con potes, latas, tarros y una especie de globos.

— Vamos a darle de comer en biberon, con papillas y alimentos liquidos. Usted no va a poder tomar alimentos solidos: le saltarian de las manos y no podria atraparlos. Nuestros alimentos son casi todos vegetarianos, de nuestras propias plantaciones. Aqui hay papillas de manzana — y senalo un pote cerrado—, aqui de fresas con arroz, albaricoques, melocotones, bananas, nabos a la «Ketz», que en la Tierra no habra comido… ?Quiere nabos?

Y Meller habilmente saco del anaquel un cilindro con un tubo al lado. En la pared posterior del cilindro habia otro tubo mas ancho. Este tubo lo enchufo a una pequena bomba y empezo a bombear. Del extremo del otro tubo salio una espuma amarilla. Meller tendio el cilindro a Tonia.

— Tomelo y chupe. Si se hace dificil chupar, bombee un poco de aire. Las boquillas son esterilizadas. ?Por que hace muecas? Nuestra vajilla no es tan bonita como los calices griegos, pero es indispensable en nuestras condiciones.

Tonia, indecisa, se puso el tubo en la boca.

— ?Que tal? — pregunto Meller.

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