juntos durante el servicio religioso al pie de la tumba. Fue una ceremonia sencilla y, aunque comenzo a llover casi en el instante en que el ministro termino de hablar, la gente se quedo un rato mas.

Se llevo a cabo una recepcion en la casa de Garrett. Una por una, las personas pasaron a ofrecer sus condolencias y a compartir sus recuerdos: amigos de la secundaria, personas a las que habia ensenado a bucear, los empleados de la tienda. Cuando todos se marcharon y dejaron solos a Jeb y a Theresa, el saco una caja del closet y le pidio que se sentara con el para revisarla juntos.

En la caja habia cientos de fotografias. Durante las horas siguientes Theresa vio pasar ante sus ojos la infancia y la adolescencia de Garrett: todas las partes faltantes de su vida que ella solo habia imaginado: la graduacion del bachillerato y de la universidad, la restauracion del Happenstance, Garrett frente a la tienda antes de la inauguracion.

Mas tarde, mientras revisaban las ultimas fotografias, vio al Garrett del que se habia enamorado. Una fotografia en particular llamo su atencion y la contemplo un largo rato. Jeb le explico que la habian tomado durante la celebracion del Memorial Day, unas cuantas semanas antes de que la botella tocara tierra en Cape Cod. Ahi, Garrett estaba de pie en el porche trasero y se veia casi como la primera vez que ella habia ido a su casa.

Cuando por fin pudo soltar esa fotografia, Jeb solo se limito a tomarla con suavidad.

A la manana siguiente le entrego un sobre. Al abrirlo, Theresa vio que le habia dado aquella fotografia y varias mas. Ademas estaban tambien las tres cartas que le habian permitido a Theresa conocer a Garrett.

– Creo que a el le hubiera gustado que te quedaras con ellas.

Demasiado emocionada para responder, ella movio la cabeza para agradecerle en silencio.

Theresa no recordaba mucho de lo que ocurrio los primeros dias despues de que regreso de Boston y, en retrospectiva, se dio cuenta de que no deseaba hacerlo. Se acordaba que Deanna la esperaba en el Aeropuerto Logan cuando bajo del avion. Despues de verla, Deanna llamo de inmediato a su esposo y le pidio que le llevara algo de ropa a la casa de Theresa porque iba a quedarse con ella por unos dias. Theresa pase la mayor parte del tiempo en la cama, sin levantarse siquiera cuando Kevin llegaba de la escuela.

– ?Se va a poner bien mi mama? -pregunto el nino.

– Solo necesita algo de tiempo, Kevin -respondio Deanna-. Se que tambien es dificil para ti, pero todo va a estar bien.

El otro recuerdo claro que Theresa tenia de aquella semana era su imperiosa necesidad de comprender como pudo haber sucedido. Antes de marcharse de Wilmington le hizo prometer a Jeb que la llamaria si se enteraba de algo mas sobre el dia en que Garrett salio con el Happenstance. De alguna manera extrana creia que si sabia los detalles, el por que, su pena disminuiria.

Por supuesto, muy en su interior sabia que eso no iba a suceder. Jeb no iba a llamarla con una explicacion esa semana, y la respuesta no le llegaria tampoco en un momento de contemplacion. No. La respuesta la obtuvo, finalmente, en la forma en que menos la esperaba.

Un ano despues, en la playa de Cape Cod, Theresa reflexionaba sin amargura acerca del giro que tomaron las cosas y de las razonnes que la habian llevado hasta aquel lugar. Por fin lista, metio la mano en su bolso. Despues de sacar el objeto que habia llevado, lo miro y revivio el momento en que por fin obtuvo la respuesta que tanto buscaba.

Deanna se habia marchado y Theresa trataba de restablecer un rutina de algun tipo. En su confusion de la semana anterior, simplemente habia amontonado la correspondencia en un rincon del comedor. Una noche, despues de cenar, mientras Kevin estaba en el cine, Theresa comenzo a clasificar las cartas sin gran interes.

Habia una docena de cartas, tres revistas y un paquete envuelto en papel cafe sin remitente. Tenia pegadas dos etiquetas de FRAGIL, una cerca de la direccion y la otra en el lado opuesto de la caja.

– En ese momento noto el sello postal de Wilmington, North Carolina, con fecha de dos semanas atras. Rapidamente reviso la direccion garabateada al frente. Era la letra de Garrett.

– No… -dejo el paquete, con el estomago subitamente tenso. Busco un par de tijeras en un cajon y con manos temblorosas comenzo a cortar la cinta, tirando del papel con sumo cuidado mientras lo hacia. Ya sabia lo que iba a encontrar adentro. Despues de tomar el objeto y revisar el resto del paquete para asegurarse de que no hubiera nada mas adentro, quito la envoltura plastica con burbujas de aire.

La botella tenia el corcho puesto y en el interior habia una carta enrollada. Despues de sacar el corcho, la dio vuelta y la carta salio con facilidad. Al igual que la carta que habia encontrado apenas unos meses antes, estaba amarrada con un hilo. La extendio con delicadeza.

En la esquina superior derecha se encontraba la imagen de un viejo barco con las velas al viento.

Querida Theresa:

?Podras perdonarme?

En un mundo que rara vez comprendo soplan los vientos del destino cuando menos lo esperamos. A veces soplan con la fuerza de un huracan; otras apenas nos rozan las mejillas. Sin embargo no puede negarse su existencia porque a menudo traen consigo un futuro que es imposible negar. Tu, querida mia, eres ese viento que no anticipe, el viento que ha soplado con mas fuerza de la que crei posible. Eres mi destino.

Estaba equivocado, muy equivocado al tratar de negar lo que era evidente y te ruego que me perdones. Como el viajero cauto, trate de protegerme del viento y solo logre perder mi alma. Fui un tonto al no hacer caso de mi destino, pero hasta los tontos tenemos sentimientos y me he dado cuenta de que tu eres lo mas importante que tengo en este mundo.

He cometido mas errores en los pasados meses de los que algunas personas cometen en toda su vida. Me equivoque al actuar como lo hice cuando encontre las cartas, del mismo modo en que me equivoque al ocultar la verdad de lo que estaba ocurriendome en relacion con mi pasado. Pero en lo que mas me equivoque fue al negar lo que esta claro en mi corazon: que no puedo vivir sin ti.

Lo que mas deseo en esta vida es que me des otra oportunidad. Como tal vez supongas, espero que esta botella obre su magia, igual que lo hizo antes, y de alguna manera logre que volvamos a reunirnos.

Durante los primeros dias despues de que te marchaste quise creer que podia seguir viviendo como siempre, pero no fue asi. Cada vez que veia ponerse el Sol pensaba en ti y en los maravillosos momentos que pasamos juntos. El corazon sabia que mi vida nunca volveria a ser la misma. Queria que regresaras mas de lo que pense que fuera posible, pero siempre que pensaba en ti seguia oyendo tus palabras en nuestra ultima conversacion. Sin importar cuanto te amara, sabia que nada seria posible a menos que nosotros, los dos, estuvieramos seguros de que yo podia comprometerme por completo con el sendero por delante. Segui preocupado con estas ideas hasta que anoche, muy tarde, la respuesta vino por fin a mi.

En un sueno me vi en la playa con Catherine, en el mismo lugar al que te lleve despues de aquella vez que comimos en Hank’s. El Sol brillaba y sus rayos se reflejaban, deslumbrantes, en la arena. Caminamos por la playa, uno junto al otro y ella escucho con atencion mientras le hablaba de ti, de nosotros, de los momentos maravillosos que compartimos. Despues de algunos titubeos admiti que te amaba, pero que me sentia culpable al respecto. Ella no dijo nada, sino que siguio caminando, hasta que por fin se volvio y me pregunto: “?Por que?”

– Por ti.

Al oir mi respuesta ella me sonrio con un gesto condescendiente y divertido, como solia hacerlo antes de morir.

– ?Oh, Garrett! -me dijo mientras me tocaba el rostro con suavidad-. ?Quien crees que le llevo la botella?

Theresa dejo de leer.

?Quien crees que le llevo la botella?

Se retrepo en la silla, cerro los ojos con fuerza y trato de contener las lagrimas.

– Garrett -murmuro-. Garrett…

Podia oir el ruido de los autos que pasaban al otro lado de la ventana. Poco a poco comenzo a leer de nuevo.

Cuando desperte me senti vacio y solo. El sueno hizo que algo me doliera por dentro por lo que yo le habia hecho a nuestra relacion, y me puse a llorar. Cuando logre controlarme escribi dos cartas: la que tienes en las manos en este momento y una para Catherine en la que por fin me despido de ella. Hoy ire en el Happenstance a enviarla. Catherine, a su manera, me dijo que debia continuar con mi

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