permitieron sus fuerzas. Cuando el viento cambio y arrecio, lo que le indico el frente de la tormenta, empezo a virar en diagonal a traves de las olas, a pesar del peligro.

En el cielo las nubes seguian amontonandose, girando y retorciendose en diferentes formas. Comenzo a caer una lluvia ligera.

– Solo unos minutos mas -murmuro. Solo necesitaba algunos minutos mas. Para mantener el equilibrio abrio las piernas todo lo que pudo. El timon se mantenia firme, pero las olas remecian la nave como si se tratara de un objeto poco estable.

Sujeto el timon con una mano mientras con la otra sacaba de su chaqueta la botella. Apreto el corcho para asegurarse de que estuviera bien colocado y la sostuvo en alto para mirarla en la tenue luz. Pudo ver la carta en el interior, bien enrollada.

Al contemplarla tuvo una sensacion de logro, como si un largo viaje hubiera llegado a su fin.

– ?Gracias! -susurro, con voz apenas audible por encima del rugido de las olas.

Arrojo la botella con tanta fuerza como pudo. Estaba hecho.

Ahora, a darle vuelta al bote.

En ese momento dos rayos rasgaron el cielo al mismo tiempo. La tormenta parecia aumentar en fuerza y velocidad, expandiendose como un globo que venia directo a el.

Uso los lazos para asegurar el timon mientras regresaba a popa. Perdio minutos preciosos al intentar mantener el control de la botavara. Las cuerdas rompieron sus guantes y le quemaron las manos. Por fin logro dar vuelta a las velas y la nave se inclino con fuerza al retomar el viento. Cuando iba de regreso, otra rafaga de viento helado lo golpeo desde una direccion distinta.

Encendio el radio a tiempo para oir que se transmitiria un aviso para las naves pequenas. A toda prisa subio el volumen.

– Repetimos… se estan formando vientos peligrosos… se espera una fuerte lluvia.

Se inclino sobre el timon. Garrett tenia una creciente sensacion de urgencia.

No sucedio nada.

De pronto se dio cuenta de que las enormes olas estaban sacando del agua la popa de la nave, por lo que la direccion del timon no le respondia. El bote parecia estar trabado en la direccion incorrecta, balanceandose en forma precaria.

– Vamos… responde -susurro mientras sentia que el panico comenzaba a extenderse en su interior. Estaba perdiendo demasiado tiempo. El cielo se veia cada vez mas oscuro y la lluvia comenzaba a golpearlo de lado en capas densas e impenetrables.

Un minuto despues el mando del timon por fin le respondio y el bote comenzo a dar vuelta lenta, muy lentamente… La nave seguia demasiado inclinada sobre un costado…

Con gran horror vio como el mar se le venia encima formando una ola gigantesca y atronadora que iba directo hacia el.

Se sujeto con fuerza mientras el agua se estrellaba contra el casco expuesto, levantando espuma blanca. El Happenstance se inclino todavia mas y las piernas de Garrett se encorvaron, pero las manos seguian firmes en el timon. Con dificultad logro ponerse de pie nuevamente, en el preciso momento en que otra ola volvia a golpear el bote.

El agua inundo la cubierta. Durante casi un minuto entro con la fuerza de un rio violento. La lluvia helada lo golpeaba de lado, cegandolo. El Happenstance, en lugar de volver a la vertical, comenzo a inclinarse mas porque las velas pesaban a causa del agua. Garrett volvio a perder el equilibrio y el angulo del bote desafiaba sus esfuerzos por mantenerse en pie. Si otra ola lo golpeaba…

Garrett nunca la vio venir. Como el hacha de un verdugo, la ola se estrello contra el bote con una fuerza devastadora y obligo al Happenstance a caer de costado. El mastil y las velas se estrellaron en el agua. La nave estaba perdida. Garrett se sujeto del timon sabiendo que si se soltaba lo barrerian las olas.

El Happenstance hacia agua con rapidez.

Garrett tenia que llegar al equipo de salvamento, que incluia una balsa. Era su unica oportunidad. Avanzo centimetro a centimetro hacia la puerta de la cabina, sosteniendose de cualquier cosa que pudiera encontrar, batallando con la lluvia que lo cegaba, luchando por su vida.

La luz de un rayo y el rugir del trueno fueron casi simultaneos.

Por fin llego a la escotilla y sujeto la manija. Cuando esta crujio al abrirla, se dio cuenta de que habia cometido un terrible error. El agua entro en cascadas, oscureciendo con enorme rapidez el interior dc la cabina. De inmediato Garrett se dio cuenta de que el equipo de salvamento, que por lo general estaba en un arcon sujeto a la pared, ya se encontraba bajo el agua. No habia nada que pudiera evitar que el mar se tragara al bote.

El Happenstance comenzo a hundirse rapidamente. En segundos, la mitad del casco estaba sumergida. De pronto su mente reacciono. Los chalecos salvavidas…

Estaban debajo de los asientos, cerca de la popa.

Miro hacia alla. Todavia estaban fuera del agua.

Lucho con furia para sujetarse de los rieles laterales, lo unico que podia sostenerlo y que todavia estaba fuera del agua. Cuando logro llegar a ellos, tenia el agua hasta el pecho y las piernas pataleaban en el mar.

Tres cuartos del bote estaban ya bajo el agua.

Coloco una mano sobre la otra, luchando contra el peso de las olas y de sus propios musculos que parecian de plomo. El agua le llegaba al cuello y por fin se dio cuenta de lo irremediable de su situacion.

No iba a lograrlo.

Tenia el agua hasta la barbilla cuando por fin dejo de intentarlo. Miro hacia arriba, completamente agotado; se negaba aun a creer que iba a terminar de esa manera.

Solto el riel del bote y comenzo a alejarse de la nave. El abrigo y los zapatos le pesaban en el agua. Pataleo para mantenerse a flote elevandose con las olas mientras veia como el mar se tragaba al Happenstance. Luego, con el agotamiento y el frio que comenzaban a nublar sus sentidos, se volvio e inicio un imposible viaje a nado hacia la orilla.

Theresa estaba sentada a la mesa con Jeb. Durante largo rato, de manera entrecortada, el le habia contado todo lo que sabia.

Mas tarde Theresa recordaria que mientras escuchaba la historia no lo hacia tanto con un sentimiento de temor, como de curiosidad. Garrett era un marino experto y aun mejor nadador. Era demasiado cuidadoso, demasiado vital para que algo asi lo venciera. Si alguien podia salir de una situacion asi, ese era el.

Se acerco a Jeb por encima de la mesa, confundida.

– No comprendo. ?Por que saco el bote si sabia que se aproximaba una tormenta?

– No se -respondio el en voz baja. No podia mirarla a los ojos.

Jeb tenia el rostro color ceniza y los ojos clavados en el suelo, como si ocultara algo. Sin pensarlo, Theresa miro la cocina. Todo estaba muy limpio, como si la hubieran arreglado poco antes de que ella llegara. Por la puerta abierta de la habitacion vio el cobertor de Garrett bien tendido sobre la cama. Curiosamente le habian colocado un par de enormes arreglos florales.

– No lo entiendo. Garrett esta bien, ?no es cierto?

– Theresa -dijo por fin Jeb con lagrimas en los ojos-. Lo encontraron ayer por la manana.

– ?Esta en el hospital?

– No -respondio.

– Entonces, ?donde esta? -pregunto; se negaba a reconocer algo que de alguna manera ya sabia.

Jeb no respondio. Inclino la cabeza para que ella no pudiera ver sus lagrimas, pero Theresa pudo oirlo sollozar.

– Theresa… -dijo, y su voz se quebro.

– ?Donde esta? -exigio saber poniendose de pie ante una subita descarga de adrenalina. Como si ocurriera en un sitio muy lejano, oyo como la silla golpeaba el piso al caer a sus espaldas.

Jeb la miro.

– Encontraron su cuerpo ayer por la manana.

Ella sintio una opresion en el pecho que la ahogaba.

– Ha muerto, Theresa.

Lo enterraron al lado de Catherine en el pequeno cementerio cerca de su hogar. Jeb y Theresa permanecieron

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