– No seas tan grunon -le dijo mientras volvia a besarlo-. ?Por que no arriamos las velas y echamos el ancla?

– ?Ahora?

Ella asintio.

– A menos, claro, que prefieras navegar toda la noche -con actitud seductora abrio la puerta de la cabina y desaparecio en el interior. Cuatro minutos mas tarde el bote estaba anclado y el abrio la puerta para unirse a ella.

Garrett exhalo sonoramente para hacer desaparecer aquel recuerdo como si fuera de humo. Aunque podia recordar los sucesos que ocurrieron esa tarde, noto que conforme pasaba el tiempo se hacia mas dificil visualizar con precision el aspecto de su esposa. Ahora solo podia verla con claridad por las noches, cuando sonaba con ella, pero al despertar siempre se sentia cansado y deprimido.

Su padre trato de ayudarlo lo mejor que pudo. El tambien habia perdido a su esposa, asi que sabia por lo que su hijo estaba pasando.

– No es bueno que siempre estes solo -le decia-. Es casi como si te hubieras dado por vencido.

Garrett sabia que habia algo de verdad en aquellas palabras la pura y simple realidad era que no tenia el deseo de encontrar a nadie mas.

Con el tiempo volvio a la tienda y comenzo de nuevo a trabajar, esforzandose por continuar con su vida. Se acostumbro a vivir solo, a cocinar, a limpiar y a lavar su ropa.

Creia que ya estaba mejor, pero cuando llego el momento de empacar las cosas de Catherine, no tuvo el valor de hacerlo, su padre se ocupo del asunto. Despues de pasar un fin de semana buceando, Garrett volvio a su hogar para encontrarlo ya sin las pertenencias de su esposa. Sin ellas la casa se veia vacia; ya no tenia una razon para permanecer ahi. La vendio en menos de un mes y se mudo a una mas pequena en Carolina Beach.

A veces su padre comentaba que parecia estar un poco mejor, pero para Garrett nunca nada volveria a ser igual.

Garrett Blake llego al muelle con un poco de anticipacion, para preparar el Happenstance.

Su padre le habia telefoneado precisamente cuando salia para dirigirse al muelle y Garrett recordo lo que hablaron.

– ?Te gustaria venir a cenar? -le habia preguntado su padre. Garrett le respondio que no podia.

– Navegare con alguien esta noche.

Su padre guardo silencio por un momento y luego pregunto:

– ?Con una mujer?

Garrett le explico brevemente como habia conocido a Theresa.

– Parece que estas nervioso por tu cita -comento su padre.

– No es una cita. Solo iremos a navegar.

– ?Es bonita?

– ?Y eso que importa?

– No importa, de todas maneras a mi me parece que es una cita.

– No lo es.

– Si tu lo dices.

Garrett la vio acercarse por el muelle poco despues de las siete, vestida con pantaloncillos cortos y una camiseta roja sin mangas; llevaba una pequena cesta con comida en una mano y una camiseta de manga larga y una chaqueta ligera en la otra.

– ?Hola! -le dijo Theresa al llegar al bote-. Espero que no hayas esperado mucho tiempo.

– ?Ah, hola! No has tardado nada. ?Puedo ayudarte? -pregunto y extendio un brazo.

Theresa le entrego sus cosas y el las puso en uno de los asientos de la cubierta. Cuando la tomo de las manos para ayudarla a subir al velero, ella pudo sentir la aspereza de los callos en las palmas. Una vez que estuvo a bordo, el se dirigio al timon con un pequeno paso atras.

– ?Estas lista para partir?

– Cuando tu digas.

– Entonces pasa y sientate. Voy a conducir esta nave al mar.

Theresa miro a su alrededor antes de encontrar un asiento en un rincon. El dio vuelta a una llave y el motor comenzo a ronronear. Lentamente el Happenstance comenzo a retroceder para salir del embarcadero. Un poco sorprendida, Theresa dijo:

– No sabia que tenia motor.

El se volvio para responderle por encima del hombro.

– Solo tiene uno pequeno… apenas lo suficiente para alejarse y acercarse al embarcadero.

Una vez que el Happenstance estuvo seguro en las aguas del canal navegable al lado de la costa, Garrett apago el motor y puso la nave a servirse del viento. Primero se coloco unos guantes y luego izo la vela con mucha rapidez. La brisa inclino al Happenstance y, en un veloz movimiento, Garrett volvio al timon. Theresa sintio como aumentaba poco a poco la velocidad.

– Muy bien, creo que ya esta -dijo-. Me parece que podremos lograrlo sin tener que virar por avante.

Avanzaron hacia la caleta. Theresa sabia que el estaba concentrado en lo que hacia, por lo que guardo silencio y miro a su alrededor. Como la mayoria de los veleros, aquel tenia dos niveles: la cubierta exterior en la que se encontraba, y la cubierta delantera, aproximadamente un metro mas arriba y que se extendia hasta el frente de la nave. Ahi estaba situada la cabina.

Las velas retumbaban con fuerza mientras se movian contra el viento. El agua rozaba los costados del bote y algunas golondrinas de mar volaban en circulos directamente sobre ellos, deslizandose por las corrientes que ascendian. Todo parecia estar en movimiento.

Theresa se coloco la camiseta de manga larga que habia llevado. El aire era mucho mas fresco que cuando habia partido. El sol comenzaba a ponerse y una luz palida se reflejaba en las velas, arrojando sombras sobre la mayor parte de la cubierta.

Unas olas, provocadas por una nave mas grande que pasaba a lo lejos, hicieron que el velero se bamboleara y Theresa se levanto para acercarse a Garrett. El volvio a hacer girar el timon, esta vez con mas rapidez. Theresa lo miro hasta que el velero estuvo seguro fuera de la caleta.

Una vez que hubo distancia suficiente entre el Happenstance y los demas botes, Garrett ato un pequeno lazo en la cuerda de la vela de foque y lo enredo en el timon.

– Muy bien, con eso sera suficiente -dijo- Podemos sentarnos si quieres.

– ?No tienes que guiarlo?

– Para eso es el lazo. A veces, cuando el viento cambia constantemente de direccion, hay que sostener el timon todo el tiempo, pero hoy tuvimos suerte con el clima. Podriamos navegar con este rumbo durante horas.

El Sol poniente descendia en el cielo vespertino a sus espaldas y Garrett guio a Theresa de vuelta a donde habia estado sentada. Se acomodaron en un rincon, ella en el costado y el contra la parte posterior del barco. Al sentir el viento en la cara, Theresa echo su cabello hacia atras y miro el agua.

– Es muy hermoso -comento al tiempo que se volvia hacia el-. Gracias por invitarme.

– De nada. Es agradable tener compania de vez en cuando.

Ella sonrio al escuchar la respuesta.

– ?Por lo general navegas solo?

Garrett se retrepo en el asiento antes de contestar y estiro las piernas al frente.

– Casi siempre. Es una buena forma de relajarse despues del trabajo. Sin importar lo intenso que haya sido el dia, una vez que llego aqui, el viento parece llevarse todo.

– Pero te gusta tu trabajo, ?o no?

– Si, me gusta. No cambiaria lo que hago por nada del mundo -se detuvo y ajusto su reloj de pulsera-. Asi que… Theresa, ?a que te dedicas?

Ella guardo silencio apenas por un instante.

– Soy articulista del Times de Boston. Escribo sobre temas de interes para padres.

Ella le noto la expresion de sorpresa en los ojos, era la misma que observaba cada vez que salia con alguien nuevo. “Lo mejor sera decirselo de una vez”, penso.

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