– Tengo un solo hijo -continuo-. Se llama Kevin y tiene doce anos. Ahora esta con su padre, en California. Hace tiempo que nos divorciamos.

Garrett asintio sin hacer ningun comentario y luego pregunto:

– ?Te gustaria conocer el resto de la nave?

Ella asintio.

– ?Me encantaria!

Garrett se levanto y reviso las velas de nuevo antes de guiarla al interior de la cabina. A la izquierda se encontraba un asiento que corria a todo lo largo de un costado del bote. Frente a este se hallaba una mesa pequena apenas con espacio suficiente para dos personas. Cerca de la puerta habia un lavabo y una cocina portatil con un diminuto refrigerador abajo, y mas adelante podia ver una puerta que llevaba al camarote donde estaba la cama.

Garrett se coloco a un lado de ella con las manos en la cadera mientras Theresa exploraba el interior. Despues de un momento, ella comento:

– Desde afuera no parece tan amplio.

– Lo se -el se aclaro la garganta un tanto incomodo-. Es sorprendente ?no es cierto?

La rodeo y se inclino para tomar una lata de Coca-Cola del pequeno refrigerador.

– ?Quieres beber algo?

– Claro -respondio ella. Toco con suavidad las paredes para sentir la textura de la madera.

El se enderezo y le entrego una lata. Los dedos de ambos se tocaron por un instante cuando ella la tomo.

Theresa la abrio y le dio un trago antes de colocarla en la mesa.

Mientras el tomaba su propia bebida, ella dirigio su atencion a una foto enmarcada que colgaba de la pared. En ella Garrett se veia mucho mas joven; estaba de pie en el muelle al lado de un pez vela.

– Veo que te gusta pescar -dijo. El se aproximo y Theresa pudo sentir el calor de la cercania. Garrett olia a viento, a sal.

– Si, asi es -respondio en voz baja-. Mi padre fue pescador de camarones y yo creci casi en el agua.

– ?Cuando tomaron esta fotografia?

– Hace diez anos aproximadamente. La tomaron antes de que regresara yo a la universidad para mi ultimo ano de estudios.

Ella volvio a mirar la fotografia.

– ?El que esta a tu lado es tu padre?

– Si.

– Te pareces a el -le aseguro.

Garrett le sonrio preguntandose si el comentario seria un cumplido o no. El le indico la mesa y Theresa se sento frente a el.

Una vez que estuvo comoda, le pregunto:

– ?Dices que fuiste a la universidad?

El la miro a los ojos.

– Si. Fui a North Carolina University y estudie biologia marina. Despues de graduarme trabaje para el Instituto Maritimo Duke, como especialista en buceo, pero no se gana mucho dinero. Asi que obtuve un certificado para ensenar y comence a tener alumnos los fines de semana. La tienda vino despues -enarco una ceja-. ?Y que me dices de ti?

– Creci en Omaha, Nebraska, y fui a la universidad en Brown. Llevo nueve anos en el Times.

– ?Te gusta ser articulista?

Ella lo medito un momento.

– Es un buen empleo -respondio por fin-. Puedo recoger a Kevin despues de la escuela y tengo la libertad de escribir lo que yo quiera. Ademas me pagan bastante bien, pero… -se detuvo-. Supongo que en este momento soy la tipica madre soltera con demasiado trabajo, si sabes a lo que me refiero.

El asintio y comento con suavidad.

– La vida no siempre resulta como esperamos, ?verdad?

– No, supongo que no -concordo ella y de nuevo las miradas se encontraron. La expresion de Garrett hizo que ella se preguntara si el acababa de decirle algo que casi nunca mencionaba a nadie mas. Le sonrio y se inclino hacia el.

– ?Ya quieres comer? Traje algunas viandas en la canasta.

– Cuando quieras. ?Prefieres comer aqui o afuera?

– Afuera, definitivamente.

Tomaron sus latas de gaseosas y salieron de la cabina. Garrett le indico que se adelantara.

– Dame un minuto para echar el ancla -le dijo- asi podremos comer sin tener que revisar el bote a cada minuto.

Theresa se sento y abrio la canasta que habia llevado. En el horizonte, el Sol se hundia tras un banco de cumulos. Saco un par de sandwiches envueltos en papel celofan y un par de recipientes desechables que contenian ensalada de papa y col recien hecha.

Miro a Garrett mientras bajaba las velas de espaldas a ella y volvio a notar lo fuerte que era. Los musculos de los hombros se veian mas grandes, ensanchados por lo breve de la cintura. Theresa no podia creer que en realidad estuviera navegando con el, cuando solo dos dias antes se encontraba en Boston. Toda aquella situacion le parecia irreal.

Una vez que el bote se detuvo por completo, Garrett arrojo el ancla. Luego se sento al lado de Theresa.

– Esta todo bien? -pregunto ella. El asintio

– Solo pensaba que si el viento sigue aumentando tendremos que virar por avante mas a menudo en nuestro camino de regreso.

Theresa puso en un plato un poco de ensalada de papa y col al lado de un sandwich y se lo entrego, consciente del hecho de que el estaba sentado mas cerca que antes.

– ?Entonces tardaremos mas en regresar?

– Un poco, pero no habra problema a menos que el viento se detenga por completo. En el mar por lo general eso no sucede.

– ?Por que?

El sonrio divertido.

– Bueno, porque las diferencias de temperatura provocan el viento: esto ocurre si el aire caliente deja su sitio al aire frio. Para que el viento deje de soplar se necesita que la temperatura sea exactamente igual a la temperatura del agua por varios kilometros. Aqui el aire por lo general es calido durante el dia, pero tan pronto como el Sol comienza a ocultarse, la temperatura baja con rapidez. Es por eso que el atardecer es el mejor momento para salir a navegar, cuando la temperatura esta cambiando constantemente.

– Y, ?que sucede si no hay viento?

– Las velas ya no se hinchan y la nave se detiene. Se queda uno, sin fuerza para moverse.

– Y, ?que se hace entonces?

– Nada, en realidad. Solo puede uno sentarse a esperar.

– Suena placentero.

– Lo es -repentinamente incomodo, alejo la vista de la penetrante mirada de Theresa-. Bueno, pero hablame de ti. ?Dices que estuviste casada?

Ella asintio.

– Durante ocho anos. Pero David, asi se llama, parecio perder el interes en la relacion. Acabo teniendo una aventura. Simplemente no pude soportarlo.

– Yo tampoco podria -aseguro Garrett con suavidad-, pero eso no lo hace mas facil.

– No -guardo silencio y tomo un sorbo de su bebida-, pero es un buen padre para Kevin. Es lo unico que me interesa de el ahora.

Una enorme ola paso por debajo del casco y Garrett volvio la cabeza para asegurarse de que el ancla se mantenia firme. Cuando volvio a mirarla, Theresa le dijo:

– Bueno, es tu turno. Hablame de ti.

Garrett le hablo sobre su infancia en Wilmington como hijo unico. Le dijo que su madre habia muerto cuando el

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